(Última parte)
Hace ya casi un año, el mundo entero se conmovió al enterarse que por la vía del internet los Estados Unidos habían estado violentando la privacidad y la seguridad de muchos gobiernos, de al menos 35 de los líderes más importantes del planeta y de una cantidad inimaginable de ciudadanos de múltiples países.
Fue en junio de 2013 cuando Edward Snowden, joven analista tecnológico de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense,dio la primicia de este monumental espionaje cibernético a reporteros del diario británico The Guardian, y para acreditarlo, filtró centenares de documentos clasificados como secretos.
La versión periodística, luego compartida por The Washington Post, detalló que desde al menos hace siete años el gobierno estadounidense había tenido libre acceso a correos, videos, chats de voz y redes sociales de gobiernos, instituciones y personas, con la complicidad de importantes empresas tecnológicas transnacionales, como Prism, Microsoft, Google, Apple y Facebook.
Ahora refugiado en Rusia y acusado de traición y espionaje a su propio gobierno, Snowden justificó su valiente revelación al considerar que “en conciencia, no puedo permitir que el gobierno de los Estados Unidos destruya la privacidad y la libertad en internet, así como las libertades básicas de la gente de todo el mundo, mediante una gigante máquina de vigilancia masiva que han construido en secreto”.
Esta noticia ha sido considerada como una de las más importantes de los últimos años y los medios impresos que la divulgaron merecieron hace días el otorgamiento del Premio Pulitzer, el más reconocido galardón del periodismo, tras considerarse que “ayudó a los ciudadanos a entender cómo las revelaciones periodísticas encajan en el marco de la seguridad nacional”.
Todo este relato casi peliculesco viene a colación tras la polémica que durante los días recientes se desató en las redes sociales de nuestro país, con motivo de la discusión de legisladores en torno a las leyes secundarias a la Ley de Telecomunicaciones, cuya aprobación finalmente ha sido postergada para el próximo mes.
Las revelaciones de Snowden tienen relación directa con algunas de las normas que ahora se quieren imponer en México, en cuanto incumben al ámbito de la muy sensible relación que existe entre los gobiernos y los ciudadanos, en materia de privacidad y seguridad.
Precisamente a esos rubros se refieren las iniciativas que ahora se discuten en el Senado de la República, además de otros adherentes como la libre expresión, que en su conjunto han incitado un áspero debate social.
Para un enorme segmento de usuarios de internet y de defensores de los derechos humanos, la propuesta legislativa deja abierta la posibilidad de que el gobierno pueda no sólo bloquear contenidos y señales, lo que pone en riesgo la libre expresión, sino que eventualmente, en aras de la seguridad colectiva, pueda también tener acceso a contenidos de usuarios de las redes sociales.
El argumento de los opositores a las iniciativas legislativas está fundado en la natural desconfianza hacia el gobierno, respecto a la discrecionalidad con la que pudiera proceder amparado en una legislación con propósitos todavía no muy claros ni precisos.
Las revelaciones de Snowden dejan claro el interés del gobierno, cualquiera que sea, de meter la nariz en cualquier lado en forma indiscriminada, con el pretexto de preservar la seguridad colectiva, aunque es evidente que pudiera haber también otros intereses ocultos y hasta perversos.
En contrapeso, debe reconocerse que hace falta un marco legal que regule la cada vez más expansiva actividad de los usuarios del internet, ya que por este medio, se ha probado, se cometen delitos y abusos y hasta en casos extremos, podría atentarse contra la seguridad nacional.
En este escenario nebuloso surgen muchas interrogantes.
¿Cómo entonces normar para que los usuarios puedan interactuar con responsabilidad en el uso de las redes sociales, sin vulnerar su privacidad ni su derecho a la libertad de expresión?
¿Cómo hacer que el mundo maravilloso del internet se mantenga como un espacio para la libre manifestación de ideas?
¿Cómo evitar que por internet se sigan cometiendo delitos como el secuestro, la extorsión y la trata de personas?
¿Cómo contener a quienes que frecuentemente ocultan su identidad para afectar a terceros, agraviar, propalar versiones infundadas con intenciones personales, políticas o para causar inestabilidad social?
¿Qué hacer para que no se repita otro caso como el que delató Snowden, o las tristes experiencias intervencionistas en materia tecnológica de gobiernos como los de Egipto, Turquía y Venezuela?
He ahí los retos de la nueva legislación y la importancia de mantenerse atentos, por la enorme implicación social y la trascendencia que eso conlleva.
AL OÍDO
Sirva este conducto para expresar nuestra efusiva felicitación a todo el equipo que hace posible que El Sol de Puebla se haya consolidado como el principal medio informativo de la entidad y la región, y que sea además uno de los bastiones de la Organización Editorial Mexicana, la más sólida del continente.
Y un reconocimiento especial para sus directivos locales: Efraín Salazar Arellano, Jorge Rodríguez Corona, Ramón Domínguez Sánchez y Salvador Ríos Gómez.
En la comida para festejar su 70 Aniversario, fue grato el reencuentro con viejos y apreciados amigos, entre los que destaco al siempre carismático y afectuoso Melquiades Morales, exgobernador de la entidad, quién mereció palabras muy elogiosas del Presidente de la OEM, Mario Vázquez Raña.
Don Mario, por cierto, conserva el buen talante y la sencillez que lo ha caracterizado en su larga vida como personaje indiscutible en el mundo del deporte, el periodismo y los negocios.
Opinion para Interiores:
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Con una trayectoria de 40 años en medios de comunicación, ha sido reportero y Director de Comunicación Social de la Confederación Deportiva Mexicana, H. Ayuntamiento de Puebla, H. Congreso del Estado de Puebla, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Gobierno del Estado de Puebla y Universidad de las Américas-Puebla; en ésta última fue docente durante 16 años. Actualmente es Director General de la Agencia Doble Efe, Comunicación Integral, que ofrece servicios de publicidad, redes sociales y de asesoría en medios.