El liderazgo femenino

  • Alejandra Gutiérrez Jaramillo
Necesitamos políticas profesionales que antepongan el bien común y la agenda de género

Para que las mujeres demos un paso más para consolidar liderazgos, debemos de tener claro que venimos de un androcentrismo, de una estructura patriarcal, de instituciones machistas, de la ausencia de perspectiva de género y de la falta de conocimiento de nuestros derechos y obligaciones.

Estamos expectantes de los cambios estructurales que puedan darse los próximos seis años, porque no se han notado cambios trascendentes en alcaldías y gubernaturas encabezadas por mujeres.

Las mujeres tenemos entre otros derechos, el derecho a una autonomía económica, física, política y de toma de decisiones; tenemos que dejar de lado la necesidad de validar nuestras decisiones por un hombre, porque en la arena política las presidencias nacionales de los partidos políticos están encabezadas por el género masculino, y lastimosamente la última palabra no la tienen las mujeres, aunque estas ocupen un cargo público.

Como mujeres lidiamos con varios temas, nuestra responsabilidad familiar, como madres y también como cuidadoras, el tema laboral, la participación política y en muchos casos la brecha salarial.

El liderazgo de las mujeres se da en un inicio en el hogar, porque es un espacio social, en el que tenemos la aspiración de una vida en común, tenemos que organizarnos para resolver necesidades tanto económicas como afectivas, teniendo la enorme responsabilidad de inculcar valores, principios y creencias, para hacer de nuestros hijos e hijas buenos seres humanos útiles a la sociedad.

Una lideresa debe tener como propósito la capacidad de influir en las decisiones de otros y otras, tener la capacidad de organización y comunicación, así como generar confianza, seguridad, valores y compromiso. Ser empática, conectar con la gente pero de manera honesta, humilde y auténtica.   

Saber negociar, construir acuerdos, ser asertiva, no prejuzgar, en todo momento buscar avanzar y tener la firme convicción que hay temas que no son negociables.

La participación efectiva de lideresas en la toma de decisiones es primordial para que la agenda política, mediática y de la opinión pública incorpore las necesidades de las mujeres con perspectiva de género, y sea receptiva ante las problemáticas de las féminas.

Los liderazgos y aportes de las mujeres han demostrado ser fundamentales para el manejo de escenarios y para tener una visión inclusiva e igualitaria frente a una situación de crisis.

La corresponsabilidad entre los géneros, es importante para visibilizar la carga que sostenemos las mujeres, respecto a nuestro papel de cuidadoras, siendo esta situación desproporcionada con respecto a los hombres.

La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, prometió en campaña un nuevo pacto político del Estado con las mujeres, de las mujeres con la familia, y de las mujeres con la sociedad; además de la integración del Sistema Nacional de Cuidados,  el cual  promoverá políticas públicas que reconozcan, reduzcan y redistribuyan las cargas de cuidados que realizan las mujeres en más de un 70 por ciento, con el objetivo de liberar su tiempo cautivo y generar las condiciones para que las mujeres se incorporen a la vida laboral, política y cultural del país.

Necesitamos políticas profesionales, que privilegien como toda líder los intereses comunes antes de los personales, que asuman una agenda de género, porque ser mujer de facto no implica tener una agenda feminista.

@luza1975

 

 

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Alejandra Gutiérrez Jaramillo

Comunicóloga por la Ibero Puebla. Experta en elecciones, género y comunicación política. Ex Consejera del Instituto Electoral del Estado de Puebla. Precursora del Observatorio de Participación Política de las Mujeres. Durante 18 años ha sido Consejera Electoral Local y Federal. Dirige la Consultoría Emphatheia.