Comentarios al Informe Presidencial 2013

  • Germán Sánchez Daza

Gracias a la movilización social, hoy encabezada dignamente por nuestros maestros, el rito político anual se ha convertido en un acto de autoritarismo cínico, espectáculo televisivo (y on line) que le imprime el  contenido esencial: simulación y manipulación sociocultural por parte de los poderes fácticos. El fin del rito y de los otrora protocolos cortesanos es debido al enorme descontento social con las políticas implementadas, a la incapacidad de los sectores políticos de dar un sentido democrático y no excluyente al ejercicio del poder económico y político.

Este Primer Informe, carente de reflexión y objetividad, se presenta en medio de un alud de protestas, inconformidades y manifestaciones sociales, reflejo del cansancio de una población empobrecida, expoliada, explotada; con más de cincuenta millones de mexicanos con distintos niveles de pobreza; con un 63.7%, 31.5 millones, de ocupados  que carecen de la más mínima protección social y con pésimas condiciones laborales, y con el 38.3% que ganan menos de dos salarios mínimos.

El 38.7% de los asalariados no tienen prestaciones y el 45.7% no tiene ni siquiera contrato por escrito, todo a la buena y santa palabra de los patrones, en especial de las grandes empresas, quienes aplauden y pasan lista en el pusilánime acto del día después, agradeciendo la reforma laboral. Reforma que garantiza no sólo la continuidad de este mercado de trabajo, sino su profundización, el incremento de la precarización laboral, de los contratos basura, de la economía informal. El empleo 3D está garantizado: peligroso, denigrante y , por sus siglas en inglés.

En este Informe se puede presumir que se sigue manteniendo la estabilidad macroeconómica, con baja inflación y con un incremento del PIB, aunque éste  cada vez sea menor, también se puede ostentar que los resultados son tan buenos que en marzo la revista Forbes incluyó a quince familias mexicanas entre los cien más ricos, están presentes las families  Slim, Bailleres, Larrea, Salinas, Aranburuzabala, Arango y por supuesto que no podrían faltar los gentlemans Emilio Azcárraga, Carlos Hank, Roberto Hernández;   estas quince familias suman una riqueza de 148 mil millones de dólares, que representa más del 10% del PIB del país.

En menos de un año, la presidencia, logró unir a la clase política, gobernadores, legisladores, funcionarios de los más altos niveles, a la clase empresarial y a los líderes  sindicales corruptos, se puede dar cuenta de las reformas “educativas”, “laboral” y “energética”; de tal manera que se aventura a transformar nuestra economía y sociedad, con un discurso que reconstruye la historia, que le da el sentido adecuado…a sus intereses, México será…será…

Entre las “novedades” del Informe, nos encontramos con varios programas recién decretados (30 de agosto), nos detenemos en el programa que resolverá nuestros problemas estructurales, el “Programa para Democratizar la Productividad”, y vemos el certero diagnóstico “…A pesar de que cuatro de cada 10 mexicanos pertenece hoy en día a la clase media…Las disparidades que observamos tienen entre sus causas un bajo crecimiento económico que ha impedido generar suficientes empleos de calidad, reducir de manera significativa la pobreza y brindar a todas las familias una mejor calidad de vida.”

Por lo que, los asesores gubernamentales plantean la complicada y elaborada pregunta ¿porqué? A lo cual responden con atingencia y profundidad: “Los estudios recientes sobre las causas del bajo crecimiento de la economía mexicana coinciden, con mayor o menor énfasis, en una serie de elementos. Estos incluyen problemas en el acceso limitado al financiamiento; rigidez en el mercado laboral; falta de competencia en diversos sectores de la economía, como la energía o las telecomunicaciones; debilidades institucionales que merman al estado de derecho; la baja calidad educativa; la insuficiente inversión en el capital humano y en infraestructura; así como la sobrerregulación de la economía. El Programa para Democratizar la Productividad reconoce la importancia de estos elementos, enmarcándolos en una evaluación sobre su impacto en la productividad.”

   La sabiduría económica nos da luz: “…la principal causa detrás de la modesta expansión de nuestra economía es la baja productividad”, las teorías científicas del crecimiento económico dan el respaldo objetivo de que la productividad total de los factores no ha crecido: 1991-1995 -0.93%, 1996-2000 1.11%, 2001-2005 -0.76% y 2006-2011 -0.87%.

            El siguiente paso en el método científico es explicar cómo resolver el problema, los contenidos y determinantes de la productividad total de los factores: “Primero, el contar con un entorno macroeconómico estable como una condición necesaria, mas no suficiente. Segundo, la importancia de una transformación de la estructura de la economía que movilice los factores de producción de actividades y sectores tradicionales a otros en los que la productividad es mayor. Tercero, la necesidad de contar con mercados factoriales eficientes. Y, cuarto, la multidimensionalidad del proceso de desarrollo, en el que no existe una cura mágica que, por sí sola, detone el crecimiento, lo que hace necesario adoptar una serie de políticas complementarias simultáneamente.”

            En fin, tenemos ya establecido: políticas de estabilización neoliberal, la eficiencia promovida por el libre mercado, flexibilización laboral y, por si las dudas, la magia para enfrentar la incertidumbre dada la complejidad del fenómeno.

Entre los factores que inhiben la eficiencia se analizan:

  1. Uso y asignación ineficiente de los factores de producción
  2. Factores que inhiben la productividad de las personas y de las empresas
  3. Debilidades en el ambiente de negocios y de inversión
  4. Brechas regionales y sectoriales.

Los argumentos son de una lógica inmaculada: trabajadores informales a causa de “…el bajo nivel de instrucción y la carencia de habilidades en comparación con las requeridas por el mercado laboral formal…El buen funcionamiento del sistema financiero es crítico para lograr una asignación eficiente de recursos, movilizando el capital hacia actividades económicas, empresas y unidades de producción de mayor rentabilidad…su tamaño les impide a los pequeños productores alcanzar economías de escala adecuadas, restringe la adopción de nuevas tecnologías e insumos mejorados y limita su acceso al financiamiento…Una baja calidad de la educación impide la expansión de la productividad en la medida en que disminuye la capacidad de los trabajadores de adoptar tecnologías y métodos de producción más sofisticados…los altos niveles de informalidad31 y los obstáculos para acceder al financiamiento frenan el crecimiento de las empresas. Además, la insuficiente formación de capital humano, el bajo esfuerzo en innovación y desarrollo, el uso inadecuado de las tecnologías de información y la comunicación (TICs), y las limitaciones en la capacidad gerencial afectan su eficiencia…” Argumentos tan claros…que rayan en la obviedad.

            Finalmente, el manual de las buenas prácticas indica que deberán de plantearse soluciones, objetivos y metas que puedan ser medibles, por lo que se proponen un conjunto de propuestas que parecen buenos deseos. En realidad de lo que se trata es de dar continuidad al modelo implantado. El Informe ha servido más para seguir cultivando la imagen, la certidumbre del poder, la reiteración de que vamos bien y que estamos a punto de despegar, claro que sólo si seguimos el camino de las reformas, de la privatización, de la venta de los recursos naturales, de las fuerzas del mercado.

 

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Germán Sánchez Daza
Doctor en Economía por la UNAM, trabajador académico en la UAP desde 1982 y actualmente integrante del Centro de Estudios del Desarrollo Económico y Social por la misma institución.