Presidencialismo o concentración de poder

  • Antonio Tenorio Adame

 

El Senado en días próximos, debe cubrir las vacantes de ministros de la Corte sobre la propuesta de dos ternas propuestas del Presidente Enrique Peña Nieto.

La oposición las impugna y denuncia por   amañadas al favorecer a candidatos “predefinidos”, en tanto la mayoría del PRI responde que se pretende dañar al presidencialismo. El debate suena atractivo

El  formato del proceso de nominación de las ternas fue modificado, con el argumento de evitar la incomodidad de familiares que asistían de los posibles nominados donde solo uno era elegido y los restantes quedaban rechazados,  marginados en una situación comprometida. Por eso ahora se adopta un procedimiento que afecta el Reglamento, porque no se examina en la Comisión para su dictamen y discusión en el Pleno.  Si no se ofrece la asamblea como espacio académico para resaltar a los expositores en una disertación inocua. Queda ahí marcada una degradación del procedimiento nominativo al cuestionar su legitimidad.

El Senador Miguel Barbosa Huerta,  mantiene la réplica de  observar y fortalecer el equilibrio de poderes que favorecen a un control del poder desde el poder, acentúa su posición  de respetar al presidencialismo como forma de gobierno, se trata no de disminuir las facultades  presidenciales sino de evitar la “concentración del poder”,

El debate es abierto y muy útil a la nación. La reforma de la Corte de 1994, modificó sustancialmente el sistema de nombramiento presidencial y ratificación del Senado, para blindar la manera de cubrir las vacantes del  pleno de ministros, ahora el método se encuentra fuertemente blindado, de manera que el Presidente a pesar de llegar a darse el caso de un rechazo de su terna propuesta dispone del derecho de insistir y reenviar prácticamente la misma propuesta, con solo cambiar a uno o dos de sus candidatos, como ya sucedió en un pasado reciente. La renovación del Poder Judicial es lento y gradual, de manera que la capacidad de influencia del Ejecutivo se prorroga más allá de su mandato, con la posibilidad de acumular dos poderes, como ocurrió, ponderada la analogía,  en 1848 durante la ratificación del Tratado de Guadalupe Hidalgo, cuando la Corte negó la razón a los Congresos locales que demandaban su anulación, así como  a 11 diputados que exigían la nulidad de la cesión de casi dos terceras partes del territorio nacional por vía de un juicio de constitucionalidad. 

 Si el poder no se comparte en el autoritarismo,  en la democracia solo puede ser sustentado en la responsabilidad.  En el Senado la oposición cumple su deber.

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Antonio Tenorio Adame

Licenciado en Economía por la UNAM, y docente en la BUAP. Fundador de la Academia de Historia y Crónica Parlamentaria y cofundador de la Asociación de Periodistas Democráticos junto con Renato Leduc. Ha sido diputado federal en diversas legislaturas, desde donde ha impulsado la apertura democrática.