Las noticias aparecidas los últimos días no han dejado tranquilos a los principales actores de la sociedad poblana. Las páginas rojas, de información policíaca, se convirtieron en las portadas de los informativos pese al esfuerzo de minimizar el impacto negativo.

Dos autos calcinados con cadáveres dentro, en la zona de Xonacatepec han levantado alarma entre pobladores y usuarios de la autopista Puebla-México.

El tema tomó más forma de preocupación en boca del Arzobispo de Puebla, monseñor Víctor Sánchez Espinosa, quien en la homilía de este domingo 22 de septiembre le dedicó unos minutos al tema:

“Que sorpresa que en la autopista, en la entrada a Xonacatepec, 11 muertos, 11 cadáveres en un carro. Ya no es Guanajuato, ya no es Michoacán, ya no es Chihuahua, es Puebla también", expresó don Víctor.

El asunto es delicado pues en las últimas semanas comienza a normalizarse la información de violencia, asesinatos, en un campo donde los grupos delincuenciales, el crimen organizado va tomando delantera frente a los esfuerzos, si es que los hay, para mantener el orden.

Si bien Puebla capital no es Culiacán, el ánimo de los habitantes decae, hay alarma, hay preocupación; hay reflexiones familiares sobre las horas de llegar a casa, de los sitios, plazas comerciales, antros, que se deben visitar o no.

Un asunto que de entrada le tocará enfrentar al presidente municipal electo, Pepe Chedraui quien, si bien no estará solo en el tema, algo le salpicará si las cosas no salen bien.

La ciudad está hecha un asco, las vialidades principales son transitables pero las que cruzan, no lo son. Los baches son la constante, la mala calidad de los pavimentos, y la imagen de que las autoridades municipales están preocupadas por las elecciones internas en el PAN que por mantener el orden.

La rebelión al interior del PAN en Puebla está a la vista de todos, los militantes disidentes han dado un paso serio para denunciar y establecer las premisas verificables para responsabilizar a los dirigentes del mal estado, no solo del municipio, sino de la estructura del partido que enfrenta uno de sus peores momentos.

La pugna interna revive viejos pleitos y saca a la luz pública componendas, acuerdos en lo oscurito para mantener a un grupo en el poder del partido y su aprovechamiento para las posiciones nacionales.

La figura de Eduardo Rivera Pérez está en el centro de la pugna interna, hay quien lo defiende y hay quien lo cuestiona, o será, que eso de pensar en “el bien común” ha quedado en letra muerta.

O por lo menos, así me lo parece.

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