El maximato de López Obrador
- Blanca Alcalá Ruiz
Resulta difícil pensar que Andrés Manuel López Obrador se retirará de la vida pública y política del país cuando a pocos días del cambio de gobierno y en medio de una transición, siga influyendo y dictando línea a los legisladores de su movimiento para que aprueben todas sus iniciativas y caprichos que ha planteado.
Es una falta de respeto para la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo y es un síndrome del patriarcado que pesa sobre las figuras de las y los legisladores que responden al llamado del presidente saliente y que le dan la espalda a quien será la próxima titular del Ejecutivo Federal.
Prueba de ello, es la aprobación fast track de la reforma al Poder Judicial de la Federación, para que jueces, magistrados y ministros sean electos a través del voto popular. Mientras Claudia Sheinbaum pedía tiempo para discutirla y analizarla, las huestes de López Obrador la aprobaron a pocos días de iniciada la LXVI Legislatura y el mismo proceso se llevó a cabo con la reforma para que la Guardia Nacional forme parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, con la finalidad de que se haga cargo de la seguridad pública y las labores de investigación.
Respecto a la reforma al Poder Judicial, cuál era la urgencia de aprobar una iniciativa que genera el descontento de un sector muy grande la población y que en nada garantizará justicia pronta y expedita para todos los mexicanos. En la enmienda no se habla de tener más jueces, más ministerios públicos, ni más jueces de oficio que puedan defender a la ciudadanía. Además, las policías que son el primer respondiente, no tendrán más recursos para equipo y capacitación.
La elección de jueces, ministros y magistrados a través del voto popular solo beneficiará al grupo en el gobierno; ellos serán quienes impulsarán los nombres de las personas que llegarán a la boleta final.
Además, varios son los desafíos y riesgos que se avizoran. El nivel de abstencionismo uno de ellos, la manipulación de la selección de candidatos, el propio proceso electoral y qué decir de la injerencia del crimen organizado en la elección, como ya ha sucedido, en distintas regiones del país al postular candidatos a puestos de elección popular.
El nivel de abstencionismo será de los más altos que se haya registrado en un proceso electoral y quienes acudan a votar lo harán por los perfiles que promoverán Morena y sus aliados. Hablan de democracia, pero se beneficiarán de la gente que no acudirá a las urnas.
La finalidad es clara: apoderarse de todos los poderes de la Unión, el Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
En estos momentos se deberían estar analizando y discutiendo enmiendas que beneficien a la ciudadanía, no los caprichos de un solo hombre.
Sin duda, la reforma judicial afectará más a los pobres, destruirá la democracia y la independencia del Poder Judicial.
Quienes más van a padecer son las personas en pobreza, los grupos minoritarios, los migrantes, ya que los ricos se irán a los arbitrajes, tendrán grandes despachos, seleccionarán juzgados en el extranjero, pero los más vulnerables no tendrán acceso a más defensores de oficio.
La reforma judicial es un engaño, no es para mejorar el sistema de justicia ni para contar con más y mejores jueces que resuelvan de manera más eficaz los casos, es una venganza evidente de López Obrador.
Opinion para Interiores:
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Licenciada en Relaciones Internacionales por la UDLAP, maestra en Administración Pública por el INAP y candidata a doctora en Administración Pública por el IAP Veracruz. Ha sido Presidenta Municipal de Puebla y senadora de la República. Actualmente es vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y vicecoordinadora de la fracción priista.