Sobre el nivel de educación

  • Carlos Alberto Juárez
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Tomando como base un artículo publicado en el periódico digital “Sin embargo” por el colaborador, Eduardo Suárez Diaz Barriga acerca de los profesores duros que en realidad son incompetentes y gachos.

Es posible que algunos docentes no cuenten con las habilidades necesarias para cautivar al estudiante y llevarlo a disfrutar del estudio por el estudio mismo, pero esto no descalifica su labor diaria.

También es cierto que algunos docentes solo viven para el elogio de sus estudiantes y convierten esto en un concurso de popularidad y con el fin de seguir siendo los profesores consentidos, se olvidan de lo importante; la formación de los estudiantes. Con esto quiero decir que olvidan enseñar lo que realmente es importante y no lo que es popular o lo que ellos saben solamente.

Algunos docentes investigadores que desprecian la clase por considerar que no está a su nivel, o peor, algunos docentes que justifican su incapacidad para atraer la atención de los estudiantes diciendo que no tienen el nivel y que deberíamos pensar en algún tipo de filtro para subir el nivel de los estudios deberían recapacitar y pensar cuál es el objetivo de las universidades, cuál es su razón de ser y estar en una universidad.

También es cierto, que algunos estudiantes son conflictivos, pero no por eso se deben desatender.

Debemos preocuparnos por los estudiantes por debajo de la media, ya que los estudiantes brillantes, son brillantes por ellos mismos y no por el toque divino de algunos docentes. Es ahí donde se ve la influencia de la institución, sin olvidar sin embargo que se podrán desarrollar e investigar nuevos temas  con estudiantes mejor preparados.

También es cierto que influye en esta ecuación de la enseñanza – aprendizaje, la actitud del estudiante, pues algunos viven convencidos que son genios porque en su familia les han hecho creer que así son, o porque algunos docentes en su intención de ser populares se encargan de inflarlos, sin pensar que cuando salgan al mundo real, la competencia será dura. Es cierto que deben mostrar un cambio de actitud, dejar a un lado la soberbia y la arrogancia y asumir una postura humilde ante el conocimiento. Pero estos cambios de actitud deberían empezar en la familia, pues solo así se pueden conservar una tabla mínima de valores que nos permita vivir en un ambiente sano para todos, en donde se pueda competir con igualdad de condiciones, libre de políticos corruptos e ignorantes que olvidad que están para servir y no para servirse.

Cuando esto suceda, podremos pensar en cosas grandes.

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Carlos Alberto Juárez

Es profesor de la UDLA desde 1981, empezando en el departamento de Ciencias y Matemáticas.

Trabajó durante doce años en el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) área Oriental de Comisión Federal de Electricidad como jefe de departamento de Programación y Equipos.

Es Licenciado en Ingeniería Electrónica y Comunicaciones egresado de la Universidad de las Américas. Tiene la Maestría en Sistemas de Información y Ciencias de la computación.

Obtuvo el grado de Doctor por la Universidad Politécnica de Cataluña con la mención “Excelente Cum Lauda”.