Alianza BUAP-Gobierno, banderazo sucesorio en agosto

  • Pablo Ruiz Meza
Entre los universitarios hay aprobación para una eventual reelección de Lilia Cedillo Ramírez

Este 2025 es un año de definiciones para la “Benemérita” Universidad Autónoma de Puebla, en particular para la rectora Lilia Cedillo Ramírez.

Se trata del destino de la principal universidad pública del estado, la centenaria institución de educación superior rankeada entre las mejores del país, a nivel continental y del mundo.

Es una universidad con “memoria” histórica que se ha integrado a los procesos sociales del estado, con una vocación al servicio de los que menos tienen, ofreciendo desde hace décadas acceso a la educación a los jóvenes pese a las restricciones de los modelos neoliberales.

Al régimen de la Cuarta Transformación (4T) en el estado y el país le cae como anillo al dedo la UAP que reivindica el legado de la reforma universitaria, con una universidad crítica, democrática y popular.

Se trata de la universidad que resistió a las distorsiones de grupos de interés ligados a los gobiernos neoliberales del PRI (De la Madrid-Carlos Salinas-Bartlett-Piña Olaya-Marín), que traicionaron el legado del movimiento de Reforma Universitaria.

La semana pasada la BUAP y el gobierno del estado se reencontraron, con la primera mujer rectora que tiene como centro a los estudiantes universitarios y el acceso a la educación, y un gobierno estatal de la 4T, que, por lo menos en el discurso, atiende “primero a los pobres”.

La rectora Lilia Cedillo Ramírez y el gobernador Alejandro Armenta, emanado del partido de “izquierda” Morena, suscribieron una alianza a favor del progreso y bienestar de los poblanos.

“La universidad ha formado por años gente que trabaja por los ciudadanos, sobre todo por los más vulnerables, algo que es motivo de gran orgullo, porque en el aula tratamos de transmitir conocimiento y formar buenos ciudadanos...) dispuestos a colaborar con el gobierno”, destacó Cedillo.

De esta manera, el gobierno de “izquierda”, dicho por Armenta, retoma con conocimiento de causa o sin ella, la labor de extensionismo universitario emprendido por Enrique Cabrera Barroso, un universitario ejemplar asesinado por la intransigencia de la ultraderecha del PRI de los setenta.

La alianza entre la BUAP y el gobierno del estado de “izquierda” (eso presume) “permitirá institucionalizar el trabajo conjunto y hacer llegar a todos los municipios de Puebla la enorme gama de extensionismo cultural, científico y deportivo que tiene la Máxima Casa de Estudios en Puebla”, destacó Armenta, egresado de la Facultad de Administración Pública.

El convenio permitirá realizar labores de asesoría, consultoría, capacitación y desarrollo profesional de servidores públicos, además del servicio social y prácticas profesionales de estudiantes en el sector público, establece el acuerdo BUAP-gobierno.

Esta alianza suscrita entre la rectora de la BUAP y el gobernador Alejandro Armenta Mier, recuerda aquel momento histórico de la “reconciliación” entre la UAP y el gobierno, encabezados en 1978 por el Ingeniero Luis Rivera Terrazas y el entonces gobernador Alfredo Toxqui Fernández de Lara.

Universidad para los pobres con Rivera Terrazas

El escritor y periodista zacatecano, poblano por adopción, Juan Gerardo Sampedro, describe muy bien esa escena, rescatada de las crónicas de esa época:

En 1978, el ingeniero Luis Rivera Terrazas, originario de Bacum, un pueblo yaqui de Sonora (21 de diciembre de 1912), buscaba la reelección a la rectoría de la Universidad Autónoma de Puebla.

Atrás habían quedado, aparentemente, las agresiones del estado en contra de los Carolinos y Alfredo Toxqui Fernández de Lara era el gobernador de la conciliación, así lo dicen las crónicas.

En 1978, Luis Rivera Terrazas es nombrado rector de la Universidad Autónoma de Puebla para un periodo más de tres años, como lo marcaba la ley orgánica de la institución.

En su toma de protesta expresó que ningún partido político, incluido el partido en el que él militaba –el glorioso Partido Comunista Mexicano— estaría por encima de la Universidad.

Su programa de trabajo pretendía continuar con el que lo llevó a dirigir el destino de los universitarios en 1975 y que intitulaba así: “Por una Universidad Democrática, Crítica y Popular”, la que daba cabida a los hijos de los obreros, a los hijos del proletariado.

Ese año de su reelección se conmemoró el cuarto centenario de la UAP. Fue, viéndolo a través del tiempo, un año hiperactivo en todos los sentidos. Una creciente actividad política y cultural en todo el estado.

(Hizo lo propio) Guillermo Jiménez Morales, recién electo gobernador del estado, acompañó al ingeniero (Rivera Terrazas) hasta las puertas del edificio Carolino, en un lento paseo que a muchos les pareció eterno puesto que si el señor gobernador hubiese tenido la ocurrencia de pisar el escalón del edificio se habría violado la Autonomía Universitaria.

Le caería bien a la memoria universitaria, ahora con un gobierno de “izquierda”, despresurizar la deuda histórica de los gobiernos con la exigencia de la “Comisión de la Verdad” para esclarecer los asesinatos de los universitarios Joel Arriaga, Alfonso Calderón, Enrique Cabrera, entre otros, en la década de los setenta.

Bien podría abonar en el ajuste de cuentas con la historia, que el gobierno de “izquierda” pida “perdón público” a familiares y a los universitarios agraviados, para cerrar ese capítulo de la deuda histórica.  

Lilia Cedillo, comunicación directa con Armenta

Esa línea institucional en la relación de la rectora con el titular Poder Ejecutivo del estado, en el marco del respeto a la autonomía universitaria, es un buen mensaje de gobernabilidad y respeto recíproco, sin sobresalto alguno que “despierte al tigre”, como ocurrió aquel 5 de marzo de 2020 con Miguel Barbosa Huerta (+).

Cedillo Ramírez ha logrado construir una relación directa con el gobernador Alejandro Armenta, lo que seguramente abonará a favor de la estabilidad universitaria con la elección de rector en agosto de este año.

Ante la remota posibilidad que otra cosa ocurriera al interior de la Máxima Casa de Estudios en el estado, entre los universitarios -estudiantes, maestros y administrativos- existe un sentimiento de aprobación para una eventual reelección de Lilia Cedillo Ramírez.

Consolidar CU2 en la ampliación de nuevos espacios, así como la construcción de los nuevos edificios para las preparatorias “Emiliano Zapata” y “Lázaro Cárdenas”, entre otras ampliaciones en unidades académicas, serán las prioridades internas de la rectora de la BUAP.

En las labores de extensionismo, una buena parte contenida en la alianza de la BUAP con el gobierno, serán las tareas prioritarias para cerrar el círculo virtuoso de la consolidación del proyecto académico, científico, administrativo, financiero y cultural de la actual rectora.

Será en agosto, al regreso del periodo vacacional veraniego, cuando se reúna el Consejo Universitario para emitir la convocatoria para la elección de rector, proceso donde eventualmente Cedillo Ramírez participará para un periodo adicional, en apego a la Ley Orgánica.

Acostumbrados en la clase política universitaria a los “mensajes” en el ejercicio del poder público, la alianza firmada entre la rectora y el gobernador, bien pueden tomarlo como el “banderazo” al proceso sucesorio en la BUAP, con pleno respeto y relación institucional entre ambas entidades.

Si en Puebla gobierna la “izquierda”, qué impedimento tendría para marchar de la mano con una universidad pública como la BUAP que surgió de un movimiento de autonomía y reforma universitaria a favor de los sectores vulnerables de la población para garantizar el acceso y la gratuidad en la educación superior. Es pregunta.

X@pabl_ruiz
Face: Pablo Ruiz Meza
como_director@yahoo.com.mx

 

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Pablo Ruiz Meza

Periodista con más de 30 años de trayectoria como reportero de staff, investigaciones especiales, corresponsal nacional, director editorial, autor de la columna "Nada personal" y colaborador en diferentes medios de comunicación multimedia.