¿Una segunda revolución egipcia?

  • Román López Villicaña
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UDLAP

Como habíamos anticipado, el enfrentamiento entre el ejército y una parte importante del pueblo egipcio ha estallado. Las cifras sobre los muertos varían según quien las mencione. Unos dicen que son 800 muertos, la Hermandad Musulmana dice que fueron 3000 y 10 000 los heridos. La mesa para  la rebelión estaba puesta, solo faltaba un ingrediente para que esta estallara y dicho elemento fue el desalojo de las plaza  Rabaa al-Adabiya en el Cairo.

Eran muchos los intereses que Mohamed Mursi, tenía en contra: 1) los coptos 10 o 12% de la población (pueblo cristiano de Egipto, también llamados Monofisitas, pues reconocen una sola naturaleza en Cristo.) No reconocen al Papa de Roma, sino a su patriarca que vive en Alejandría, e influencia las iglesias de Etiopía y Eritrea. Los cristianos al parecer participaron activamente de las manifestaciones contra Mursi, previas del golpe de estado. Cabe agregar que muchos musulmanes los perciben como parte de la oligarquía del país. Esto explica en parte los ataques a las iglesias, aunque también, los gobiernos militares son expertos en provocar enfrentamientos entre ambas comunidades, para justificar su intervención en los procesos políticos y aparecer como guardianes del orden. 2) El escaso control sobre la península de Sinaí no agradaba ni a los Estados Unidos ni al Estado de Israel, pues se habían multiplicado los incidentes en la frontera con Israel, lo cual hace que ese Estado distraiga recursos hacia zona, que por 40 años ha  estado en paz. A los Estados Unidos debería de preocuparles la destrucción de la naciente democracia egipcia, pues será muy difícil reconstruirla. Sin embargo, Estados Unidos se ha quedado en el plano de simples declaraciones de preocupación, lo cual no inquieta a los militares golpistas. La ayuda de los Estados Unidos a Egipto va principalmente a los militares, con lo que si no les retira la ayuda, implícitamente se piensa que están apoyandolos. 3) Los regímenes conservadores del Golfo Arábigo-Pérsico, ven con preocupación que un régimen islámico tome el poder mediante elecciones libres y justas. Si el régimen egipcio de Mursi se hubiera consolidado, sería un ejemplo para toda la región y los regímenes monárquicos, pronto serían  objeto de críticas y sus pueblos demandarían también elecciones democráticas.  Ya en Bahrein hay un movimiento que busca instaurar libertades democráticas en ese país. 

El enfrentamiento es desigual, hasta el momento, la capacidad de fuego del ejército es muy superior al de la Hermandad Musulmana, sin embargo, la represión está haciendo crecer las filas de los descontentos y estos arrebatan y/o roban sus armas a los policías y soldados. También, hay rumores de que tienen escondidas una gran cantidad de armas. La Hermandad fue fundada en 1928 y desde entonces ha venido creciendo constantemente, hasta convertirse en la principal agrupación política del país. Los gobiernos militares, han tratado de manipularla  jugando a las alianzas, contra alianzas y represión. Luego de la toma del poder por Gamal Abdel Nasser, la Hermandad se opuso a la instauración del llamado “Socialismo Árabe” y se opuso enérgicamente a los ulamá de la Universidad de Al-Azhar (pagados por el gobierno) que encontraban una justificación islámica a todas las leyes nasseristas. Fue Nasser quien mandó a matar a su ideólogo más importante e influyente: Sayid Qutb, que murió ahorcado en la cárcel. La ruptura con Nasser lleva a la organización a la clandestinidad, hasta que Anuar el-Sadat se alió con ellos para hacerse de una base de poder y, acabar con los nasseristas hasta entonces influyentes en el gobierno. Cuando Sadat hace la paz con el Estado de Israel, la Hermandad se declara su enemiga y organizaciones disidentes más radicales, terminan con la vida de dicho presidente. Hosni Mubarak, mantuvo una política de pan y palo con ellos, los reprimía, pero hacia el final los dejó participar en algunas elecciones a través de otros partidos políticos como el Neo-Wafd. Durante todo el régimen de Mubarak, la Hermandad creció en tamaño e influencia pues capitalizó parte del descontento generalizado ante la falta de empleos, corrupción, concentración de la riqueza y eliminación de los subsidios al pan y a los combustibles (entre otros). Por esto, cuando viene la primera revolución o la llamada “Primavera Árabe” y Mubarak sale del poder, la Hermandad al fin puede presentarse a las elecciones  y las gana. Los cambios que opera Mursi en el poder no eran convenientes para los militares pues les restaba poder cosa que no acpetan, como tampoco lo aceptaban  los sectores antes mencionados. ¿Será que vendrá una segunda revolución que haga prevalecer la democracia en el país? Hay que estar atentos a los acontecimientos y a las manifestaciones no solo en El Cairo sino en el sur del país bastión tradicional de la Hermandad.

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