El retorno de Marruecos

  • Román López Villicaña
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Esta semana pasada el Reino de Marruecos solicitó su readmisión a la Unión Africana, causando tremendo susto a la autonombrada RASD (República Árabe Saharaui Democrática). Esto se debe a que la mencionada República, ocupa un lugar que no le corresponde en dicho organismo.

La Unión Africana es la sucesora de la OUA (Organización de la Unidad Africana) creada en 1963 luego de la independencia de los estados africanos. La OUA es algo parecido a la OEA, pero sin los Estados Unidos. Esto le ha permitido funcionar de manera normal, pues ningún estado sospecha, si se forma una fuerza multinacional que vaya a ocupar un país, sino dichas fuerzas por lo general ayudan a ciertos estados enfrentar guerras civiles o revueltas intestinas, como fueron los casos de: Liberia y Somalia.

La OUA consagró en su carta fundacional, el principio de inviolabilidad de las fronteras heredadas de la colonización, lo cual se ha prestado a diversas interpretaciones. Cabe agregar, que para cuando se creó todavía faltaban varios estados por independizarse o existían partes de territorios todavía ocupados por las potencias colonizadoras como fue el caso de las colonias portuguesas, que obtuvieron la independencia hasta 1975, año en el que Marruecos logra por fin su reunificación.

Marruecos como bien sabemos fue un país en el que se experimentaron toda clase dominación colonial: tuvo que lidiar con el protectorado, con la colonia y con colonización internacional. Así en la Conferencia de Algeciras de 1906, España y Francia se reparten el territorio marroquí, tomando España el norte y el sur de país. Francia, por su parte, instauró el protectorado en el centro del país y Tánger por su magnífica ubicación en el estrecho de Gibraltar fue puesto bajo administración internacional.

En el sur, España se despachó con la cuchara grande, pues se metió en un territorio en el cual Marruecos ejercía soberanía el estilo de la región, es decir mediante la Bayaa. Para meterse, corrompió a las autoridades locales que reconocían al entonces sultán, tal y como hizo el colonialismo anglo-francés a lo largo y ancho del continente africano, baste mencionar lo que hicieron los ingleses al rey de los Matabeles. En el sur marroquí los españoles ocuparon Saguiat el-Hamra y Río de Oro, además del territorio de Tarfaya e Ifini, todo esto con el fin de proteger las Islas Canarias. En el norte ocupó el Rif, que le tomó mucho tiempo sojuzgar gracias a la encarnizada oposición de Abd el-Karim.

Recuperar esos territorios le tomó a Marruecos, mucho tiempo, el último fue precisamente las provincias del sur, lo cual lograron mediante el acuerdo tripartita de Madrid, y la gran Marcha Verde. La OUA reconoció a la autodenominada RASD apadrinada por Argelia, entonces muy influyente en la organización. Esto provocó la salida de Marruecos del organismo en 1984. Debe agregarse que Francia ocupó vastos territorios marroquíes que anexó a su colonia favorita: Argelia, y también le arrebató la Mauritania, donde creó un estado hoy casi fallido.

Hoy ha quedado al descubierto el engaño argelino, quien dio refugio a unos estudiantes comunistas perseguidos en Marruecos por atentar contra la vida del rey, y con ellos creó la RASD que no ha pasado de ser un edificio en Argel. Es Argelia quien trata de impedir la reunificación marroquí, y quien financia y dirige a la RASD, tal y como acaba de nombrar a su nuevo presidente el Sr. Ghali. Hoy 28 países, la mayoría de los países africanos, saludan el regreso de Marruecos a la Unión de donde nunca debió salir. Marruecos ha demostrado ser amigo de los países africanos al sur del Sahara, a los cuales le ha brindado ayuda económica, humanitaria, técnica y científica. Baste pasearse por las calles de Rabat o Casablanca para darse cuenta de la gran cantidad de jóvenes africanos estudiando con beca en las mejores universidades del reino. Esperemos que la Unión tome las medidas correctas y suspenda de una vez, a ese señuelo autodenominado RASD.

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