Elementos del Ejército mexicano amenazaron a familiares de dos de los jóvenes que fueron asesinados en Nuevo Laredo el pasado 26 de febrero. La denuncia llegó por parte del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, quienes señalaron a los uniformados por realizar actos de hostigamiento.

El pasado domingo 5 de marzo un grupo de militares arribó a la colonia Cortés Villada con el fin de revisar un vehículo perteneciente a familiares de Alejandro y Gustavo Pérez, quienes perdieron la vida al ser víctimas de un ataque militar en la ciudad tamaulipeca.

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El grupo militar alegó que el familiar dueño del vehículo se encontraba bajo sospecha por “estar consumiendo marihuana”, como explica el comunicado de prensa emitido por el CDH.

El hostigamiento hacia Enrique Pérez, padre de los occisos, cesó únicamente cuando uno de los militares constató que existe una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR), así como una queja ante la CNDH debido a la muerte arbitraria y lesiones de sus dos hijos.

Acusan a familiares de ejecutados por supuesta venta de drogas

Uno de los militares interrogó a Enrique Pérez al señalarlo por supuestamente vender drogas en su domicilio: “Si quiero puedo detenerlos”, indicó el uniformado al alegar que además de militar era abogado.

Tras el acoso, Raymundo Ramos -presidente de la organización- hizo un llamado a las autoridades para que pudieran tomar medidas urgentes con el fin de brindar protección a la familia.

“Nomás llegaron y nos balacearon”: sobreviviente al ataque en Nuevo Laredo

De acuerdo con Alejandro, quien es testigo ocular de los hechos y único sobreviviente ileso, el ataque ocurrió sin razón aparente, pues en un primer momento el grupo de jóvenes se dio la vuelta tras toparse de frente con los militares. Posteriormente, el vehículo militar los chocó por detrás antes de iniciar la balacera.

“Nomás llegaron y nos balacearon toda la troca, nomás me alcancé a bajar y me arrodillé. Yo iba atrás del chofer”, indicó en entrevista para N+, además de acusar un abuso de autoridad debido a que las otras víctimas fueron asesinadas cuando se encontraban sometidas contra el suelo.

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La denominada masacre en Nuevo Laredo tomó ese nombre luego de confirmarse que las jóvenes víctimas recibieron un total de 30 heridas de bala, como indicó el portal El País luego de tener acceso a los estudios forenses del caso por el que la Fiscalía de Justicia Militar de la Sedena (Secretaría de Defensa Nacional) vinculó a proceso a cuatro militares involucrados, por el delito de desobediencia.