¿Qué hacer con la justicia en México?

  • Silvino Vergara Nava
Sobre la suspensión de actividades en el Poder Judicial ante la iniciativa de reforma

“El juez tiene que tener los ojos
muy abiertos; la justicia y los jueces tienen
que estar contaminados de sociedad, tienen
que conocer la sociedad en la que viven,
tienen que vivir sus problemas, no pueden
vivir en una especie de esfera de cristal
o con una vanidad y una soberbia superiores
a las de los demás. No, el juez es una
persona normal y corriente que tiene que
conocer el mundo donde vive, los problemas
que tiene la gente y, por que es su
obligación como autoridad, comprometerse
y tratar de solucionarlos.”
Baltasar Garzón

Esta última semana de agosto de 2024, inició con el paro de labores de juzgados, tribunales y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como una forma de oponerse a la reforma constitucional que se está a punto de discutir en las cámaras del Poder Legislativo federal, por lo tanto, circulan una gran cantidad de opiniones al respecto, los que se encuentran de acuerdo y los que no, además los que pretenden mediar sobre una posible modificación de la iniciativa de la reforma citada.

Esta iniciativa presidencial ya generó comentarios en otras latitudes, es decir, ya se habla de esa reforma no únicamente en el campo de los legisladores o del Poder Judicial, sino en el sector académico, profesional, empresarial, en el círculo de los litigantes, asesores legales, con la preocupación de si finalmente, se aprobará o no dicha reforma constitucional.

Incluso representantes del gobierno de Estados Unidos han realizado algunas manifestaciones al respecto, particularmente que la reforma contraviene el tratado de libre comercio, que no cumple con los requerimientos para brindar certidumbre a las inversiones en México, etcétera, pero de todas esas manifestaciones, lo que debe sobresalir es la desorientación que vive el ciudadano de a pie, esto es, la incertidumbre respecto a lo que pudiera suceder en un futuro cercano y a largo plazo con los juicios y los asuntos que se encuentran en trámite, que esperan la mayoría de los denominados “justiciables” que se dicte una sentencia al respecto.

Basta con tomar en consideración que, venimos de los tiempos de la pandemia en donde se suspendieron plazos judiciales, periodos prolongados de trabajo en los tribunales, impedimentos para poder acceder a los juzgados y tribunales y ahora a esto le adicionamos este periodo del que no se sabe cuándo se finalizará y se retornará a las labores diarias en los tribunales y juzgados.

Desde luego que, esa serie de suspensiones y paros tienen una justificación que consiste en exigir que se escuche la voz de los miembros del Poder Judicial en los parlamentos, en los foros legislativos respecto a esta inminente reforma constitucional del Poder Judicial, más que nada para que la decisión sea lo más democrática posible, que se permita escuchar a los afectados en esas labores, como son los miembros de Poder Judicial.

Pero, se pierde de vista a los justiciables, el ciudadano común, aquellas personas que están esperanzadas en que se dicte una sentencia para resolver una controversia que puede llevar años y años de litigio.

Desde luego que, estas suspensiones de labores, manifestaciones, marchas y plantones, son válidos para hacerse notar ante los medios de comunicación y ante los organismos legislativos, sin embargo, toda esa serie de medidas que se llevan a cabo son insuficientes si se quedan en eso, en simples manifestaciones de un día, o de varias horas de marcha, pues se requiere algo más que esas marchas y suspensiones de labores. En realidad, lo que hace falta es a lo que se ha denominado como “las luchas silenciosas”, que son los juicios o bien, al ejercicio del derecho de petición, los reclamos, manifestaciones, exigencias que se formulan de la manera más jurídica y moderna para demostrar que no se está de acuerdo con alguna posición en las políticas públicas.

Imaginemos que, en lugar de plantones se ejerza por cada miembro del Poder Judicial federal el ejercicio del derecho de petición ante cada uno de los diputados y senadores, en lugar de ubicarse en plantones afuera de los juzgados y tribunales, posiblemente tendría una reacción diferente, más efectiva que la que pudiera presentarse con una marcha, además es una muestra de una medida mucho más jurídica y desde luego más apegada al Estado de derecho que es por el que vela el Poder Judicial.

Web: parmenasradio.org

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Silvino Vergara Nava

Licenciado en Derecho por la Escuela Libre de Derecho, maestro en Derecho (Ibero Puebla), doctor en Derecho por la Universidad Panamericana y también por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Desde 1997 es titular del despacho Consultoría Contencioso Administrativa. Ganador del Premio Nacional a la Investigación Jurídica.