Otra vez, vamos a la “dictadura perfecta”
- Raúl Torres Salmerón
A finales del sexenio, se consumó la sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados, en el Senado de la República un par de perredistas que llegaron por la oposición se fueron a Morena y un panista también lo hizo y consiguieron la mayoría.
Luego de las reformas constitucionales para transformar el Poder Judicial, México está en el camino de regreso a la “dictadura perfecta”, y a corto plazo a un cambio de régimen, lo que no lograron los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón cuando ocuparon la Presidencia de la República.
Con todos sus defectos y aciertos el PRI, luego de monopolizar el poder durante más de cincuenta años, comenzó a abrir las puertas a la oposición.
Inició así la transición democrática. Lo que peleaba el PRD y luego Morena de elecciones libres y consolidación del poder, lo logró. Hubo una democracia quizá imperfecta, pero se respiraba, hubo cambios de partidos y gobiernos. La oposición creció.
Basada en el principio del Nacionalismo Revolucionario, Andrés Manuel López Obrador, llegó al tercer intento a la Presidencia. Consolidó su poder al final del sexenio con la Reforma Judicial, que según los juristas y analistas experimentados, no tiene pies ni cabeza. Debieron empezar por elegir a los ministros de la Suprema Corte y paulatinamente con otros organismos.
Después de apoderarse del Poder Judicial, Morena va por la desaparición de los organismos autónomos, que tanto ayudaron a iniciar el proceso democrático de México, luego seguirá la reforma al sistema electoral, incluida la desaparición de legisladores plurinominales y el control de la libertad de expresión.
En agosto de 1990 en un foro televisado llamado Encuentro Vuelta: La Experiencia de la Libertad, donde Mario Vargas Llosa dijo textualmente:
“La dictadura perfecta no es la Cuba de Fidel Castro: es México, porque es una dictadura de tal modo camuflada que llega a parecer que no lo es, pero que de hecho tiene, si uno escarba, todas las características de una dictadura”.
Vamos al regreso del viejo sistema del PRI que todo lo controlaba. Quizá nuestra generación no vuelva a ver la misma película con el guion del dominio total priista durante años, apertura de pequeñas rendijas democráticas y la vuelta al poder de la oposición. Debemos recordar que la historia siempre se repite.
México regresa a una vida política de unos cincuenta o sesenta años. Pasará mucho tiempo para que en el nuevo sistema lleguen las reformas que implementó el presidente priista José López Portillo en 1978 cuando promovió la representación de minorías y los legisladores plurinominales.
Mientras tanto el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se va en medio de un gran apoyo popular, pero la crítica de la clase media. Al final de cuentas, cada ciudadano tiene su propia opinión.
Poco vivirá aquel que no llegue a ver la refundación del sistema político mexicano.
En fin, en lugar de poemas, reproducimos dos largos párrafos, uno del escritor Jorge Volpi en Reforma del 14 de septiembre de 2024:
“Un país sin justicia. Un Presidente, enloquecido ante sus últimos días en el poder, dispuesto a enfangarse con tal de aplastar a sus enemigos históricos. Una Presidenta electa incapaz de atisbar el cerco que le tiende su antecesor. Un partido oficial rendido al culto de su caudillo. Un Poder Judicial corrupto e ineficaz, pasmado ante su inminente destrucción. Una presidenta de la Corte convertida en chivo expiatorio. Una oposición diezmada y ciega ante su merecido desprestigio. Una familia que ha transitado por todos los partidos para proteger sus intereses. Un senador que necesita que su padre defienda su pusilanimidad. Un padre dispuesto a la ignominia para salvar a sus hijos de la cárcel. Un líder del Senado que, tras años de asumirse como puro, abraza a quien encarna lo que siempre combatió. Un líder del PAN solo preocupado por rescatarse a sí mismo, azorado ante la más obvia traición. Un líder del PRI que solo aspira a mantenerse indefinidamente en el cargo. Un amedrentado senador de MC que se presenta como hijo fiel. Y, en fin, una clase política entregada, sin distinciones de partido, a la mentira y la simulación”.
El otro es de Guillermo Sheridan de El Universal del 17 de septiembre:
“Proliferan en estos días finales del gobierno de Nuestro Líder Supremo, evacuaciones emotivas de dolor, de duelo y de francamente luto. Proceden de millones de compatriotas que ya sufren su partida y eclosionan desde el corazón el incontenible amor que le tenemos al Herrero del acero nacional, Arquitecto de la transformación, Guía desprendido, Historiador unánime, Humanista cimero, Súper ego de la psique natalicia, Faro que ilumina todo litoral, Rompeolas de la adversidad, Editor en jefe del hebdomadario moral, Verdugo de fifíes, Trompeta del bramido mañanero, Facturador de la arenga, Factotum del ferrocarril, Torre de Marfil, Torre de Babel, Torre de control, Terror del Neoliberalismo, Verdugo de la Avaricia, Igualador de lo desigual, Azote de los ambiciosos, Bodega de virtudes, Cuartel de Benevolencia, Cascada de Amor, Espadachin justiciero, General Eléctrico, Lucero de Mijares, Autor de libros no sabiondos, Teniente del litio, Cajero de los Migrantes, Robespierre en Ciernes, Luz del Mundo, Fraterno del cosmos, Enterrador de feminicidas, Farmacéutico próvido, Odiador de los lujos, Pantomimo de Juárez, Émulo de Madero, Gemelo del Tata, Paracleto de Andy, Insurgente del Civismo, Invitado de Lujo de los Pobres, Gerente del Bienestar, Eximio Cultivador de Yasmines, más equilibrado que Platón, más profundo que Hobbes, más penetrante que Burke, más racional que Kant, más buena gente que Rousseau, más sagaz que Lao-Tsé, más sereno que Buda, más sabio que Hannah Arendt y más lindo que Bambi”.
El lector saque sus propias conclusiones.
raultorress@hotmail.com
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Abogado. Periodista. Ex Director de La Voz y El Sol de Puebla, El Heraldo y El Popular. Ex Director de Comunicación Social del Gobierno Estatal y en dos Gobiernos Municipales.