50% menos homicidios: promesa incumplida

  • Facundo Rosas Rosas
Todo se reduce al discurso que a diferencia de la realidad este puede modificarse a conveniencia

A 47 días de que concluya la presente administración federal, todo parece indicar que la reducción del 50 por ciento en materia de homicidios dolosos será una promesa incumplida.

Tampoco se alcanzará lo señalado por la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, el 19 de marzo de 2024, cuando dijo que era inédita la reducción del 22 por ciento de homicidios en lo que iba del sexenio con relación al 2018.

Misma suerte correrá lo informado por la misma funcionaria el 9 de julio del 2024 desde Palacio Nacional, cuando dijo que el homicidio doloso registraba una reducción del 18 por ciento respecto de 2018.

Lo más cercano a la realidad es el avance sobre homicidios intencionales difundido por el INEGI el pasado 1 de agosto de 2024, en el que indica que en cifras preliminares durante 2023 se registraron 31 mil 62 defunciones por homicidio, que arroja una reducción del 15.3 por ciento respecto de 2018, cuando se registraron 36 mil 685 asesinatos. Cabe subrayar que ninguna cifra preliminar ha sido menor a la final en este tipo de conteos, misma que será difundida en octubre próximo, cuando el presidente López Obrador ya se haya ido.

Por si algo faltaba, con corte al primer semestre de 2024, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública los homicidios dolosos acumulados fueron 15 mil 110, cifra que de mantenerse la tendencia estaría cerrando en 30 mil 220 al final del año. A esta cantidad habría que agregar un 6.5 por ciento que es la diferencia promedio entre las cifras del SNSP y el INEGI, con la cual los homicidios estimados para 2024 serían 32 mil 183. De ser así la reducción de toda la administración sería de únicamente 12.2 por ciento.

En cualquiera de estos escenarios, la reducción del 50 por ciento en los homicidios durante los tres primeros años de gobierno, prometida durante la campaña presidencial y plasmada en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, se habrá ido al basurero de la historia.

Todo lo demás se reduce al discurso que a diferencia de la realidad este puede modificarse a conveniencia de quien lo pronuncia, ya sea a través de la palabra hablada o escrita; lo único cierto es que la terca realidad siempre termina imponiéndose así sea a la mitad de la administración o en las postrimerías del sexenio.

Atrás quedó lo dicho por el Ejecutivo federal en el sentido de que en los primeros tres años reduciría en 50 por ciento los homicidios, pero sobre todo lo plasmado en el Plan Nacional de Desarrollo que refiere “para 2024 robo y homicidio se habrán reducido 50 por ciento en comparación con 2018”, además de que “la delincuencia organizada estará reducida y en retirada”. Tan no se ha reducido ni retirado, que ayer la cifra de homicidios dolosos acumulados en lo que va del sexenio alcanzó los 194 mil 700, la peor de todos los tiempos.  

Otra frase igual de contundente y hasta premonitoria de lo que sucedería al final del sexenio fue: en 2024 “México habrá dejado de ser la dolorosa y vergonzosa referencia internacional como tierra de desapariciones y violaciones a los Derechos Humanos”, cuando hoy toda la cifra de desaparecidos es abrumadora.

No debemos olvidar que durante su primer año de gobierno el Ejecutivo federal construyó una narrativa que gradualmente se le ha ido revirtiendo, como aquella de que “entre 2006 y 2018 los gobernantes pretendieron resolver la inseguridad y la violencia delictiva mediante acciones de fuerza militar y policiaca, así como el llamado populismo penal, consistente en endurecer los castigos a las acciones delictivas”, la cual está más vigente que nunca al militarizar la Guardia Nacional y la seguridad pública en general y elevar hasta 22 el catálogo de delitos que se sancionan con prisión preventiva oficiosa.

Una más antes de cerrar esta colaboración, “las anteriores administraciones recurrieron al empleo de las Fuerzas Armadas en su configuración de cuerpos de combate, se omitió la profesionalización de las corporaciones policiales y se entregó el manejo de la seguridad a las autoridades extranjeras”. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

 

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Facundo Rosas Rosas

Ingeniero por la UAM donde obtuvo la Medalla al Mérito Universitario. Estudió maestrías en Administración, así como en Seguridad Pública y Derechos Humanos. Fue capacitado en inteligencia y análisis en EU, Colombia e Iraq. A lo largo de 25 años ha sido servidor público en dependencias estatales y federales en materia de Seguridad Pública y Seguridad Nacional.