En la antesala del 25N2024, me gustaría reflexionar con ustedes sobre los retos y desafíos de la violencia de género en México, uno de los problemas más graves que enfrentamos las mujeres en nuestro país.

Hablar de violencia en contra de las mujeres es hablar de que diariamente 10 mujeres son asesinadas en razón de género; es recordar que miles más vivimos diversas formas de violencia que van desde el acoso hasta la violencia física y sexual; es hablar de feminicidios, de violencia intrafamiliar, de impunidad, de violencia institucional, sistemática y estructural; es recordar las voces que se silencian y la resistencia que hace ruido, que no se rinde y siempre florece.

Lograr que las mujeres en México vivamos sin miedo y libres de violencia es un desafío titánico, que requiere un enfoque integral de todos los sectores de la sociedad que conforman el estado, ya que esta, se sostiene por un sistema patriarcal normalizado que ha conformado una desigualdad estructural en el que las mujeres enfrentamos brechas educativas, laborales, salariales y de representación política limitadas, que perpetúan la violencia y la justifican.

Uno de los grandes retos que enfrentamos como sociedad es la violencia doméstica que en muchas ocasiones acumula muchos tipos de violencia, el hogar es uno de los lugares más violentos y peligrosos para las mujeres y, muchas víctimas no denuncian por miedo, por dependencia económica, por la impunidad que hay en el país y la falta de confianza en las instituciones. Otro gran reto es la movilidad, la violencia en espacios públicos, en transporte público y el acoso callejero, son experiencias cotidianas para muchas mujeres, limitan nuestra libertad y seguridad.

Uno de los mayores retos que corresponde al estado es la violencia institucional hacia las víctimas en el sistema de justicia, la excesiva burocracia, la revictimización y una absoluta falta de sensibilidad de las autoridades hace que muchas mujeres no se atrevan siquiera a pensar en buscar justicia porque es un proceso interminable, doloroso, caro y desgastante en el que la probabilidad de obtener justicia es mínima.

Otro desafío no menos importante es la violencia digital, tema que ha explotado desde el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos; el acoso, el abuso y el odio se han disparado y la “manosfera” o influencers de la misoginia se han manifestado en la plataforma X y TikTok, con frases como “tu cuerpo, mi decisión” y “vuelve a la cocina”,  según  datos proporcionados por el Instituto para el Diálogo Estratégico.

La manifestación más extrema de la violencia de género es el feminicidio. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), se registraron 184 feminicidios en México solamente en el primer trimestre del año. Aunque las cifras son alarmantes no son todo el problema, muchos feminicidios son clasificados como homicidios simples y el 90% de los feminicidios quedan impunes.

A pesar de este oscuro panorama la resistencia del movimiento feminista ha colocado estos temas en la agenda pública, presionando al sistema a implementar medidas urgentes, aunque aún queda mucho por hacer.