¿Tienen el valor?

  • Carlos Alberto Juárez
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Como campaña publicitaria para mejorar la imagen corporativa, resulta frustrante ver el comportamiento de algunos empresarios. Tenemos datos estadísticos suficientes para tomar decisiones educadas, sin embargo, al final lo que predomina es el interés primario por sobre el colectivo. Por un lado, las decisiones que afectan a gran parte del país, es tomada solo por unos cuantos funcionarios que en realidad no representan nuestros intereses, sino que algunos sirven a intereses de terceros. Con el poder mediático de que disponen, se esmeran en elaborar toda una campaña para convencer a la población de que sus decisiones son las que convienen al resto del país.

Históricamente sabemos que no ha sido así, estadísticamente está probado el comportamiento de nuestros funcionarios públicos (no siempre ha sido ético ni de rendición de cuentas) y sin embargo seguimos aceptando que lo sigan haciendo. En algunos casos, porque resultan ser empresarios que empiezan y que  consideran que la única forma de hacer camino es sucumbiendo a las trampas y trabajo sucio que hacen algunos  funcionarios públicos. Otros, porque ya se acostumbraron al sistema y sus beneficios y no están dispuestos a  cambiar.

Lo triste del asunto es que quienes tienen el poder de cambiar las cosas en este país no lo han querido hacer y cuando hacen algo que aparenta un cambio de actitud, solo refleja una acción tendenciosa contra alguien especial sin buscar la solución de fondo (ejemplo, documental contra el sistema educativo). Cuándo será el momento de que quienes pueden cambiar las cosas de este país lo hagan conscientes de que afectarán a todo el país y por lo tanto deben ser muy responsables? No es suficiente con ponerse el título de empresas socialmente responsables con valores etc.

No se trata tampoco de que regalen el fruto de su trabajo, sino que en este país las decisiones tomadas tengan una visión de país para reducir todo tipo de brecha que divide a la sociedad. La solución está en nosotros: congruencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Ya basta de aceptar el accionar de nuestra clase política.

Personajes que tienen como único fin el enriquecimiento con el puesto (desgraciadamente son pocos los políticos honestos y comprometidos) y que se indignan y molestan cuando alguien los asocia con corrupción o manejos turbios. Denunciemos estos comportamientos y no permitamos que lucren con su puesto. Son servidores públicos y por lo tanto están para servir no para ser servidos.

Los papeles han cambiado o los han ido cambiando para su beneficio. La fuerza de este país está en su gente, empresarios, trabajadores y universitarios que están por incorporarse al mundo laboral. Son los empresarios los que mueven al país realmente, no un comercial político (mover a México). Pueden ser empresarios con conciencia social y bienestar común? Pueden empatar sus intereses con el resto del país? Podemos encontrarnos a la mitad del camino para reducir brechas?

En realidad, ¿tenemos valores o nos vale?

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Carlos Alberto Juárez

Es profesor de la UDLA desde 1981, empezando en el departamento de Ciencias y Matemáticas.

Trabajó durante doce años en el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) área Oriental de Comisión Federal de Electricidad como jefe de departamento de Programación y Equipos.

Es Licenciado en Ingeniería Electrónica y Comunicaciones egresado de la Universidad de las Américas. Tiene la Maestría en Sistemas de Información y Ciencias de la computación.

Obtuvo el grado de Doctor por la Universidad Politécnica de Cataluña con la mención “Excelente Cum Lauda”.