El negocio turco

  • Román López Villicaña
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Gran negocio ha hecho el actual gobierno turco, en esa región clave del mundo. Clave pues ahí en el Medio Oriente, se juntan Asia, Europa y África. Es de todos sabido que desde la llegada de Erdogan y su pandilla al poder en Turquía, ha hecho todo para borrar la influencia de Ataturk, implantando en el país un Islamismo “moderado” que apoya a la Hermandad Musulmana en cualquier país donde se encuentre, como fue el caso del régimen de Morsi en Egipto.  Pero no se ha conformado con eso, sino que han inaugurado un régimen represivo donde la libertad de prensa se ha erosionado tomando antier el único periódico de oposición: “El Zaman”. También han inaugurado una política exterior conocida como neo-otomanismo, en recuerdo del antiguo Imperio que tenía su centro en Estambul. A este país, México se ha unido en el llamado grupo MIST (México, Indonesia, Corea del Sur y Turquía).

El negocio del gobierno turco, deriva de su abierta intervención en Siria, donde ha apoyado grupos radicales entre ellos Jabhat al-Nusra y todos aquellos que puedan hacerle la guerra a los kurdos y al régimen sirio. Turquía quiere extender su influencia hacia ese país y poner un gobierno que sea su satélite, y donde obviamente llegue al poder un régimen Islamista “moderado “del corte del que Erdogan y su pandilla han instalado en Ankara. Bashar el-Asad es un estorbo para su proyecto, y para el proyecto de las monarquía petroleras del Golfo, que quieren construir un ducto que lleve petróleo y gas del Golfo al Mar Mediterráneo.  El pecado del presidente sirio fue haberse negado al paso de dicho oleoducto y haberse acercado Irán, que también podría por su influencia en Irak construir un ducto que lleve hidrocarburos hacia la costa siria del mar Mediterráneo.

Turquía junto con las monarquías petroleras del Golfo se ha encargado de destruir Siria. Siria si bien no era un país desarrollado, tampoco era de los países más pobres del Medio Oriente, su régimen al igual que muchos de los heredados del colonialismo anglo-francés en la zona, era un régimen militar y autoritario, que durante mucho tiempo había sido tolerado por los gobiernos occidentales. El régimen se decía socialista pues era el partido Baáth que se encontraba en el poder. Este régimen tenía la misma ideología del desaparecido régimen de Saddam Hussein en Irak. Es decir era totalmente laico, de ahí que no lo toleraran Arabia Saudita ni la nueva Turquía fundamentalista.

En Siria, los turcos han destruido bases de los kurdos que apoyan al PKK, aunque debe decirse que muchos de los ataques que se han llevado a cabo en ese país, han sido perpetrados por los sistemas de inteligencia turcos y no por el PKK. Los turcos explotan el petróleo en las zonas controladas por el Estado Islámico y por su territorio se exporta dicho petróleo a precios más bajos que los del mercado internacional, lo que contribuye en parte a mantener abatidos los precios del hidrocarburo, se especula que un hijo de Erdogan estaba metido hasta el cuello en el sucio negocio petrolero, cuyas ganancias sirven para dotar de armas modernas a los grupos radicales en Siria.  Turquía, sus bombardeos y continuos ataques, han provocado la salida hacia su territorio de millones de refugiados, que ahora los utiliza para enviarlos a Europa y así presionarla para que se le dé más dinero (ahora piden 6 mil millones de euros), piden que a los turcos ya no se les pida visa para entrar en Europa y presionan para que se aceleren las negociaciones que le permitan su ingreso a la Unión Europea. Es por esto que decimos que lo de Turquía es un negocio, en el cual lleva todas las de ganar, sin importarle la destrucción de Siria. Hay que estar atentos para ver si se salen con la suya.

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