Rasgos de retrocesos democráticos

  • Araceli Molina Diz
Ni las videntes de TikTok fueron capaces de predecir el triunfo abrumador de Morena

Es que los datos que se desprenden de la pasada elección nos siguen sorprendiendo, y yo por eso sigo con lo mismo. Ninguna encuestadora ni analista, es más, ni las videntes de TikTok fueron capaces de predecir el triunfo abrumador de Morena.

Un balance de analistas de Citibanamex destacó datos relevantes sobre la elección. El primero advierte que ninguna encuestadora ni recopiladora de encuestas le acertó al resultado final, además señala que el porcentaje alcanzado por la virtual presidenta electa sobre el volumen total de sufragios -el 61%- sólo fue superado por Miguel de la Madrid -78%- en 1982, y el tercero es que, tras cuatro décadas de construcción del pluralismo político, los recientes comicios se inclinan hacia un sistema de partido único.

Y este último punto es el que es muy preocupante, cuando surgen indicios de retrocesos democráticos en los sistemas políticos debemos preocuparnos y ocuparnos. Cualquier autor de los que analizan la teoría del poder, nos dice que cuando es absoluto es inevitable que corrompa, la falta de pesos y contrapesos es muy preocupante y, puede ser la antesala a la vuelta de gobiernos con rasgos   autoritarios.

Esta erosión democrática ocurre gradualmente a lo largo del tiempo, a través de decisiones políticas, acciones de individuos o grupos poderosos, o crisis políticas que acaban con la confianza en el sistema democrático; esto debilita la legitimidad de los gobiernos, esto tiene graves consecuencias para la gobernabilidad, la estabilidad política y la protección de los derechos humanos.

Más allá de creer en el discurso de que “somos un país democrático”, debemos analizar si vivimos en un país con las características mínimas que nos permitan saber si vivimos en democracia. Para lograr lo anterior, se requieren de una serie de garantías institucionales tales como las libertades de asociación, expresión y voto, los derechos de elegibilidad para el servicio público, el derecho a la competencia en búsqueda de los votos y el apoyo popular, la existencia de pluralidad de fuentes de información, de elecciones libres e imparciales, así como de instituciones que garanticen el respeto a la voluntad popular expresada en los votos y a través de las distintas formas de expresar preferencias (Dahl, 2002).

Nuestra próxima tarea como ciudadanos y ciudadanas deseosos de vivir en un país democrático, será vigilar el actuar gubernamental y oponernos a que los legisladores, las autoridades judiciales y las decisiones gubernamentales se encaminen a debilitar estos derechos y libertades.

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Araceli Molina Diz
Coautora del libro “La Campaña”, Guía para Estructurar Candidaturas; creadora del podcast Política en Femenino. Consultora con experiencia en políticas, gestión y administración públicas, comunicación política y perspectiva de género.