Audi/BUAP: la engañosa estabilidad laboral
- Germán Sánchez Daza
La huelga de los trabajadores de la empresa Audi, y la firma de un aumento salarial a espaldas de los universitarios de la BUAP ponen en evidencia la denominada “estabilidad laboral”, que se cimenta sobre la precariedad salarial y la elevación de la productividad.
Audi: caída salarial y alta rentabilidad
Los trabajadores de Audi han dado una muestra de dignidad al rechazar un incremento salarial del 6.5%, exigiendo el 15.5%. Con más de tres semanas de huelga, sostuvieron sus reivindicaciones con fuerza y orgullo, enfrentando a una empresa que ha tratado de imponer sus condiciones, siguiendo una estrategia que va desde los comunicados falaces y suplicantes hasta las amenazas abiertas.
La reivindicación de los trabajadores expone con claridad las bases del éxito y rentabilidad de la empresa: alta productividad combinada con bajos salarios y prestaciones, exigencia de alta calidad y productividad combinadas con imposición de paros técnicos (que afecta directamente los ingresos). Veamos:
Si consideramos el salario que tenían en 2019 se puede mostrar que los incrementos negociados desde ese año no han resarcido los aumentos de precios, por lo que el poder adquisitivo ha estado por debajo de 2019 (ver Gómez, 2024), siendo su nivel más bajo en enero del 2023. Pero esto se agrava si consideramos que es una empresa que exporta la mayor parte de su producción a Estados Unidos y se ampara en las reglas del T-MEC, que fijó en 16 dólares por hora el salario mínimo en la industria automotriz, el cual está muy por encima de lo que reciben los trabajadores de Audi. Según los cálculos de Gómez, el salario de la categoría más alta es equivalente a 7.56 dólares, es decir el 47% del fijado en el T-MEC. Por lo demás, los ingresos de los trabajadores se han visto disminuidos en todos estos años por los paros técnicos.
En contraste, la productividad laboral se ha incrementado; indicador de ello es que la producción anual en 2019 fue de 29.8 autos por empleado y se elevó a 35.4 en 2022, es decir un 18.9%, esto considerando al total de empleados; lo cual se traduce en un aumento de las ganancias de la empresa. Si bien no tenemos la información de Audi México, los datos del corporativo muestran un fuerte crecimiento de la rentabilidad: en 2019 el beneficio neto fue de 3,943 millones de euros, y en 2022 fue de 7,116, es decir un incremento de sus ganancias del 80% (Audi, 2023).
Es contundente el digno y enfático reclamo de los trabajadores: “Somos obreros, no limosneros”.
Tarek: lo que se hace a los “colaboradores”
El proceso de huelga en Audi evidencia y cuestiona el discurso empresarial que ha cultivado durante años: no hay diferencia entre funcionarios, empleados, obreros o técnicos, “todos son colaboradores, pues tienen una meta en común”. Los lastimeros comunicados del presidente de Audi, Tarek Mashhour, buscan mantener tal falacia:
“Audi México reitera que su prioridad siempre serán sus colaboradores, sus familias, todos los que dependen de esta empresa, así como los proveedores y toda la cadena logística que genera valor tanto local como nacional…. para la compañía es prioridad mantener el bienestar y los beneficios laborales de las y los colaboradores... Quiero dirigirme a ti, no como Presidente de esta empresa sino como un compañero y un colaborador más… Para mí estos últimos días han sido muy tristes y en especial el de hoy pues sé que tienes compromisos económicos”.
La realidad es que la estrategia empresarial es seguir elevando sus ganancias a costa de los salarios y condiciones laborales de los trabajadores. Por esto, el “compañero y colaborador” ofreció inicialmente cero de incremento salarial para 2024; buscó dividir y convencer para que se aceptase el 5+1.5%, usó la tradicional táctica antiobrera de solicitar como inexistente la huelga, presionó y amenazó a los “colaboradores” para que la levantarán. Asimismo, frente al abrumador rechazo obrero al último ofrecimiento empresarial (había aumentado un 0.5%, por lo que ahora era de 7%) dicho Presidente declaró “su sentimiento de tristeza” y manifestó que la estabilidad laboral y la competitividad estaban en riesgo -que es una forma de amenazar con el desempleo o despido- y que “… la huelga continuará por tiempo indefinido.” Esto hace a “sus compañeros y colaboradores”.
Pero no tardaron en manifestar su preocupación los verdaderos colaboradores del Presidente de Audi, los conservadores patrones poblanos (CANACINTRA y COPARMEX) -que están acostumbrados a tratar con sindicatos simulados e imponer pésimas condiciones laborales-, quienes inmediatamente corearon la cantinela de siempre: “…(la huelga) hoy pone en riesgo la estabilidad laboral de la empresa y enciende una alerta para las futuras inversiones en el estado de Puebla…”, “… es irracional por parte de los trabajadores pedir un aumento de dos dígitos ya que este no ha sido posible en México ni en ningún otro país”. Siguen sin comprender que existen derechos humanos y laborales, que los trabajadores tienen derecho a un salario digno, a recibir una remuneración acorde a su laboriosidad y generación de valor.
BUAP: sensibilidad sindical y estabilidad laboral
El 11 de febrero se dio a conocer que los sindicatos oficiales de la universidad, ASPABUAP Y SITBUAP, habían firmado el acuerdo salarial con un incremento del 4%. La Rectora destacó: “…este documento que da certeza laboral a los trabajadores y a nosotros como autoridades universitarias, la tranquilidad de caminar juntos a favor de un mismo objetivo: la estabilidad laboral en la Institución”. A diferencia de la digna lucha del sindicato de Audi, los de la BUAP expresaban sumisión y “disposición para la colaboración”.
Es pertinente señalar que la variación de los precios entre el 1 de febrero de 2023 y el 31 de enero de 2024 fue del 4.88%, que es superior al aumento pactado. Algo similar sucedió en los años anteriores, en 2022 un incremento salarial global del 3.5% y en 2023 del 6%, frente a un alza de los precios del 7.08 y 7.91% respectivamente. La pérdida del poder adquisitivo del salario universitario es continua, gracias a la “sensibilidad” de esas representaciones sindicales y su andar conjunto con las autoridades de la Institución. Pero la “estabilidad laboral”, al igual que en Audi, se sustenta en este deterioro y la precariedad de las condiciones de trabajo.
En un artículo publicado en 2023 ilustrábamos cómo se había incrementado la carga laboral: “…en 2002 había 16.5 estudiantes por académico de tiempo completo y medio tiempo, veinte años después se había elevado a 45.8 estudiantes, en tanto que si consideramos a los contratados por hora-clase, el número de estudiantes por cada académico se elevó de 43.9 a 51.4, para ese mismo periodo…. los datos del número de estudiantes atendidos en relación al total de académicos (tuvo) un crecimiento del 100% … en el último año, primero de la actual administración, la carga laboral creció en 13.9%.”
BUAP: estabilidad laboral basada en el deterioro salarial y el productivismo
De esta manera, se puede mencionar que el aumento de la carga laboral continúa, no solo a través de las horas-clase que se imparten sino también con actividades académicas extracurriculares, de investigación, difusión y vinculación. Desde el año pasado, las presiones han aumentado por la revisión de planes y programas de estudio, nuevas exigencias derivadas del uso de las tecnologías digitales y las sesiones virtuales, así como con la continúa rendición de informes y tareas de gestión, incluyendo en esto la revisión de los reglamentos y normas vigentes.
En este sentido, es fundamental el papel que ha jugado el Programa de Estímulos, que es un instrumento de control y presión sobre los académicos. Como hemos mencionado en otras ocasiones, ese programa lleva ya un cuarto de siglo, logró la fragmentación de los académicos, su subordinación a las metas y formas de trabajo burocrático impuestas por la Institución, siendo aceptado por la fuerte caída salarial; esta inició en 1980 y 18 años después el poder adquisitivo representaba era equivalente a solo un 40%, valor que prácticamente continúa.
Esto se agrava con la nueva reglamentación de dicho programa -de paso hemos de decir que se pretendió imponer sin respetar las normas institucionales vigentes- y ha causado descontento entre un buen número de académicos. Dicha reglamentación profundiza el control y el incremento de las cargas laborales, establece criterios que excluye o limita el acceso a los colegas más jóvenes, y afecta más a los investigadores de los Institutos.
Hay que recordar que la mayoría de los académicos son profesores hora clase, y que el Programa de Estímulos beneficia a solo una parte del total, 32.6%, estimulando el individualismo y el productivismo, dando prioridad a la contabilización de “actividades” supervisadas y controladas por las autoridades. El descontento con este sistema es cada vez mayor, por lo que hoy es urgente que se busque una alternativa, que permita alcanzar un salario digno y acorde al trabajo que se realiza y que desaparezca el sistema productivista; en lo inmediato urge que se eleven sustancialmente los salarios que paga la Institución por hora-clase.
Concluyendo, se estableció un nuevo acuerdo (en principio) para resolver la huelga de Audi, un incremento del 10.2% (7% directo al salario y 3.2% en prestaciones), además de otros beneficios. Esto se llevará a votación de los trabajadores en los próximos días, esperemos que la empresa y sus “colaboradores patronales” no presionen para su aceptación y que los trabajadores puedan tomar una decisión libre y democrática. Por lo pronto se puede concluir que, desde el mismo estallamiento, los huelguistas habían ya triunfado, fortaleciendo dignamente su identidad y organización.
En el caso de la BUAP, la imposición del incremento salarial y las nuevas reglamentaciones está generando mayor inconformidad, si bien es aislada y oculta, se percibe ya el agotamiento de la “estabilidad laboral” que presumen las autoridades de la Institución y los sindicatos oficiales.
Posdata
Mientras transcurría el proceso de publicación de este artículo, la votación de los trabajadores de Audi arrojó que la mayoría aceptó el acuerdo del 10.2%, convenio en el cual también se establece solo el 50% de salarios caídos (pese a que la huelga se originó por causa de la empresa); además, se ratifican los días de “paro técnico”, que afectarán los ingresos de los trabajadores. En el caso de la BUAP, esta semana, a través de las redes y de algunos textos de universitarios, se ha manifestado el malestar con el magro incremento salarial, la revisión unilateral del Programa de Estímulos y la nula presencia de los sindicatos oficiales. ¿Hasta cuándo se sostendrá la engañosa “estabilidad laboral”?
Referencias
Audi (2023) Anual Report 2022, en http://tinyurl.com/27e7mvhy
Gómez, Willebaldo (2023) La huelga del SITAUDI y la posibilidad de abrir nueva era para los sindicatos de la industria automotriz en México, en https://calisnacional.com/?p=26544&fbclid=IwAR11e9KltmGYWJ7Ui0MdJ2R1zwuDSBNkvnf5FDbDXFT2Ksip6BUM1LxLVhM
Se consultaron los comunicados de Audi, del SITAUDI, así como las notas periodísticas de La Jornada de Oriente y de e-consulta.