La magia de su música
- Ximena Constantino
Desde pequeña siempre he pensado que hacer música puede ser equivalente a tener un súper poder. Tienes en tus manos la capacidad de crear atmósferas, paisajes, llevar del llanto a la alegría a una persona o miles.
Quizás ahí radica el misticismo por el que por años la música a transitado por diversas culturas, gracias a las cuáles hasta hoy en día con la música contemporánea de concierto, podemos encontrar sinfonías y suites que nos remontan incluso a rituales que los ancestros usaban para atraer a la lluvia, tener mejores cultivos o hasta venerar algún elemento mismo de la naturaleza, como el fuego.
Hace un par de años conocí el trabajo de una gran compositora mexicana que además de ser madre de dos hijos, esposa, hija, gestora y violonchelista, también se echó un clavado al mar peligroso y turbulento de la composición musical.
Hace un par de semanas hizo vibrar el Palacio de Bellas Artes en un concierto de gala, en donde, se encontraban grandes figuras en el público (tocar música para músicos siempre es lo más difícil), entre ellos el mismísimo Arturo Márquez, hoy catalogado como uno de los más grandes compositores que ha tenido nuestro país, autor de diversas obras como “Conga del Fuego Nuevo”, “Marchas de Duelo de Ira”, “Son a Tamayo y Música para Mandinga”, y “Espejos en la Arena”.
Entre los que más destaca son sus danzones, en específico el famosísimo “Danzón 2” (que además es de mis favoritos). El Palacio de Bellas Artes, construido desde 1904, fue testigo de las obras ganadoras del concurso de composición Arturo Márquez, concurso , que si no sabía usted, se generó con la finalidad de incentivar a los jóvenes compositores mexicanos, y vaya que lo ha logrado, pues este concurso ha servido para catapultar a compositores de diversas zonas del país desde su primera edición en 2014, siendo la sonorense Nubia Jaime Don Juan, la primera mujer en ganar dicho reconocimiento que otorga la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
Volviendo al tema del misticismo y la naturaleza, Nubia ha logrado sobrepasar fronteras con su música para recordar, quizás, el respeto por la naturaleza que las culturas antiguas predicaban dentro del territorio mexicano, nombrando así algunas de sus obras como “Maso Ye’eme”, “Camino al Paraíso”, “Opat Kapjlin” y “Pequeña suite mexicana”.
Venerando, así quizás la excentricidad y la supervivencia de la fauna del norte de México como el ayacahuite, ceiba, ahuehuete y sahuaro. Este último, “Sahuayo”, en lo personal mi movimiento favorito, dentro de esta suite de cuatro movimientos.
Así Nubia, con su personalidad excéntrica y su alma libre, se ha posicionado como una de las compositoras mexicanas más importantes de nuestro tiempo, quien continúa en la exploración de diversas instrumentaciones privilegiando por su puesto a los instrumentos de aliento -me atrevería a decir que al saxofón más-.
Su música ha viajado por casi todo México, recorriendo el territorio de América Latina, Estados Unidos y algunos países del Viejo Continente. Al escuchar su “Monarch Migration” para banda sinfónica, orquesta de cuerda y orquesta sinfónica inspirada en el libro de la escritora Ann Hobbie.
Casi puedo ver los ojos de mi amiga que siempre están expectantes ante lo que ofrece la naturaleza y los hermosos paisajes de México, incluso esas melodías tan “guapachosas” me hacen sentir la arena en mis pies y un sorbo de cerveza en compañía de mi querida Nubia.
Tocar música de alguien a quien se admira siempre es un reto. Hoy puedo compartir que dentro de un par de días la “Danza Mestiza” de la compositora, estará retumbando las paredes del Teatro Mélico Salazar, en Costa Rica, y su servidora disfrutará de ser la solista de la noche, quien tendrá la dicha y la emoción a flor de piel de saber que las melodías y ritmos de mi México se están escuchando a través de mi saxofón, en otro país. El alma de Nubia estará presente a mi lado, a través de sus bailables melodías, aunque esté a kilómetros del teatro.
Hoy por eso, queridas y queridos lectores es que les invito a escuchar la música de quien estoy segura en un par de años pasará a la historia como lo hiciera su maestro Arturo Márquez, y quien con su música le hará viajar al desierto de Sonora, vislumbrar millones de mariposas a su alrededor y escuchar el sonido de la lluvia haciéndole sentir inmensamente pequeño frente a la grandiosidad de la madre tierra, bailar un danzón, y cantar un viva México aunque se esté a kilómetros de la tierra querida. Esa es la magia de la música de Nubia.
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Saxofonista y comunicóloga. Ha ganado premios y estímulos tanto en música clásica como popular. Es gestora de eventos para promover la equidad de género. Su formación musical y su asociación con marcas reconocidas como Yamaha, Veerkamp, BGFrance y Daddario, demuestran su influencia en la escena internacional.