El dolor crónico y la vejez
- José Ramón Eguibar Cuenca
El 17 de octubre de cada año se celebra el Día Mundial contra el Dolor, cuyo objetivo es destacar la necesidad urgente de encontrar un alivio. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que es un derecho universal el reconocer y tratar el dolor en todos sus tipos. Los seres humanos tienen este derecho en la Carta de los Derechos Humanos del año 2000.
La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor define el dolor como una “experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a daño tisular real o potencial”, siendo el dolor crónico un problema de salud pública que afecta de 25 a 29 por ciento de la población mundial. Sin embargo, en México carecemos de información estadística que permita conocer el impacto del dolor crónico en la población general.
En el Estudio Nacional sobre Salud y Envejecimiento en México, se muestra que un 41.5% de los adultos mayores de 50 años tiene algún tipo de dolor, siendo más frecuente en las mujeres con un 48.6%, respecto de los hombres con un 33.6%. Pero en ambos sexos se incrementa con la edad.
Por otra parte, el dolor crónico tiene serias consecuencias en las personas que lo padecen, y una de cada tres personas tiene dolor de manera permanente. Por lo que es importante poner en contexto que no pueden llevar una vida normal, no pueden hacer ejercicio, ni dormir normalmente, ni participar en actividades sociales.
Adicionalmente, el dolor crónico es la principal causa de ausentismo laboral y debe considerarse un tipo de discapacidad, lo que genera enormes costos para el sector salud. Su manejo inadecuado tiene severas repercusiones físicas, afectivas y socioeconómicas, para la persona, la familia y los servicios públicos de salud. Así que debemos generar conciencia sobre el dolor crónico y llevar al médico a las personas que lo padecen para que se haga un manejo integral del mismo.
Opinion para Interiores:
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Médico de profesión, maestro en Ciencias Fisiológicas por la BUAP y doctor en Neurociencias por el CINVESTAV del IPN. Es miembro del SNI y de la Academia Nacional de Medicina. Actualmente es director General de Internacionalización de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.