El 24 de julio, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, visitó el Congreso de los Estados Unidos y pronunció un discurso en apoyo a su decisión de iniciar una “guerra” que se ha convertido en un genocidio contra el pueblo palestino en Gaza tras el ataque del grupo terrorista Hamas en octubre de 2023 en Israel. A pesar de ser un Congreso de mayoría demócrata, una gran parte de los congresistas, independientemente de su ideología, lo ovacionaron de pie.

Además de su visita al Congreso, Netanyahu se reunió con el presidente Joe Biden para discutir la posibilidad de un cese al fuego en Gaza. Sin embargo, Netanyahu se opone a esta medida, ya que podría poner en riesgo su respaldo político por parte de los grupos de ultraderecha que desean que esta “guerra” continúe. Para asegurar la continuidad de la alianza estratégica entre Israel y Estados Unidos, Netanyahu también se reunió con los candidatos presidenciales Kamala Harris y Donald Trump.

A pesar del discurso sobre un posible cese al fuego, en abril de este año, el Congreso de los Estados Unidos aprobó un paquete de ayuda financiera de 95 mil millones de dólares para Ucrania, Israel y Taiwán. Este hecho sugiere que la narrativa del cese al fuego podría ser más ilusoria que real, siendo que quizás, esta narrativa es una forma de lavarse la cara ante el escenario internacional que está repudiando lo acontecido en Gaza.

En menos de cinco meses, los Estados Unidos tendrá elecciones presidenciales y los ojos del mundo están puestos en esta elección, pues existen muchas interrogantes que hay que responder. Una de las más importantes es: ¿Cuál será la postura de los Estados Unidos frente a lo acontecido en Gaza? Y si esta no cambiara, ¿quién de los dos candidatos representa un peligro menor acorde a sus causas?

Estados Unidos e Israel son aliados estratégicos desde 1948 cuando el presidente Harry Truman reconoció a Israel como Estado. Sin embargo, no es hasta 1967 cuando Israel gana la Guerra de los Seis Días, contra Egipto, Jordania y Siria que eran respaldados por la Unión Soviética, que Estado Unidos cambia su postura de una relación cordial con Israel a convertirlo en su gran aliado en la región para defender sus intereses frente a los intereses soviéticos.

Kamala Harris irrumpió en la escena electoral como una bocanada de aire fresco para el Partido Demócrata. Durante la presidencia de Joe Biden fue la primera mujer afroamericana en ocupar la vicepresidencia de Estados Unidos. Harris ha roto importantes barreras para las mujeres y los migrantes, ya que sus padres son de origen jamaiquino e hindú. En su paso por el Senado, abogó por el control de armas, la reforma al sistema de salud y la legalización del cannabis, entre otras causas. A pesar de su firme apoyo a Israel y sus estrechas relaciones con organizaciones que defienden las acciones de Israel en Gaza, en la reunión que Harris sostuvo con Netanyahu dejó en claro que su postura es que Israel tiene todo el derecho de defenderse como país, pero que las formas de cómo hacerlo, eran importantes, es decir, los fines no siempre justifican los medios.

Harris en su búsqueda a la presidencia impulsa causas para la protección de la clase media, garantizar que el sistema de salud sea un derecho para toda la población americana, no importando sus ingresos, y buscar que el derecho al acceso a la vivienda sea una realidad, entre muchas otras más. Su llegada al escenario político da la oportunidad a los demócratas de competir y es una esperanza para muchos estadounidenses de que, si ella gana, se podría frenar el avance de una agenda derechista en Estados Unidos, aunque su postura en contra de los derechos humanos en Gaza contradiga su imagen como símbolo de la diversidad.

Por otro lado, Donald Trump, quien ya fue presidente de Estados Unidos de 2016 a 2020, ha establecido que Israel es un aliado muy importante para su país y que el gobierno de los Estados Unidos no lo ha apoyado en forma suficiente, a pesar de que dice que la guerra debe de terminar lo antes posible. Trump tiene una política migratoria racista y rapaz, ha sido declarado culpable por 34 delitos, y ha amenazado con aumentar los aranceles a los productos que ingresen a los Estados Unidos, incluso aunque existan tratados internacionales, buscará que el derecho a la identidad de género sea restringida.

Partiendo de este escenario, lo que se sabe es que independientemente de quién gane, la postura de Estados Unidos frente al conflicto en Gaza se mantendrá. Qué tremendo para el electorado estadounidense tener que elegir entre lo que perciben como el mal menor y es evidente que está más que claro.

Harris encarna los claroscuros del escenario político internacional, reflejando lo que en política es una constante: es imposible agradar a todos. A menudo, se apoyan agendas cuestionables para salvaguardar posturas institucionales. La política es arriesgada y complicada, y para promover ciertas agendas o evitar que otras prevalezcan, a veces los políticos en su carrera hacia el poder defienden posiciones indefendibles.

En la mayoría de las veces la política exige la transgresión de límites éticos y de congruencia, ya que el poder no se obtiene solo con el apoyo del pueblo, sino también con el respaldo de diversos intereses. Quien aspire a gobernar un país debe estar dispuesto a comprometer sus principios o su congruencia, así de cruel es la política.

Referencias
AJ+Español, (2024). ¿Cuál es la posición de Kamala Harris sobre Israel y Palestina?
Colvin, J., (2024). Trump dice que Israel debe terminar la guerra en Gaza. AP News.
El Financiero, (2023). ¿Cuáles son las propuestas de Donald Trump si logra regresar a la Casa Blanca?
France Senado de EE. UU. aprueba ayuda de 95.000 millones a Ucrania, Israel y Taiwán; Biden ya firmó la medida.
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García, C., (2023). EEUU e Israel: la fortaleza de una relación. Real Instituto Elcano.
Iscan, T., (2024). ¿Qué hay detrás de la visita de Benjamín Netanyahu a Estados Unidos? Milenio.
Tirrell, M y Luhby T., (2024). Estas son las ideas políticas que Kamala Harris ha defendido: son más progresistas que las de Biden. CNN.