La sabiduría ancestral de nuestro pueblo nos ha podido transmitir una serie de dichos y refranes que pintan de cuerpo entero las virtudes o defectos de quienes hemos nacido y crecido en este hermoso país.

Cómo poder escapar de su aplicación en algunos eventos de nuestras vidas, si son clara demostración de nuestra peculiar cosmovisión que caracteriza al pueblo mexicano y nos hace diferentes a otras sociedades.

Decimos esto a propósito de la asignación presidencial como dirigente del PRI de un tal Enrique Ochoa, al parecer "eficiente" administrador, pero desconocido en las lides partidistas, de tal manera que hasta la presentación de su "curriculum" como militante priista deja dudas.

Tal vez esto no sería de llamar la atención, si el nombramiento de este obscuro personaje no se diera en circunstancias tan complicadas para el gobierno y su partido, mismas que ni el maquiavélico don Beltrone pudo librar a pesar de sus conocidas cualidades de negociador y "colmilludo" político al cual podría aplicarse fácilmente el dicho de... "más sabe el diablo por viejo que por diablo".

Lo curioso de todo es que a pesar de los reveses sufridos por el PRI, su militancia y seguidores, siguen sin cambiar sus métodos y formas, lo que muestra efectivamente que su código genético no ha podido ser modificado por generaciones de dirigentes tecnócratas, persistiendo en su dinosáurico comportamiento a lo se pudiese aplicar aquello de.. "aunque la mona se vista de seda, mona se queda"

Así fue como de la sorpresa y el pasmo de la noticia, los priistas terminarían aceptando dócilmente la imposición de su nuevo líder, repitiendo el viejo ritual de la "cargada", la matraca y la porra, pasando por el estribillo del "sí se puede", aunque no se pueda; de los reconocimientos de las "fuerzas viva y terminar con el demagógico discurso del susodicho personaje llamado Enrique... ¿What?, invitando a la unidad de la familia ex revolucionaria, y contradictoriamente mencionando que ahora sí en el ese partido habrá democracia, nuevas caras y una lucha anticorrupción sin medida... ¿empezarán por lo de la casa blanca?

Que mis priistas tan divertidos, tan sonoros, suenan hasta simpáticos y en verdad nos quieren dar la impresión de ser una casta inocente, lamentablemente todos sabemos que detrás de esta cara tan dulce, se esconde el monstruo que ha producido una generación de mexicanos empobrecidos, un país vendido al mejor postor y un futuro incierto para millones de paisanos.

Así que el que hoy llega al frente del PRI con una nueva cara, salida de no sé dónde, impuesta sin rubor por el tlatoani en turno, trae consigo el siniestro objetivo de imponer al grupo político depredador del Estado de México, dispuesto a comerciar una transición "democrática" con el neopanismo con tal de que ambos resultan ganadores de las canonjías que el poder ofrece.

Con esta acción el PRI nos muestra claramente que aunque pasen los años, las cosas en este partido nunca cambiaran, haciendo realidad aquello que dice: "chango viejo, no aprende maroma nueva"