El mito de la relación sexualidad-juventud
- Abelardo Fernández
Uno de los tantos mitos de la sexualidad es asociarla con la juventud. Parece osado mi planteamiento de venir a cuestionar algo que la publicidad ha querido hacer tan supuestamente evidente y obvio entre juventud, energía y algo llamado rendimiento sexual. Desconozco por el momento las cifras de los índices sociales de satisfacción sexual o de personas jóvenes con problemas de insatisfacción sexual o falta de rendimiento en este mismo sentido, pero lo que podemos afirmar es que el mundo de creencias, las cotidianas angustias, el excesivo estrés y las múltiples dificultades en las relaciones de pareja nos hablan de estar viviendo en una humanidad ciertamente desensibilizada, neurótica y cada vez más alejada de su naturaleza originaria.
El primer análisis es preguntarnos por la cantidad ingente de productos relacionados con el rendimiento sexual que cada vez más empresas promueven en sus escaparates comerciales. Hemos terminado asociando el rendimiento sexual a una especie de prueba olímpica de resistencia, aguante y capacidad de respuesta numérica. Aclaro, esto no sólo afecta a los hombres y, hay que anotarlo con claridad, sino también afecta a las mujeres que tienen que resistir los embates de una erección prolongadísima, insisto, mucho más cuantitativa que cualitativa y donde el placer o lo que pretendemos creer que es el placer tiene que ver solamente con una especie de sobrerrendimiento genital promovido por elementos químicos que provocan un aumento considerable de la circulación sanguínea y por tanto, la tan anhelada erección supermánica que al final, se ha vuelto el deseo de todo aquel que se quiere preciar de sostenerse medianamente con una buena reputación entre el mundo femenino crítico (que ese es otro mito, no existe ningún mundo crítico femenino que te descalifica de tu rendimiento, y si lo hay, éste ha entrado en este mundo falso insensibilizado del rendimiento sexual masculino). Por supuesto, todo esto sin anotar la infinidad de fatales consecuencias provocadas por el consumo de estos estupefacientes y anabólicos que promueven mucho más la insensibilidad que la sensibilidad por supuesto.
Una vez más quiero volver a citar la fantástica novela de Enrique Serna que se llama La Sangre erguida, donde este tema es tratado con verdadera maestría, incluyendo el hecho fehaciente de que los hombres dependemos de una erección para tomar decisiones que pueden acabar con nuestras vidas, nuestras reflexiones y nuestras carreras en todo sentido. No se la pierdan si quieren entrar en detalles de este tema.
Necesitamos desear vivir en una sociedad que sienta más y piense menos, deberíamos desearlo todas las mañanas al levantarnos. Haré un par de afirmaciones de corte humanista. La primera es: “todos los problemas sexuales son problemas de pareja” puesto que están involucrados en una relación. ¿Qué ocurre con las multinacionales del viagra? Pues que nos quieren meter en la cabeza que son problemas individuales, personales que afectan a tu capacidad y solvencia incluso moral relacionado con las prácticas sexuales. Segundo: “Como todos los problemas sexuales son de pareja, las soluciones sexuales también son de pareja, por tanto, son problemas de contacto”. En numerosas ocasiones he tratado a chicos, quiero decir jóvenes, que tienen problemas con su erección. Mi trabajo terapéutico siempre va dirigido a desarrollar su capacidad para el contacto y la idea de hacerlo consciente. Los jóvenes que piensan en la cantidad de conquista por el ego de contárselas a sus amigos y sentirse más machitos, suelen terminar con este tipo de problemas. Es importante redirigir la intencionalidad y al sistema interno de creencias para restablecer la verdadera necesidad y dejar las necesidades impuestas por el comercio y las multinacionales.
Pero vuelvo al planteamiento inicial. La relación juventud y rendimiento sexual también es un mito actualmente. Toda mi vida he sostenido que un buen funcionamiento sexual está relacionado con todo el cuerpo, y sobre todo con la relación de pareja. El órgano sexual más importante, y todos lo sabemos, es el cerebro. Yo le agrego y le agregaré que debemos de tener en cuenta también al corazón por supuesto, en el sentido de que es relacional. En el corazón está el amor, la paciencia, la constancia, el contacto, una inteligencia compartida de la pareja en la que ambos encuentran soluciones, en la que ambos las buscan, etcétera. Vuelvo nuevamente a mi planteamiento humanista. El contacto y la relación harán que se encuentren las soluciones, incluyendo la de ir a un médico y un especialista para resolverlo, incluyendo todas las demás soluciones decididas por ambos.
La edad adulta puede ser también motivo de contacto y de amor. El funcionamiento sexual no depende de la edad, depende de la salud, de la física y de la mental y agregaría que también, de la relacional. Una entrega amorosa total -comprensiva, compartida e inteligente-, es la condición para el funcionamiento sexual más increíblemente eficaz y poderoso. En Gestalt llamamos la confluencia sana a esta condición del encuentro con un amor total, verdadero, recíproco y maravilloso. Eso lo cura todo, todo lo va sanando y en medio de un ambiente de respeto y crecimiento mutuo, no tengas duda de que vivirás las experiencias de contacto y de éxtasis más increíbles de tu vida, aunque estés en la edad adulta, también llamada la tercera edad.
Saludos a todos y todas desde la Ciudad de México.
Opinion para Interiores:
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Doctor en Psicología, psicoterapeuta de Contención, musicoterapeuta, escritor, músico y fotógrafo profesional.