Nunca antes se habían presentado tantas agresiones en contra de políticos, aspirantes, candidatas y candidatos en un proceso electoral.

Es una realidad que los grupos criminales y de la delincuencia organizada se han apoderado de varios territorios del país, generando un clima de terror entre la ciudadanía y entre quienes aspiran a un cargo de elección popular.

La democracia está en riesgo por los asesinatos y el clima de inseguridad que pone en vilo la elección del 2 de junio.

De acuerdo al análisis realizado por el proyecto Laboratorio Electoral, en los primeros tres meses de este año hubo un incremento del 150% en la cantidad de agresiones relacionadas con las elecciones.

Con el lamentable asesinato de Gisela Gaytán, candidata de Morena a la alcaldía de Celaya, Guanajuato, hasta el 2 de abril se tenían contabilizados 27 asesinatos de aspirantes a un cargo público durante la presente contienda, superando las cifras de este tipo de homicidios registradas en 2018.

Asimismo, dicha plataforma elaboró un mapa de riesgos en el que se plantea cuáles son los estados más amenazados por la violencia electoral y esto son Michoacán, Chiapas, Guerrero y Morelos, entidades que, de acuerdo con el informe preliminar y a datos de la propia Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, son de los territorios en donde se registran los índices más altos de violencia.

En un nivel de riesgo medio se encuentran entidades como Jalisco, el Estado de México, Puebla, Veracruz y Oaxaca, mientras que la amenaza para las elecciones es menor en Sinaloa, Chihuahua, Zacatecas, Guanajuato, Colima, Tamaulipas, Nuevo León, Hidalgo, la Ciudad de México y Campeche.

Es alarmante, que de acuerdo a la información que brindó la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, hasta el momento se han presentado 108 solicitudes de protección, de las cuales 86 ya fueron atendidas, 12 están en análisis de riesgo y 10 fueron declinadas. Esto demuestra que las y los candidatos tienen miedo de hacer campaña y eso es inaceptable.

Urge que los tres órdenes de gobierno se coordinen e implementen una estrategia eficaz para garantizar la seguridad de las y los candidatos y de la ciudadanía que saldrá a emitir su voto.

No podemos permitir que sean los delincuentes los actores de esta elección. Los protagonistas deben ser las y los candidatos y los ciudadanos, que puedan participar y ejercer su voto sin miedo y con libertad. El futuro del país está en juego.

No basta con emitir condolencias, mandar abrazos a los familiares de las víctimas y condenar las agresiones. Es necesario que se fortalezcan a los cuerpos policiacos, federales, estatales y municipales, con equipo de capacitación y buenos salarios. Todo ello, para evitar que caigan en las filas de las bandas criminales.

Se tiene que dejar de repartir culpas y buscar mecanismos eficientes que garanticen paz y tranquilidad en el país.

La seguridad de las y los mexicanos, es responsabilidad del Estado y de las autoridades de los tres órdenes de gobierno.

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