México y su destino

  • Fernando Rojas Cristerna

Tomo el lema de la UNAM como punto de partida para nuestra reflexión de hoy; en el entendido de que el momento que vivimos como nación nos demanda a ir más allá de nuestros sentimientos y de la visión del futuro, aceptando la triste realidad de que nos encontramos en un bache histórico del cual debemos salir lo más pronto posible.

Por mi raza hablará el espíritu, ideal concebido por el gran educador José Vasconcelos quien lo plasmó en este lema como resultado de su elevada convicción del destino al que están llamados los países hispanoamericanos, especialmente el nuestro, debido a ser el fruto de la suma de las riquezas espirituales y culturales de las naciónes Ibera y americanas.

Esta fue la concepción del destino nacional que evitó que el país fuese objeto de las políticas intervencionistas propias de la época se tratase de comunistas, fascistas  o capitalistas, las cuales sin duda hubiesen provocado la continuación del baño de sangre revolucionario.

Ideal que produjo el gran movimiento nacionalista  mexicano, convirtiendolo en esa explosión de riqueza espiritual que influyó sobre las artes, la economía, la política, la educación, el derecho laboral,  el derecho internacional,  y  que marcó a la generación emergente postrevolucionaria  orientandola a acciones sociales que provocasen los cambios que la nación demandaba.

Es precisamente esa falta de comprensión del destino nacional la que caracteriza a los  gobiernos neoliberales cuyas "reformas estructurales", según Peña Nieto,  nos sacarán de esta crisis  llevandonos a ser un país donde no quepa la justicia social, el derecho, la cultura, la educación, sino solo la concepción materialista del dios llamado "mercado", en el cual todos, simplemente todos... ¡seamos una mercancía más!

En el paraiso neoliberal prometido, no existe lugar para el espíritu de la nación, ni para el florecimiento de las convicciones, nadie sabrá hacia dónde nos dirijimos; no existirán muralistas, ni institutos educativos de impacto social, ni conceptos artísticos, o  por lo menos algo cercano al espíritu de la llamada raza cósmica.

Un México sin destino…¿hasta cuándo despertará el espíritu de la nación?

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