Votar como artista

  • Ximena Constantino
Reflexiones para ejercer el voto en 2024 desde la perspectiva cultural y artística del país

Con miedo a sonar repetitiva y pesimista, no quedaré exenta de hablar del tema que a los mexicanos hoy nos compete: las elecciones en nuestro México este domingo.

Y es que a veces parece que, a los músicos y artistas nos da hasta flojera involucranos en temas políticos. Lo entiendo y en ocasiones lo comparto; sin embargo y dadas las circunstancias en las que el desarrollo cultural de nuestro país se encuentra, realmente vale la pena meter nuestra cuchara en el análisis y obligación que el derecho al voto conlleva. Y no solo desde la perspectiva ciudadana, sino más allá ver la perspectiva artística que regirá el presupuesto, condiciones y nuestro panorama, que quizás me atrevería a decir, es el segmento más olvidado por las clases y partidos políticos actuales: los músicos, los artistas.

Vale la pena echarse un clavado al recuerdo, analizar realmente y no dejarse llevar por un pseudo ejercicio de transparencia que se ha realizado desde que inicio el presente gobierno.

Aventúrese en investigar hechos y no promesas. Regresar a la historia real que las cifras nos dejan visualizar. Por qué no preguntarse, ¿cuál es el partido que realmente tiene propuestas en materia de cultura actualmente? Por qué no preguntarse, ¿de cuánto han sido los presupuestos ejercidos por los partidos más sobresalientes en nuestro país a lo largo de la historia moderna de México? ¿Sabes en qué año y bajo qué partido se fundaron las escuelas y orquestas más importantes del país? Quizás las respuestas te sorprendan, pues a veces y como siempre digo, los hechos dicen más que mil palabras.

Algún lector entonces puede responderme: “Pero la cultura no solo se trata de la música académica y la mal llamada, alta cultura”; y contestaré: “Tiene usted razón, entonces, por qué no exigir conciertos masivos (que nos cuestan a todos) con diversidad en géneros musicales y no solo a lo que la “masa” le agrada. ¿No será entonces que “los de arriba”, saben perfectamente del poder de la música para ganarse a las masas?, y, sin embargo, por qué no apoyar de manera concreta la educación, investigación y ejercicio cultural artístico realmente.

Durante los últimos años estos gobiernos (unos más que otros) nos han hecho creer que la música o las artes son ya parte de una élite de clase alta, nos han hecho creer que es un privilegio contar con ellas en el país; y no, no es así, es nuestro derecho como ciudadanos el libre ejercicio a la cultura.

Bien dicen por ahí, divide y vencerás, y en efecto ese es un lema que a ningún régimen le ha fallado, pues incluso hasta en las artes nacionales se han encargado últimamente de generar dos bandos, como si de una batalla se tratase, y es que, ¡claro!, es más fácil dividir, porque en la separación se encuentra la desintegración de un solo gremio que debería ver por sus propios ideales.

Ejemplo de ello sucedió hace quince días, donde dos de los partidos que se disputan la Presidencia llamaron al sector cultural y académico del país a proyectar su postura.  El último gremio en pronunciarse, el último gremio en ser tomado en cuenta por las candidatas.  El chiste, se cuenta solo, y, aun así, el divide y venceremos se hizo presente en la comunidad cultural, a pesar de los recortes en diversas instituciones como el CONAHCYT, a pesar de los malos manejos comprobados en muchos estados en recursos destinados a las artes.

Puebla, ni se diga, el número uno en encabezar la lista de escándalos mediáticos. Recordemos sus más recientes secretarios de Cultura y el equipo que les intenta tapar los baches. Recordemos cómo se han desaparecido miles de pesos en empresas fantasmas que ganan licitaciones ante el gobierno; recordemos cómo presupuestos destinados a las infancias, la juventud y a las mujeres se han visto mermados. Recordemos cómo las becas se las siguen ganando los de siempre; recordemos cómo se llega a ser un secretario de Cultura, su gestión y el desempeño que han tenido, aunque sean de las áreas menos escrutadas.

Analicemos, tomemos nuestro derecho al cuestionamiento de todos y cada uno de los que ahora ocupan cargos del gobierno y que creen que nosotros, los artistas, nos debemos a ellos, cuando en realidad, la historia es totalmente lo contrario.

Seamos honradamente músicos, artistas que amamos lo que hacemos, pero recordemos en nuestro ejercicio de gestión y voto la historia de nuestros manoseados programas culturales por las propias manos de los que hoy ostentan estas importantes responsabilidades; la historia de nuestra maltratada cultura; el vergonzoso posicionamiento que los presupuestos culturales han dejado a nuestras escuelas y recintos históricos. Las tristes historias de proyectos destrozados y robados por las instituciones que deberían de hacer lo contrario. Analicemos el papel tan importante que tiene la comunidad artística, la importancia de la cultura y el arte como nuestro derecho y no como privilegio. Recordemos, reflexionemos y entonces, votemos.

 

Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente la línea editorial de e-consulta.

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Ximena Constantino

Saxofonista y comunicóloga. Ha ganado premios y estímulos tanto en música clásica como popular. Es gestora de eventos para promover la equidad de género. Su formación musical y su asociación con marcas reconocidas como Yamaha, Veerkamp, BGFrance y Daddario, demuestran su influencia en la escena internacional.