Fútbol y circo

  • Felipe Flores Núñez

Son el fútbol y el circo dos espectáculos de tradición y arraigo; por actuales, ambos conceden temas para el comentario y la reflexión.

Uno tiene que ver con “la verde”, nuestro equipo nacional, y el otro con “los verdes”, aquellos del partido político tan proclive al oportunismo electoral.

A los primeros, mi respeto porque exhibieron voluntad, garra, orgullo y buen fútbol para clasificarse a la siguiente ronda con un contundente 3-1 sobre Croacia, que pudo ser mayor de no ser, otra vez, por la ceguera arbitral.

Vimos esta vez a un equipo voluntarioso, disciplinado, apegado a un estilo que le cuadra a la perfección y que debe mantener con todas sus variantes tácticas para el compromiso que sigue, nada fácil, ante la temible Holanda.

Hay argumentos para dar cabida al optimismo, pero la mesura obliga a un juicio frío y razonado.

Ya lo dije, lo reitero ahora con mayor énfasis: vamos bien, por el carril adecuado, pero no es tiempo de volar pese al entusiasmo desbordado de una afición tan ávida de triunfos y de motivos para festejar.

No se desgasta aun mi frase: no hemos ganado nada todavía.

Testigo de varios ciclos mundialistas, sé lo que se siente cuando el éxtasis emocional rebasa la frialdad de la razón.

Son ya muchos los tropiezos y las desventuras.

Despacio, que llevamos prisa.

En estricto rigor, México avanzó a octavos de final como lo ha hecho en cinco campeonatos mundiales pasados, lo que mucho significa, pero nos falta el paso adicional. El famoso “quinto partido”.

¿Será posible esta vez?

Espero que sí.

Lo merece este equipo, su técnico.

Lo merecemos todos.

 

DE CIRCOS Y CIRQUEROS

Circo: lugar con gradería para los espectadores que tienen en medio una o varias pistas donde actúan malabaristas, payasos, equilibristas, animales amaestrados, etc. (Real Academia Española).

Cirquero: que asume el papel de todos los protagonistas circenses para su interés personal. (Yo).

Hay razones para suponer que la iniciativa que ha promovido en todo el país el Partido  Verde Ecologista para prohibir espectáculos circenses con animales, tiene mucho de fondo político-electoral.

La propuesta de los “otros verdes” ha ganado prontos adeptos y se ha traducido en leyes de manera exponencial, porque nadie en su sano juicio podría resistir el argumento central de tal moción, que no es otro más que evitar cualquier tipo de práctica que implique el maltrato de animales.

Sí y no.

El circo como espectáculo popular tiene una tradición milenaria en el mundo entero y nuestro país no es la excepción. Tan sólo el Atayde tiene una larga y acreditada vida de más de 125 años, además de otros famosos, como el de los Hermanos Gasca y los Vázquez, por mencionar algunos.

Se calcula que hay en el país al menos 180 circos que esmeradamente han llevado alegría y diversión a millones de mexicanos en sus largas y a veces penosas travesías.

No dudo que muchos de ellos incurran en faltas a los derechos y la integridad de los animales - tigres, leones, elefantes, camellos y monos -, pero no es la regla general.

Las mismas autoridades federales –Profeco y Semarnat-, han declarado que ciertamente en sus inspecciones rutinarias han encontrado anomalías,  pero que los casos son contados, no es lo común.

En el discurso de los que pugnan por la prohibición de animales en los circos se oye reiteradamente de encierro, soledad, aislamiento, enfermedad, hambre, golpes, cadenas, trato cruel, descargas eléctricas, tráfico ilegal.

Suena duro, nadie lo avalaría.

En su defensa, los empresarios circenses arguyen que nada de eso ocurre y retan a que se pruebe. Piden, con todo derecho, que se les escuche, que se ponderen sus razones. Aseguran que los “domadores” están extintos, hablan ahora de “entrenadores”. Dicen que cuentan con equipos profesionales para la alimentación y atención de animales, incluyendo veterinarios. Señalan que la medida restrictiva, ya adoptada en varios municipios, incluyendo a la capital del país, afecta a más de 50 mil empleos. Y proponen, con justa razón, que en lugar de prohibición, en todo caso se aplique una estricta regulación.

Suena lógico, razonable, justo, democrático.

Ahí están ambos lados de la moneda que habría que revisar con cuidado, aunque a estas alturas será ya difícil contener la norma prohibitiva, que a Puebla llegó también.

Regidores del ayuntamiento local afirmaron que “en dos semanas estará listo el dictamen encaminado a prohibir espectáculos circenses con animales”, a iniciativa, claro está, del Verde Ecologista.

El Regidor poblano Juan Pablo Kuri, quien da por hecho su aprobación, mantiene la misma actitud del PVEM en otras latitudes: cero diálogo con dueños de circos,  cero consulta ciudadana y cero ponderación, porque “existe una tendencia nacional por impedir el maltrato animal en este tipo de eventos”.

¿Le consta?

Como ya se dijo por ahí, en el tema hay tintes de demagogia e hipocresía, así como un alevoso aprovechamiento político electoral.

¿Qué sigue?

¿Prohibir las corridas de toros, la estancia de perros en azoteas, las tiendas que comercian pescaditos y tortugas, la venta de cinturones, bolsas y zapatos de piel animal?

Dirán los verdes: si deja votos, sí.

Estoy con los circos, no con los cirqueros.

AL OÍDO

Resulta francamente inexplicable que la mayoría de las intersecciones a la Vía Atlixcáyotl se encuentren en estado reprobable, situación que se ha agravado durante los días recientes por la temporada de lluvias.

En lugar de renovar su pavimento, dichas gasas viales han sido “parchadas” una y otra vez, hasta volverlas “chipotudas” e intransitables.

Por citar ejemplos, actualmente abundan los baches y chipotes en accesos y salidas de la zona de Angelópolis para conectarse con la Atlixcáyotl, justo rumbo al moderno y vistoso Centro Integral de Servicios. 

Otro ejemplo patético de descuido está en la conclusión de la propia Atlixcáyotl para conectarse al Circuito Juan Pablo, rumbo a las Ánimas. En este caso fue absurdo que el estrecho carril no fuera atendido cuando en la práctica corresponde a una lateral del  referido Circuito, en el que apenas fue colocado pavimento hidráulico.

Un taxista –ocurrentes como son- me dijo que no le hacen caso porque la obra de la Vía Atlixcáyotl es herencia de la administración de Mario Marín.

Me puso a pensar.

Estoy en Facebook y mi Twitter es @FelipeFloresNu

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Felipe Flores Núñez

Con una trayectoria de 40 años en medios de comunicación, ha sido reportero y Director de Comunicación Social de la Confederación Deportiva Mexicana, H. Ayuntamiento de Puebla, H. Congreso del Estado de Puebla, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Gobierno del Estado de Puebla y Universidad de las Américas-Puebla; en ésta última fue docente durante 16 años. Actualmente es Director General de la Agencia Doble Efe, Comunicación Integral, que ofrece servicios de publicidad, redes sociales y de asesoría en medios.