Así sea entre familias, como en toda guerra, no hay punto medio: unos ganan y otros pierden.

Y como siempre, tras el combate, concluida la disputa, devienen los contrastes.

Unos ondean banderas, se ufanan. Con el botín en mano, se dicen amos e invencibles. Su contundencia los nubla, el mañana es suyo.

Los otros, en el lamento se consuelan. Les fue imposible revertir la inequidad de la pelea. Se disipan sus sueños, se sienten abatidos. Fueron agraviados y vencidos. No se pudo. Tal vez ya no podrán.

Por inercia, llega entonces el tiempo del recuento, dimensionar los daños.

El saldo es alto: en el campo de batalla hay cadáveres vivientes, muchos heridos, intereses vulnerados, corajes contenidos.

El espacio de reconciliación es breve, casi nulo, porque hubo desaseo. El juego no fue limpio,  dolorosa la querella y los ultrajes desmedidos.

Bien se dice que las disputas dejan a la verdad en el medio y a las partes de un lado y otro.

Falta ver si el vencedor es humilde, olvida el orgullo, extiende la mano.

Y si lo acepta el vencido.

Entender, finalmente, que el enemigo está en otros frentes.

Son (¿eran?) familia.

Y la verdadera lid está por venir.

Se necesitan unos y otros, hay agendas pendientes.

Al menos para Puebla, diputaciones federales el año entrante; 2016, la “mini-gubernatura”; 2018, la gubernatura y la aspiración de protagonizar la elección Presidencial.

Imposible hacer vaticinios.

Lo cierto es que a ganadores el mañana los alienta.

Su panorama es amplio, luminoso.

Por ahora, nada los contiene.

Por ahora.

Porque el todo o nada, tiene riesgos.

La madre de las guerras les aguarda.

Habrá que ver lo que en su momento venga.

Lo decía Sun Tzu: La acción y la no acción son cuestiones de estrategia.

LOS 100 DÍAS

Sin entrar a detalle, cabría decir que resultó aprobado Antonio Gali, al cumplirse 100 días de su gestión.

En general, se le percibe activo, dispuesto, con visión de objetivos.

No obstante, perfeccionista como es, en este breve periodo hubo incidentes por falta de previsión que al Alcalde poblano deberían preocuparle ya que en futuras circunstancias podrían ponerlo en verdadero aprieto.

Me refiero a las expresiones de inconformidad ciudadana registradas en el lapso: primero durante su visita a la Junta Auxiliar de San Miguel Canoa y después en el evento de la semana pasada, en las afueras del Teatro de la Ciudad.

Más allá de su respectiva justificación, faltó no sólo quien lo advirtiera, sino también capacidad de reacción.

Otra falla grave fue el desprecio hacia su grupo de Regidores, que fueron ubicados en forma marginal en el mismo evento de los 100 días, por lo que la mitad de ellos decidió abandonar el foro en un acto de mera dignidad.  

Y como remate, destaco el tortuguismo mostrado por la empresa encargada de la pavimentación en concreto hidráulico en el Circuito Juan Pablo II, que derivó un retraso inesperado.

La obra, ya inaugurada, muestra todavía deficiencias: zanjas abiertas, desniveles, falta de banquetas y guarniciones y, lo que es peor, que fueron marginadas la vías laterales del Distribuidor 475, cuya condición es deprimente, y que en estricto rigor corresponden también al propio Circuito Juan Pablo.

Los trabajos fueron abandonados literalmente durante casi una semana y aunque se trató de resarcir a última hora, ya no hubo tiempo para ello. Es una lástima que ocurra eso, porque la obra en su conjunto es de una dimensión extraordinaria.

Estos hechos revelan deficiencias en el círculo cercano de Gali. Incapacidad o inexperiencia, no lo sé, pero detalles así merecen pronta atención. O el daño podría ser mayor…

AL OÍDO

Difícil creer que las cachetadas que el constructor Tonatzin Fernández propinó a Manuel Youshimatz, incidente que causó revuelo en redes sociales, se haya debido a un pleito entre particulares, como se ha tratado de justificar.

Todo indica que el ahora ex Director del Instituto del Deporte poblano (Inpode) tiene una larga cola que pronto, para bien de todos, podría ser expuesta en su justa dimensión.

Hizo bien el gobierno estatal en precipitar su renuncia y lo que sigue es ahondar en la investigación y proceder con rigor, en aras de una imagen de combate a la corrupción.

Porque la hubo, ni duda cabe.

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