El poder de la pausa: más que un alto, una estrategia

  • Eduardo Tovilla
Hacer una pausa no es perder tiempo, es ganar claridad; detenerte puede cambiarlo todo

Recuerdo que cuando vi por primera vez la Fórmula 1, como estaba muy pequeño y no sabía realmente la dinámica de una carrera, me costó mucho trabajo comprender por qué tenían que mandar a pits a ese auto rojo (el famoso Ferrari) que iba en primer lugar y que yo, Eduardo Tovilla, quería que ganara. Me aterraba que perdiera la ventaja. Después de varias carreras lo comprendí. ¿No sueles ver esta competición o ni te gusta? No te preocupes, sólo la usaré para explicar la premisa del libro sobre el que trata esta columna.

Sí, ponte en los zapatos de un piloto de carreras, pero con menos experiencia que uno de la Fórmula 1 – aunque no dudo que con frecuencia alguno se encuentre en una situación así –: vas a toda velocidad, el motor ruge y la adrenalina corre por tus venas. De repente, las luces del tablero parpadean: necesitas entrar a pits. Sabes que es indispensable para seguir compitiendo, pero tu instinto grita: “¡No frenes! ¡No pierdas el ritmo!”. Ahora, cambia el auto por tu vida: ¿cuántas veces has ignorado las señales que piden detenerte, aunque sea por unos segundos?

A mi alrededor, veo muchas personas alérgicas a las pausas. Yo mismo me he sorprendido “estornudando”, poniéndome en modo fast forward con mensajes, correos, reuniones, pendientes, redes sociales, más reuniones. Lo hacemos convencidos o queriéndonos convencer de que la eficiencia es sinónimo de velocidad y que, quien se detiene, pierde. ¿Y si te dijera que los mejores estrategas, los líderes más exitosos y hasta los héroes de la cultura pop han encontrado su mayor poder justo cuando decidieron hacer una pausa?

A Rocky Balboa le funcionó. En la tercera entrega de la saga, cuando cree que puede vencer entrenando sin descanso y sin estrategia, pierde contra Clubber Lang (Mr. T). Sólo cuando detiene todo, reevalúa su táctica y se prepara con Apollo Creed, logra recuperar el título. Lo que podemos aprender de esto es que hacer un paréntesis no es debilidad; puede significar preparación. Sobre esto habla el libro El poder de la pausa de Nance Guilmartin.

La premisa de la autora es clara: los momentos de pausa son clave para tomar mejores decisiones, resolver problemas y evitar errores costosos, pero como no siempre quitar el pie del acelerador puede traer beneficios o es fácil, nos da algunas recomendaciones al respecto. Me centraré en las que, desde mi punto de vista, son las más relevantes.

1. Reconocimiento de la necesidad de una pausa

Guilmartin considera que es importante evaluar las consecuencias de tomar una decisión, porque no todas son reversibles. Y no, no hablo sobre aquellas que son de vida o muerte, sino también de esas elecciones cotidianas que, sin darnos cuenta, pueden marcar una gran diferencia, como cuál carrera estudiar, cambiar de empleo o terminar una relación, ya que pueden tener un impacto duradero en nuestra vida. ¡Vaya! Aquellas como qué serie ver en Netflix, qué ropa ponerte un día común o qué sabor de café pedir por la mañana son decisiones de bajo impacto, así que, puede no pasar mucho si haces una pausa o no.

2. Duración flexible de la pausa

Según Guilmartin, una pausa no tiene una duración fija; puede extenderse desde unos segundos hasta un día entero, según lo requiera la situación. Por ejemplo, antes de responder un correo enojado, una pausa de unos segundos puede ser suficiente para ajustar el mensaje (o borrarlo todo y empezar de nuevo) con más calma. Sin embargo, cuando tienes que decidir cambiar de residencia o comprarte un auto, detenerte por varias horas o incluso días puede ayudar a evaluar mejor las opciones. Esta flexibilidad hace que la pausa sea verdaderamente útil en lugar de convertirse en un obstáculo.

3. Aplicación en diversas áreas

Las pausas estratégicas no se limitan a un solo ámbito de la vida; pueden aplicarse en diversas áreas, desde lo personal hasta lo profesional. En el trabajo, un líder que se detiene a escuchar antes de tomar una decisión evita errores y mejora la comunicación con su equipo. En la vida cotidiana, hacer una pausa antes de responder a un conflicto familiar puede evitar, como coloquialmente se dice “una tormenta en un vaso de agua”, esto es, puede ser el punto de inflexión entre un enfrentamiento acalorado y un diálogo productivo. ¿Has notado que, aún en situaciones de emergencia, los profesionales de la salud y los equipos de crisis hacen pausas breves para valorar la mejor estrategia antes de actuar?

Seguro que te estarás preguntando: Eduardo Tovilla, entonces, ¿qué hago durante la pausa? Hay algunas herramientas prácticas aconsejadas por la autora que te servirán para recopilar información importante, analizar situaciones de manera más efectiva y fomentar la colaboración. Entre ellas están que realices preguntas para profundizar en la situación, como: ¿qué información me falta?, ¿cuál es el verdadero problema aquí? Estas cuestiones facilitan una comprensión más completa e incentivan respuestas más efectivas.

Otro consejo es que implementes la escucha activa. En este sentido, dedica tiempo a escuchar atentamente a los demás sin interrumpir. Esta práctica mejora la comunicación, pero además te permite ser más considerado al dar una respuesta. Así que ya sabes, si escuchas con atención, tu panorama se ampliará y reaccionarás con empatía. Y bueno, te hayas tomado una pausa o no, la autora también sugiere que te des un tiempo para pensar en lo ocurrido. Detecta qué funcionó, qué pudiste hacer de manera diferente y cuál es el aprendizaje que te deja la experiencia.

Voy a cerrar esta columna con The Sound of Silence, la icónica canción de Simon & Garfunkel, un himno para una generación que busca sentido y conexión en medio del ruido y la velocidad de la vida moderna. Versa sobre un mundo donde la gente “habla sin hablar y oye sin escuchar”, atrapada en el bullicio de su propia prisa. ¿No es eso lo que ocurre cuando vivimos sin pausas? Cuando saltamos de una tarea a otra sin detenernos a pensar si realmente estamos en el camino correcto. Así que atrévete a desafiar ese ritmo frenético que está tan normalizado: haz de la pausa un acto revolucionario.

 

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Eduardo Tovilla

Economista egresado del ITAM y maestro en Administración de Negocios por la Universidad de las Américas Puebla. De 1995 a 2019 se desempeñó como funcionario público. Su conexión con el pádel se fusiona con una exitosa carrera empresarial y su compromiso filantrópico.