“En tanto no se logre neutralizar semejante
debilitamiento del valor de la vida humana
extrauterina, es poco menos que imposible
lograr una conciencia clara del significado
genocida de la magnitud del aborto.”
Eugenio Raúl Zaffaroni

En el mundo se está legislando para derogar el delito del aborto, o bien, por lo menos tipificarlo, de acuerdo a diversos criterios demasiado flexibles y arbitrarios, permitiéndose el aborto con varias semanas de gestación, como en el caso en Puebla de hasta 12 semanas como dice la iniciativa reciente de los legisladores. Resulta oportuno analizar si estás políticas públicas -que muchas de las ocasiones son imposiciones de grupos que exigen esas regulaciones-, se trata de una más de las propuestas de izquierda o bien, se encubren otros fines, incluso económicos, y no jurídicos.

Y es que, sin pensarlo dos veces, bien se puede decir, y aún consentir, que se trata de una propuesta de las políticas públicas de izquierda, pues normalmente cuando toman posesión los partidos de izquierda en las naciones, inmediatamente uno de los cambios de los sistemas jurídicos es legislar para la permisión del aborto.

Esto se debe a una confusión de derechos de igualdad, una especie de liberación de la mujer y del goce de su plena libertad, tratándose de una de las banderas de algunos de este tipo de partidos, presumiendo que están defendiendo esa “igualdad y libertad” de las mujeres, cuando no consideran que lo que están provocando es romper con dos ideales de las izquierdas, que es luchar contra el individualismo y sobre todo, defender a los más débiles.

Ese sector de las izquierdas, dicho sea de paso, no son todas, simplemente habrá que ver la cita del Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni, eminente jurista de izquierda, protagonista de las teorías críticas del Derecho en Latinoamérica, deberían de apelar a propuestas de respeto a los derechos del producto, precisamente porque siempre las izquierdas protegen a los más débiles en cualquier relación, como es el caso de la protección de los derechos colectivos, los derechos sociales, a dar batalla en contra del hiper individualismo, el consumismo, a la protección de los pueblos de origen, de los más necesitados, es decir, siempre están con el más débil en cualquier relación.

Pero, evidentemente que, algunos de los partidarios de políticas públicas de izquierda, sin la lectura adecuada de lo que esto representa, como son los textos de Norberto Bobbio, apelan a la permisión del aborto, cuando en la relación entre la mujer y el producto, deberían proteger al más débil que es el producto y no la mujer que en esa relación es la más fuerte.

En el estricto sentido jurídico, la permisión del aborto no es una controversia jurídica, en cuanto a una batalla para la vigencia de derechos, sino en realidad, es una batalla perdida pues ante el derecho a la vida, aun cualquier derecho de libertad debe quedar excluido, es decir, tiene mayor peso y, por ende, debe contar con mayor protección jurídica el derecho a la vida, en este caso el producto, que los derechos a la libertad.

En realidad, esta aparente protección a los derechos a la libertad de las mujeres se trata de una forma de disminuir considerablemente la población mundial, que no nazcan cada día más seres humanos, pero sobre todo pobres, porque son una carga para los Estados, pero más que eso, son un peligro para el mismo Estado; así lo describía Alberto Fujimori en Perú, cuando siendo presidente de aquel país, como lo ha documentado el escritor uruguayo Eduardo Galeano, sostenía que, era preferible acabar con la guerrilla en los vientres de las mujeres que en las montañas.

Concientizar a la población, particularmente por los medios de comunicación o por medio de las organizaciones de protección de derechos de las mujeres, no es para tutelar el goce de derechos de la mujer, ni se trata de proteger sus derechos de igualdad, sino en encubrir con el velo de esos derechos otros fines que, no necesariamente son jurídicos, pues incluso, si se analizan los argumentos de defensa respecto a la permisión del aborto, no se hace mención actualmente de resultados o datos científicos respecto al momento de la nueva vida, pues ya está demostrado que hay otra vida dentro de la matriz de la mujer desde el momento de la gestación, por ello es que, en la actualidad, en defensa de la abolición del delito del aborto, se hace mención de los derechos de libertad de las mujeres, de su libre decisión, del derecho de autonomía, de igualdad, etcétera, que no son más que una serie de argumentos que no llevan a proteger ningún derecho, menos el derecho a la vida, que supuestamente es el derecho superior dentro de los derechos fundamentales. En resumen, legislar para la permisión del aborto, no es otra cosa más que “la legislación de la muerte”.