Desde el país de no pasa nada

  • Fernando Rojas Cristerna

Desde la llegada de Peña Nieto al poder, su estrategia de medios para intentar convencernos de que el país marcha a pasos acelerados hacia la tierra prometida consiste en mantener una información de muy bajo perfil acerca de los asuntos de gravedad que enfrentamos cotidianamente los ciudadanos mexicanos.

Esto sucede para casos tan diversos como las elevadas tasas de desempleo, o el incremento de los precios de la canasta básica, o bien el terrible problema de la delincuencia organizada que hoy aqueja gravemente a Michoacán, y que ya traspasó las fronteras de dicho estado para dirigirse hacia Hidalgo como lo pone en evidencia la quema de varias tiendas Oxxo.

Así que si usted escucha las voces de los distintos secretarios de estado o representantes gubernamentales solo oirá discursos de que todo marcha bien, que pronto seremos testigos de cómo nuestro atormentado camino hacia la infelicidad dará un giro impresionante hacia la prosperidad y que temas como el de la inseguridad o el desempleo están desde ahora bajo el control total del estado mexicano.

A pesar de lo dicho por los voceros oficiales, el real sentir de los habitantes de nuestro país es que  las cosas no marchan bien y que nuestro parecer está muy lejos del sueño de un futuro promisorio.

Y es que la comunicación no oficial y no controlada, lejanas a Televisa y compinches, nos permiten tener otro pulso de la forma como marcha México haciéndonos llegar a conclusiones distintas a las oficiales.

Esta disociación de las realidades contribuyen a que el liderazgo que debería ser llevado por el gobierno, se vea debilitado, insensible y poco atinado,  lo que hace que sus propuestas de solución no sean creíbles y para ejemplo de esto está lo referente al tema de los comités de auto defensa surgidos en Michoacán, quienes se niegan a entregar sus armas mientras el gobierno no cumpla con la detención de los principales cabecillas del cártel de los Templarios ya que están claramente convencidos de que si lo hacen se verán expuestos a represalias por parte del crimen organizado y que la autoridad gubernamental no les dará una amplia garantía para su protección.

Dada la evidencia de la fallida estrategia gubernamental del "aquí no ha pasado nada" creo que las autoridades tienen la última oportunidad de otorgarnos el título de la mayoría de edad y abrir los canales de comunicación que nos permitan a los mexicanos opinar y colaborar con el ejercicio de gobierno, haciendo realidad aquello de la "democracia participativa".

Ya es tiempo de que la clase política que gobierna este país, lejos de la ubicación partidista, se dé cuenta que la política del avestruz no nos conducirá a puerto seguro y que el único camino que queda es el promover y permitir una verdadera participación ciudadana en las decisiones cruciales, al menos esto es lo que percibo del mensaje que han dado los pobladores de la tierra caliente en Michoacán al organizarse en los comités de autodefensa.

En México sí pasa...y mucho.

 

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