Reformas, reformas y más reformas…

  • Horacio Cano Vargas
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Un pensamiento generalizado en nuestros gobernantes, es que ante cualquier situación parecería que lo único que hay que hacer para mejorar el rumbo es aprobar una nueva ley. Se piensa que desde un Congreso se debe de cambiar las reglas del juego para que pase algo, y que con tan solo cambiar la letra de la Constitución, reformar una ley o hacer una nueva, las cosas mejorarán por arte de magia. El claro ejemplo: hay un problema generalizado de bullying en nuestro país, nuestros gobiernos aprobaron leyes dedicadas a atender este problema.

En México hemos creído que es necesario reformar cualquier ley o reglamento para conseguir los resultados deseados. Nuestra Carta Magna se ha reformado en cientos de ocasiones desde 1917, con pocos resultados. Cada reforma electoral o política que se aprueba promete dar al país una verdadera democracia, cada Reforma a los energéticos es la que el país necesitaba, cada reforma hacendaria, es justa y tendiente a equilibrar las enormes desigualdades del país, cada reforma educativa que hemos tenido, terminará con el triste e indignante rezago educativo que existe en nuestra nación, cada reforma a las telecomunicaciones logrará una mayor competencia en dicho mercado, cada nueva reforma que los diputados locales o federales aprueban parecería que garantiza que todo seguirá igual.

Lo que sí es una realidad es que PEMEX no es una empresa sustentable y los resultados de la tan ansiada reforma los ciudadanos aun no los disfrutamos, lo que sí vemos es el aumento a la gasolina cada mes. La realidad es que en los Congresos local y federal hemos visto como han obstaculizado las candidaturas ciudadanas, cayendo en el ridículo de hacer más asequible formar un nuevo partido político a registrarse como candidato ciudadano. Lo que sí ha pasado es que cada reforma hacendaria que nuestros representantes aprueban no ha cambiado la situación de millones de personas que no tienen los recursos suficientes para acceder a los servicios elementales. En México a pesar de las reformas educativas, sigue habiendo personas analfabetas, en pleno S. XXI.

De que nos sirve una reforma a los energéticos si no podemos ponerle un alto a la corrupción que existe en dicho ramo, de que nos sirve tener una excelente reforma hacendaria si los recursos públicos no se usan de forma correcta y no existen medios de rendición de cuentas, de que nos sirve una gran reforma educativa si hay salones de clase que no cuentan con lo mínimo indispensable para funcionar (léase pupitres). Todos estos defectos se pueden corregir sin reforma alguna, solo haría falta la voluntad de nuestros gobernantes.

Las reformas son muy necesarias, el mundo cambia y las necesidades de las personas también. Pero es imposible que se dé un cambio en México si estas no vienen acompañadas por un cambio de mentalidad, como bien lo señala el mensaje de los Obispos de México titulado Por México Actuemos: “¡Nos falta una verdadera reforma interior para que el País sea mejor!”. Además de las modificaciones aprobadas por el Congreso, que espero tengan los resultados que deseamos, es indispensable cambiar nuestra forma de actuar, la cual no puede cambiar con ninguna ley.

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Horacio Cano Vargas

Licenciado en Derecho por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, cuenta con estudios de Maestría en Derecho Constitucional y Amparo por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Se ha desempeñado en el campo profesional como abogado postulante, docente, funcionario público en el Municipio de Puebla y Director del Comité Pro-Construcción del Santuario Diocesano Guadalupano de la Arquidiócesis de Puebla.