Alzheimer, la mosca en la fruta

  • José Ramón Eguibar Cuenca
La enfermedad de Alzheimer se puede simular en la mosca de la fruta

Todos hemos tenido la experiencia de que al dejar fruta o simplemente una cáscara de plátano nos encontramos que pocas horas después tendremos larvas de mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) y después moscas. Estos insectos han sido fundamentales para entender los mecanismos de la herencia, ya que se pueden detectar claramente características morfológicas como el color de los ojos, el tamaño y forma de las alas, etc. Con las técnicas de ingeniería genética un grupo de la universidad de Cambridge ha logrado introducir el péptido A beta, el cual es relevante ya que participa en los primeros estadios de la enfermedad de Alzheimer.

En estas moscas es ahora posible estudiar los ciclos de sueño y vigilia de manera muy fácil. Como nosotros, cuando las moscas están despiertas vuelan activamente y esto se puede medir simplemente colocando a las moscas en un tubo de vidrio que tiene acoplado un haz de luz; las moscas, al pasar volando interrumpen el haz de luz y se mide su actividad empleando simplemente un contador de eventos. Mientras que cuando duermen están quietas y por lo tanto no se interrumpe el haz de luz.

Pues bien, se sabe que los pacientes afectados de la enfermedad de Alzheimer duermen mal, ya que se despiertan repetidamente lo que fragmenta su sueño y por lo tanto no obtienen el descanso que se requiere para estar atento en la fase de vigilia. Adicionalmente, los pacientes tienden a quedarse dormidos por breves períodos de tiempo durante el día lo que acentúa su malestar. Pues bien las moscas a las cuales se les introdujo el péptido A beta muestran también interrupciones en la fase de reposo y cortos períodos de inactividad durante la fase activa hallazgos muy similares a los mostrados en  los pacientes.

Estos hallazgos muestran que es perfectamente posible simular una enfermedad humana tan devastadora como lo es la de Alzheimer en un organismo simple y de fácil manejo como son las moscas de la fruta. Entonces pueden potencialmente ayudar a encontrar nuevas opciones de tratamiento al ser valoradas en este insecto que ha acompañado al hombre por millones de años.

[El autor es Director General de Investigación, Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla]

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José Ramón Eguibar Cuenca

Médico de profesión, maestro en Ciencias Fisiológicas por la BUAP y doctor en Neurociencias por el CINVESTAV del IPN. Es miembro del SNI y de la Academia Nacional de Medicina. Actualmente es director General de Internacionalización de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.