El arte de relatar historias para inspirar
- Eduardo Tovilla
¿Recuerdan El Gran Pez? La verdad, no encontré un mejor ejemplo para explicar la importancia de relatar historias que esta película. Si no la han visto, les recomiendo que lo hagan cuanto antes. La trama mezcla fantasía con realidad y se centra en la relación entre un hijo, Will, y su padre, Edward Bloom, famoso por contar anécdotas extraordinarias y mágicas de su vida, aunque muchas veces parecen exageradas o imposibles de creer.
A lo largo de la película, Will intenta separar los hechos reales de la ficción mientras aprende a comprender a su padre y el valor de lo que él cuenta. Este filme celebra el poder de la imaginación, el storytelling y cómo las historias pueden dar sentido a la vida, así como conectar emocionalmente a las personas. Esta película y otros libros que han llegado a mis manos sobre el tema me motivaron a mejorar como cronista. En esta columna, yo, Eduardo Tovilla, les explicaré por qué también puede ser un recurso clave en las empresas.
En Building a Story Brand, Donald Miller explica por qué, de manera general, son importantes las historias. Lo son porque nos ayudan a darle sentido a las cosas cuando todo parece un caos. En lugar de sentirnos perdidos con demasiada información, un relato conecta los puntos y nos muestra un camino claro. Es como si pusiera orden en medio del desorden y nos ayudara a entender qué está pasando y qué podemos hacer. Dicho de otro modo: nos guían, nos inspiran y nos auxilian a encontrar soluciones de una manera sencilla. Por esta razón, en las organizaciones los líderes deben utilizarlas para alentar equipos.
El arte de contar relatos para inspirar equipos
Desde tiempos antiguos, las historias han sido el medio para transmitir conocimiento, unir comunidades y mover a las personas hacia una causa común. Como líderes, dominar este arte puede marcar la diferencia entre un equipo simplemente funcional y uno realmente comprometido y motivado. Sí, mientras que los datos y las cifras apelan a la lógica, las historias conectan directamente con nuestras emociones. Según Stephen Denning, autor de The Leader’s Guide to Storytelling, con las historias, los líderes pueden:
Comunicar la visión de forma clara y memorable: Las historias hacen que una idea abstracta se vuelva tangible y significativa.
Motivar al cambio: Al mostrar ejemplos de éxito o superación, inspiran a las personas a actuar.
Crear un sentido de comunidad: Refuerzan valores compartidos y construyen vínculos emocionales dentro del equipo.
Denning menciona que hay dos aspectos a considerar al contar una historia: el qué y el cómo; es decir, lo que se transmite y la manera en la que se hace. En relación con el qué, esto es lo que hay que tener presente:
1. El contexto o inicio
Se trata del punto de partida de tu historia y no es menos notable que el remate o final, aunque sí breve. En este parte, introduces el problema o desafío que enfrenta un área, proyecto, la empresa, un equipo o un colaborador, para establecer un contexto claro y familiar. Aquí debes dejar claro quiénes son los protagonistas, cuál es la situación que están enfrentando y por qué es un desafío significativo. Te comparto un ejemplo:
En 2020, nuestra empresa enfrentó uno de los retos más grandes de su historia. Con la llegada de la pandemia, todo nuestro modelo de trabajo cambió. Éramos un equipo acostumbrado a reuniones cara a cara y un flujo constante de interacción personal. De repente, tuvimos que adaptarnos a trabajar de manera remota, lo que generó incertidumbre, estrés y desconexión entre nosotros.
2. Nudo o conflicto
Aquí es donde ocurre la magia de la historia. Este es el momento de profundizar en los obstáculos, dificultades y conflictos que enfrentaron los protagonistas. En esta parte, la audiencia conecta emocionalmente porque empatizan con los retos. Es esencial no tener miedo de mostrar vulnerabilidad, ya que esto hace que la historia sea más humana y auténtica. Se deben explicar cuáles fueron los obstáculos que enfrentaron, cómo afectaron al equipo u organización y los sentimientos que surgieron. Veamos:
Las primeras semanas fueron caóticas. Nadie sabía cómo manejar las herramientas digitales, las reuniones virtuales eran un desastre y la productividad cayó en picada. Más que eso, el equipo comenzó a sentirse desconectado. Extrañábamos la interacción diaria y había tensión porque no sabíamos cómo seguir adelante. Había días en los que parecía que todo iba a colapsar.
3. Desenlace, logro o lección
Finalmente, hay que cerrar la historia. Aquí es donde muestras el resultado positivo o el aprendizaje obtenido después de superar los desafíos. Este es el momento de inspirar a tu audiencia, destacando cómo los esfuerzos, la resiliencia y la colaboración llevaron a un desenlace exitoso. Si es posible, conecta el desenlace con una visión del futuro o con el presente. Por ejemplo:
Pero no nos rendimos. Poco a poco, aprendimos a usar las herramientas digitales y comenzamos a apoyarnos mutuamente. Organizamos reuniones virtuales más dinámicas, implementamos check-ins para cuidar nuestro bienestar emocional y diseñamos nuevos procesos que se adaptaron a nuestras circunstancias. Al final del año, recuperamos la productividad y nos convertimos en un equipo más resiliente y conectado.
El desenlace debe dejar una sensación de esperanza y propósito en tu audiencia.
Como mencioné anteriormente, es necesario poner atención en el cómo. Donald Miller aconseja que seas auténtico, ya que las historias más poderosas provienen de la experiencia personal o del equipo; usa lenguaje visual, esto ayuda a las personas a imaginarse la situación; y adapta la historia al público, es decir, piensa en las preocupaciones y aspiraciones de tu equipo.
Contar historias que conecten emocionalmente no es algo que se domine de la noche a la mañana; como cualquier habilidad requiere práctica, paciencia y disposición para aprender de cada intento.
Aunque estos consejos no buscan ser una fórmula mágica, sí son un punto de partida para mejorar tu capacidad de comunicación y oratoria. Yo Eduardo Tovilla, si bien aún no brillo en el tema, he mejorado mucho al tener consciencia de esto cada vez que doy un “discurso”.
Opinion para Interiores:
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Economista egresado del ITAM y maestro en Administración de Negocios por la Universidad de las Américas Puebla. De 1995 a 2019 se desempeñó como funcionario público. Su conexión con el pádel se fusiona con una exitosa carrera empresarial y su compromiso filantrópico.