El pensamiento social de Don Isaac Guzmán Valdivia
- Atilio Peralta Merino
Durante toda una época se enseñoreó en la formación intelectual de varias generaciones el pensamiento de Walter Whitman Rostow, caracterizado por el optimismo y la convicción firme en el advenimiento de un porvenir inmejorable, pensamiento que habría sido plasmado en su obra más representativa, y cuyo título es por demás significativo “En el umbral del desarrollo”.
En mayor o menor medida, las políticas de desarrollo desplegadas por prácticamente todos los países que gravitaban bajo el peso del poderío occidental durante la guerra fría, se habrían inspirado en el referido optimismo de Rostow, y México, por supuesto no habría sido la excepción.
No dejó de haber voces de advertencia sobre las implicaciones, no siempre venturosas, que dichas estrategias traerían aparejadas, una de ellas, por demás encomiable dada su inteligencia y honestidad habría sido la de don Isaac Guzmán Valdivia.
Equivocadamente desde mi particular perspectiva, don Isaac asumió siempre el rol y condición de sociólogo, cuando, en realidad, su obra se desenvuelve en el mucha más complejo y elevado mundo de la al filosofía política bajo el raigambre del neotomismo del Cardenal Mercier y Jackes Maritain.
No obstante, su ensayo sobre el desarrollo realiza una magistral disección del cuerpo social de nuestro país, en el que, ya en 1967, se manifestaban las distorsiones de un desarrollo carente de armonía, que amenazaba a la total desintegración de la convivencia social , así como al inexorable destino de las almas vacía que han perdido el sentido de la vida.
En los días que corren, donde nadie invoca ya el optimismo de Rostow, sino que, muy por el contrario Imanuel Wallertein nos advirte sobre el colapso de lo que él denomina “el sistema mundo”; Y en el que los jóvenes depauperados de las franjas maquiladoras se enrolan como niños sicarios de los cárteles del narcotráfico, ¿qué clase de diagnóstico de la realidad podría presentarnos don Isaac Guzmán Valdivia?
En fechas recientes, su nieta, Hortensia Elena Cristerna Guzmán, se dio a la encomiable tarea de recopilar, publicar y prologar brillante y emotivamente las obras de don Isaac, y ¿acaso ella tendría que abocarse a realizar el diagnóstico en cuestión? Seguramente lo hará con el donaire y la gallardía y el temple que hereda.
sandrini2006@hotmail.com
Opinion para Interiores:
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De formación jesuita, Abogado por la Escuela Libre de Derecho.
Compañero editorial de Pedro Angel Palou.
Colaborador cercano de José Ángel Conchello y Humberto Hernández Haddad y del constitucionalista Elisur Artega Nava