El caos como una herramienta estratégica
- Héctor Montiel Campos
Su empresa se reorganiza. Ahora reporta a otra persona. La división cuenta con un nuevo nombre, y tal vez su puesto de trabajo es diferente. Pero el trabajo parece ser el mismo. Y sólo han pasado unos cuantos años desde la última reorganización ¿Por qué lo están haciendo de nuevo?
Las reorganizaciones son comunes en las empresas de todos los tamaños y tipos. La alta dirección le encanta jugar con el organigrama. Y con cada serie de retoques, reina la confusión hasta que la gente sabe, o al menos eso cree, lo que tienen que hacer y a quienes tienen que reportar. La eficiencia cae. Todo el mundo trata de averiguar quiénes son los ganadores y los perdedores con esta nueva reorganización. ¿He de salir adelante?" es la primera pregunta que todos se hacen.
¿La reorganización vale la pena? ¿Mejora la eficiencia con el tiempo?
Esas son preguntas difíciles de responder. Eficiencia, sin duda, es un objetivo importante de la reorganización, pero hay otros, y aunque resulte difícil de creer, la alta dirección está evaluando personas. ¿Quién puede sobrevivir y prosperar en los períodos de transición?
La evolución es una razón válida para el cambio organizacional. Mi tesis, sin embargo, es que hay una razón subyacente para la reorganización, que se entiende empíricamente y de manera intuitiva, pero que no ha sido articulada. La reorganización periódica saca lo mejor de las personas (o lo peor) ¿Por qué?
Tiene que ver con el caos. El caos es la confusión provocada por el cambio. El caos es la incertidumbre que el cambio favorece. El caos es un desastre.
Nos oponemos firmemente al caos. Es muy común en nuestras vidas y se altera la fluidez de nuestras actividades. Constantemente luchamos contra las fuerzas del caos que amenazan con destruir nuestras mejores intenciones.
El estudio del caos se hace a través de una disciplina científica rigurosa. El caos es el resultado natural de las fuerzas de la entropía que trabajan para descomponer la materia en los patrones más aleatorios posibles. Algo muy interesante que puede llegar a pasar en la organización de una empresa.
¿Qué tiene que ver la teoría del caos con la reorganización de una empresa? Todo.
El caos en cualquier organización produce una fluidez temporal. De repente, nadie está muy seguro de su rol. Del caos viene una medida de auto-organización. La gente desarrolla nuevas conexiones de manera natural.
La alta dirección deja este proceso solo. Las interrupciones en el proceso de auto-organización pueden dar lugar a interminables luchas internas que bloquean el progreso. Una vez solo, los canales informales empiezan a acelerar la eficiencia. No todo es miel sobre hojuelas, esto también genera repercusiones negativas.
El proceso de auto-organización pone de manifiesto el comportamiento creativo. La gente no tiene miedo de probar cosas nuevas y arriesgar ideas brillantes (si es que las hay). El caos actúa como un colchón, ya que la sensación es que no hay mucho que perder, pero sí mucho que ganar.
La auto-organización puede reforzar la iniciativa personal. Usted quiere hacer su trabajo, pero no sabe muy bien cómo hacerlo dentro de la nueva organización. Así que hay que buscar respuestas. Este desafío puede ser un estímulo para salir de las viejas rutinas y experimentar.
La desventaja es que algunas personas se sienten amenazadas en una situación caótica. Casi todo el mundo le gusta certeza. Pero el universo y su organización están sujetos a las mismas leyes de cambio. Lo que existe hoy, se va mañana. Vivimos en un mundo cada vez más incierto.
Finalmente, cabe mencionar que la inteligencia no es sólo un proceso de crear orden en el caos. La inteligencia también es un proceso deliberado para sumergirse en el caos, de tal forma que un nuevo y superior orden evolucione.
Por lo pronto, hasta aquí la dejamos ya que no quiero seguir generando caos en estas líneas. Nos vemos en futuras participaciones.