Vélez Macuil: ley mordaza barbosista a periodistas
- Pablo Ruiz Meza
Se cumplió un año de haber concluido mi relación profesional con Grupo Milenio, en el que laboré doce años como director editorial de MILENIO Puebla.
La empresa editorial me abrió las puertas a principio de la década de los noventa como reportero de El Diario de Monterrey, en el estado de Nuevo León. Siempre agradecido por esa oportunidad.
Junto con Canal 12 de Multimedios, fueron la cuna de la edición impresa de MILENIO y MILENIO Televisión, consolidada hoy como una exitosa e importante empresa multimedia.
Como parte de este ejercicio profesional considero importante exponer las razones de mi despido como director editorial en enero de 2023, y la conclusión de la relación laboral en diciembre de ese año.
Mi salida como director editorial de MILENIO Puebla dejó de ser un asunto estrictamente personal en la medida que las causas de mi despido son de interés público por la intervención indebida del poder público en el estado.
En un caso de surrealismo, mi remoción como director editorial de MILENIO Puebla se generó por una “orden postmorten” del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.
Fue la entonces directora de Comunicación Social del gobierno estatal, la señora Verónica Vélez Macuil, quien notificó a las oficinas corporativas de Grupo Milenio que “por instrucciones” del gobernador Miguel Barbosa -días antes de que falleciera-, había ordenado cancelar la publicidad y no pagar el último trimestre de 2022, mientras el autor de esta columna permaneciera como director de MILENIO Puebla.
La amenaza de cancelar el convenio de publicidad del gobierno del estado se extendería para el ejercicio fiscal de 2023; lo que me notificaron el 26 de enero de 2023 en las oficinas corporativas de Grupo Milenio, con un Barbosa Huerta ya sepultado y “girada” la instrucción cuando ya había asumido el cargo Sergio Salomón Céspedes Peregrina como gobernador sustituto.
Se me exhibió el oficio firmado por Verónica Vélez notificando la cancelación de la publicidad en una reunión en las oficinas corporativas en la Ciudad de México, removiéndome de inmediato de la Dirección Editorial, con el acuerdo de seguir colaborando en las páginas editoriales por un año, acuerdo que acepté e hice público, manteniendo una postura institucional.
Sin embargo, por una perversa decisión de los “nuevos” directivos de MILENIO Puebla, me fue suspendido el salario, me impidieron publicar la columna Nada Personal sin darme la oportunidad de despedirme; además de cancelar mi comentario editorial “El Pulso” en las emisiones vespertinas de noticias en Canal 6. Maltratos y atropellos ruines.
Ineptitud y falta de profesionalismo de la vocera barbosista
Debido a las deficiencias propias de la improvisación, la falta de capacitación y profesionalismo de los funcionarios públicos en esa parte del gobierno barbosista, los desencuentros con la otrora directora de Comunicación Social se agravaron por no permitirle su injerencia en los contenidos y la línea editorial de la empresa.
Los desencuentros con Vélez fueron exhibidos en más de una ocasión por el entonces gobernador Miguel Barbosa Huerta en varias conferencias de prensa matutina, aludiendo los titulares y contenidos de la edición impresa de MILENIO Puebla, influido por las versiones de su encargada de Comunicación.
Tres fueron los desencuentros con la señora Verónica Vélez: Primero, durante la campaña electoral, por un error de ella en el horario de la agenda para el encuentro con el entonces candidato a gobernador, “por hacerlo esperar” en la sala de juntas en las oficinas en las Torres JV.
Segundo: estaban vetados por el gobierno del estado los contenidos relacionados a la inseguridad pública, los indicadores de pobreza (Coneval), las pifias en las atenciones a la crisis sanitaria por COVID-19, y a los problemas sociales derivado de las malas decisiones gubernamentales.
La principal causa por lo que la señora Verónica Vélez exigiera mi remoción como director editorial mediante la extorsión con la cancelación de la publicidad a MILENIO Puebla, fue la nota principal con fotografía publicada en la edición impresa donde aparecieron Adán Augusto López, aspirante presidencial, levantándole las manos en señal de triunfo a los aspirantes a la gubernatura, Alejandro Armenta Mier e Ignacio Mier Velazco.
El reiterado reclamo con cartas “aclaratorias” de la directora de Comunicación Social fueron las publicaciones respecto a los indicadores sobre inseguridad pública en el estado, con el reclamo de que “nunca se criticó sobre el tema” al gobierno morenovallista.
Fue MILENIO Puebla quien publicó como nota principal el uso de gasolina robada por huachicoleros en los trabajos de construcción de la plataforma para la armadora automotriz Audi de México, así como otros hechos ocurridos en Palmar de Bravo y Palmarito Tochapan, etcétera.
Es de interés público mi separación de la dirección editorial de MILENIO Puebla porque se trata de uno de tantos excesos, abusos, censura, persecución y represión de la “ley mordaza” contra la libertad de expresión y de prensa durante el gobierno autoritario de Luis Miguel Barbosa Huerta.
Complicidad con la extorsión y chantaje de Verónica Vélez
Los trabajadores de los medios de comunicación sabemos de la fecha en que ingresamos a laborar a una empresa editorial, pero no cuándo vamos a salir, se dice a menudo en el argot periodístico.
Admito la decisión de la empresa editorial de prescindir de mis servicios, pero nunca compartiré la forma degradante e indignante, no solo por ceder al chantaje y a la extorsión, sino por colocarse al lado de un anunciante.
Ninguna empresa editorial está obligada a mantener una relación laboral con sus colaboradores, y están en su derecho de prescindir de los servicios de un director, como lo es el derecho de los reporteros de permanecer en un medio de comunicación, de acuerdo a la congruencia de la línea editorial.
A un año de mi separación de MILENIO Puebla, consideró oportuno hacer públicas las razones de mi remoción como director editorial, en estricto apego al contrato de confidencialidad que firme con la empresa para no revelar los asuntos de negocios y comerciales, pero no me obliga a callar los atropellos y la intromisión gubernamental.
En diciembre de 2023 concluí mi relación profesional con esa empresa editorial, con la mediación del tribunal laboral local.
No podría dejar de señalar el maltrato inmerecido del actual director Miguel Ángel Vargas, un regiomontano que mostró su miseria humana al denostar a los y las poblanas, agraviando a la sociedad, pese a ser bien acogido a su llegada al estado, así como vivir y comer de ella.
Pero el caso más patético es el de Alberto Rueda Esteve, quien de manera perversa divulgó cualquier cantidad de mentiras, calumnias e infamias hacia mi persona.
Él mismo emprendió una campaña de hostigamiento laboral, de despidos y ataques personales contra reporteros y editores, apoyado por personas como Andrés Lobato y Rosario Portillo.
La señora Verónica Vélez Macuil, propio de una persona con falta de profesionalismo, emprendió una embestida en mi contra, en complicidad con los personajes antes descritos, en un intento de desparecerme o extinguirme del ejercicio periodístico, como si de ellos dependiera.
Punto final. Era necesario relatarlo para dejar constancia de los atropellos y abusos del barbosismo instrumentados por Verónica Vélez, mismos que lastimaron los derechos humanos, la dignidad de las personas, la libertad de prensa y de expresión de reporteros, directores y medios de comunicación en el estado.
X@pabl_ruiz
Face: Pablo Ruiz Meza
como_director@yahoo.com.mx
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Periodista con más de 30 años de trayectoria como reportero de staff, investigaciones especiales, corresponsal nacional, director editorial, autor de la columna "Nada personal" y colaborador en diferentes medios de comunicación multimedia.