La Marcha Verde

  • Román López Villicaña

El 6 de noviembre se cumplen 40 años de la “Gran Marcha Verde”, que fue una de las gestas nacionalistas más importantes a nivel mundial de los últimos tiempos. Dicha gesta fue protagonizada por el pueblo marroquí y su dirigencia política. Para poder entender dicho movimiento hay que remontarse un poco en la historia.

Maruecos fue uno de los grandes imperios islámicos que sobrevivió a las embestidas del colonialismo europeo decimonónico. Dichos imperios: el turco Otomano, el Qayar de Irán, el Mogol de la India y el Alawi de Maruecos, fueron perdiendo poco a poco su independencia política, ante el avasallador desarrollo industrial y capitalista europeos. El rápido desarrollo industrial y la necesidad de buscar mercados para sus productos además de fuentes de materias primas, llevaron a los europeos a modernizar sus ejércitos y con esto tomar los territorios que consideraban necesarios para continuar alimentando su poderío. Así el imperio Mogol sucumbió a mediados del siglo XIX, Irán fue dividido en dos zonas de influencia: una rusa al norte y otra británica al sur, a fines del siglo XIX. Marruecos resiste hasta ya entrado el siglo XX, pero en 1906 en la conferencia de Algeciras, se vió obligado a reconocer la división de su territorio en dos zonas de influencia: El norte y el sur fueron ocupados por España y el centro por Francia. Cabe agregar, que Francia que se había establecido desde 1830 en Argelia, se había expandido sistemáticamente sobre territorio marroquí.

Marruecos vivió uno de los peores colonialismos, pues su territorio fue repartido en diferentes regiones por varias potencias. Puede observarse en su evolución, el lento pero continuo fortalecimiento de Europa. A pesar de estar justo frente a dicho continente, Marruecos resguardó su independencia hasta donde pudo. Primero Portugal y España, fueron tomando puertos como Ceuta, donde llegaban a comerciar y buscar productos que venían a lo largo de las rutas del desierto del Sahara. España se apodera luego de Melilla, Perejil y las Chafarinas. Conforme pierde su Imperio en América, España para proteger la Canarias comienza a hacer desembarcos en las costas del sur de Marruecos, donde era difícil para las dinastías marroquíes, mantener una ocupación efectiva dado la lejanía y dada la movilidad de los pueblos nómadas que habitaban dicho territorio, a pesar de esto la autoridad de los sultanes se hacía sentir de varias maneras. Francia tomó la parte más importante de la extensa planicie del Atlántico, donde se localizan las principales ciudades del reino y la parte marroquí del estratégico estrecho de Gibraltar fue puesta bajo la custodia de varias potencias europeas.

La lucha para sacar a los europeos ha sido ardua y se ha debido hacer paulatinamente para no llegar a confrontaciones militares estériles. Así en 1956 obtuvo la independencia la parte central y la parte norte del país (excepto las islas más Ceuta y Melilla que todavía son posesiones españolas y no han podido recuperarse, pero de seguro se hará), la parte sur ha sido más difícil, pues los españoles encontraron recursos que le hicieron retrasar el proceso de devolución del territorio a Marruecos. Es por esto que el pueblo de Marruecos y todos los partidos políticos respaldan a los 350 000 marroquíes que pacíficamente recuperan el territorio, que España les había robado años atrás. Hombres y mujeres de todas las edades y condición social y regiones del país, participaron el la Gran Marcha Verde, evento que culmina con la recuperación de la soberanía y la integridad territorial de esa gran nación, amiga de México.

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