¿Qué se entiende por “defender la soberanía”?
- Silvino Vergara Nava
“Que nadie se atreva a violar
la soberanía porque México
es un país libre.
México tiene un pueblo valiente que
siempre está dispuesto a defender
a la nación, juntas y juntos
no hay nada que nos pueda pasar.”
Claudia Sheinbaum
En estos tiempos de la postmodernidad, que se pone en duda todo conocimiento, y se hace un uso muy cambiante de muchos conceptos, como es el caso de quien es el titular de la soberanía, sobre todo porque con el paso del tiempo, ha tenido diversos titulares; por ende, ya no es tan sencillo entender en un discurso la frase de “defender la soberanía”, pues primero se debería de preguntar: ¿qué se entiende por defender la soberanía?, o mejor dicho: ¿quién es el titular de la soberanía para quien formula ese discurso?
Pudiera decirse que, en los tiempos en que se iba conformando la modernidad (hoy vivimos un tiempo posterior que es la postmodernidad) resulta que, se fue forjando esa concepción de soberanía con los tratados denominados “la paz de Westfalia”, firmados en 1648, es decir, en pleno siglo XVII, en donde se acordó por los principados y reinos firmantes, después de dos guerras, una de treinta años y otra de ochenta años, que cada principado o reino en sus territorios asumiría sus propias facultades de mando y que se prohibiría entre los reinos firmantes, que se invadieran los territorios de los otros reinos o principados para evitar conflictos entre ellos, por ende, esa primera concepción de soberanía, recae en el príncipe o en el rey.
Así, quien manda en ese territorio de aquel principado o reino es el príncipe o el rey, tal es el caso emblemático del Rey Luís XIV, que se le asume esa frase lapidaria de “El estado soy yo”, y que dicho sea de paso, según los historiadores, en su vida solamente se bañó dos ocasiones, pero su poder fue absoluto en los territorios de su reino.
Después ese concepto de soberanía, ya entrada la modernidad y la conformación de los estados-nación, se sustituyó al titular de ésta, por lo cual dejaron de ser los reyes y príncipes; la mayoría fue destituida, asesinada, decapitada, desterrada, etc.
Se hizo mención en las constituciones de muchas naciones del mundo occidental, que, la soberanía recaía y residía en el pueblo, por ello es que el titular de la soberanía era el pueblo, por lo cual, necesitábamos para que esa soberanía tuviera efectividad, un correcto sistema democrático.
Sin embargo, ahora en los tiempos de la globalización, globalidad, mundialización que son las diversas denominaciones que se usan por diversos tratadistas del fenómeno que se vive hoy, la soberanía se comparte, pues en las constituciones de los estados-nación aun se sostiene románticamente que radica en el pueblo, pero en la práctica, esto no es así.
Muchas de las políticas públicas que se implementan en las naciones no provienen del pueblo, no se trata de decisiones de la población; menos aun, podemos decir que son decisiones tomadas por el sentido común de esta población, sino que, se trata de imposiciones internacionales, a las que se les denomina “recomendaciones”, pero que en realidad, se deben de implementar forzosamente en los sistemas jurídicos de las naciones, ya que los organismos internacionales, las organizaciones no gubernamentales, las cortes internacionales, las empresas calificadoras, así lo determinan y con ello, se permite la subsistencia de los personajes titulares en el poder de una nación, o bien, una mayor oportunidad de inversión extranjera, financiamiento a ese estado, etc.
Así, cuando se dice la frase: “defenderemos la soberanía”, primero deberíamos de considerar para el discursante, quién es el titular de esa soberanía, si es como sucedía en la modernidad, esto es, la población o si es como sucedía en los indicios de esta modernidad, es decir los reyes y príncipes, o bien, si es el titular de la soberanía en los tiempos de la postmodernidad, una titularidad compartida entre la romántica concepción de la población y esos organismos internacionales.
En resumen, ¿qué titularidad de la soberanía pretendemos defender? Porque de lo contrario, se queda esa frase en eso que se denomina como “los lugares comunes”, es decir, frases que suenan y se escuchan muy bien, pero que no significan nada, como es el mismo caso de la “protección de los derechos humanos”, que se escucha muy bien, legitima cualquier discurso, pero que en la realidad material no significa nada.
Hoy, lo que urge para defender nuestra soberanía, pues está es más que compartida, es resolver los problemas desde adentro, como es simplemente empezar con brindar seguridad jurídica a los ciudadanos de a pie. Es ese el único camino para acabar con la delincuencia, el crimen organizado, tantos asesinatos en el país y hablando de migración, es el único camino para evitar que sigan saliendo tantos y tantos mexicanos en su calidad de migrantes para ser vejados, maltratados, lesionados en el país del norte, muy a pesar de que perjudique económicamente a la nación que no salgan, pues hay que recordar que a partir de la administración pública anterior, el principal ingreso del extranjero son las remesas.
(Web: parmenasradio.org)
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Licenciado en Derecho por la Escuela Libre de Derecho, maestro en Derecho (Ibero Puebla), doctor en Derecho por la Universidad Panamericana y también por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Desde 1997 es titular del despacho Consultoría Contencioso Administrativa. Ganador del Premio Nacional a la Investigación Jurídica.