País rico, pueblo pobre

  • Araceli Molina Diz
Venezuela se encuentra en un momento crucial y la tensión se mantiene en un punto álgido

Hace más de una década tuve la   oportunidad de visitar y conocer Venezuela en varias ocasiones.  Visité lugares hermosos, vi paisajes espectaculares y conocí personas increíbles; me topé con un país muy rico en recursos naturales, gastronomía, gente cálida, un verdadero paraíso muy mal administrado.

En aquel tiempo ya estaba instaurado el chavismo y era un tema de debate constante. El chavismo es un Movimiento Político Bolivariano y Revolucionario instituido por Hugo Chávez, quien fue presidente del país desde 1999 hasta su muerte en 2013. Un movimiento que combina socialismo, nacionalismo y populismo; y yo, como analista política estaba muy interesada en conocer la realidad política del país.

Me encontré con un país extremadamente polarizado, familias divididas por la ideología política, un país con control cambiario y con un creciente mercado negro con el que compensaba la falta de   dólares, con un inflación desmedida, apagones de luz constantes, inseguridad que  provocaba  el  cierre de muchos negocios  y, que me hacía pensar que en México vivíamos en la gloria, a pesar, de que estábamos en medio de la guerra contra el narco.Un país no apto para turistas.

Políticas sociales llamadas misiones que enamoraban y, al parecer adoctrinaban al pueblo; había noticias constantes sobre la nacionalización de industrias clave, sobre todo en el sector petrolero, que dejaban a muchas personas sin empleo, provocando su migración y, alegraba a otros, prometiendo que los recursos serían utilizados en beneficio del pueblo. Entre mucha pobreza, también se veían salomónicas construcciones que al preguntar a los locales comentaban: “Son chavistas”.  

Se escuchaba diariamente en medios de comunicación masiva, sin descanso al presidente Hugo Chávez Frías con su programa “Aló Presidente”, en el que mantenía y repetía sin tregua un discurso antimperialista contra Estados Unidos y otros países de occidente, siempre buscando la soberanía nacional y promoviendo la integración regional con otros países  de América Latina.

Este régimen a pesar de que tuvo algunos aciertos en áreas sociales, no ha podido con los altos niveles de corrupción,  la falta de libertades políticas, la evidente represión a la oposición  y la constante crisis económica, que han llevado al sucesor de Hugo Chávez, el actual presidente Nicolás  Maduro a enfrentar una crisis humanitaria, el  aumento de la oposición, lo que pone  en peligro el futuro del régimen chavista, reflejado en  las elecciones del pasado fin de  semana, en  el que  la oposición encabezada por María Corina Machado  y la comunidad  internacional piden se muestren las actas, ya que, a  pesar de  que el Comité Nacional Electoral (CNE) declara ganador a Maduro, se presume un fraude electoral.

Terminar con un régimen totalitario, autoritario y dictatorial requiere unidad, voluntad ciudadana para la movilización social, presión de la comunidad internacional y resistencia no violenta. Venezuela se encuentra en un momento crucial y la tensión se mantiene en un punto álgido. De lo que estoy segura es que ese país que algún tiempo me abrazó y me llenó de buenos amigos, merece un mejor gobierno, merece una mejor vida y merece que se alce la voz y se luche por él.  

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Araceli Molina Diz
Coautora del libro “La Campaña”, Guía para Estructurar Candidaturas; creadora del podcast Política en Femenino. Consultora con experiencia en políticas, gestión y administración públicas, comunicación política y perspectiva de género.