Los casos de "bullying" o acoso escolar no sólo se han incrementado sino que cada vez son más crueles, incluso dos de ellos en Puebla han terminado en muertes, pero la problemática se debe a que los acosadores también han sido víctimas de violencia o abandono de sus familias, aseguró el doctor Arturo Villanueva González, coordinador de la Facultad de Educación de la UPAEP.

Este lunes falleció Antonio de Jesús López Monje, de 13 años de edad, después de que hace 16 meses recibió una golpiza por parte de sus compañeros de la secundaria Galileo de Galilei, en Amozoc.

El niño, que en el momento del ataque tenía 12 años de edad, pasó varios días en coma y quedó con daño cerebral, situación que llevó al deterioro de su salud y finalmente su muerte.

Los casos son más violentos

"El problema es ahora una cuestión social, porque antes el abusador estaba consciente de que estaba abusando, de que estaba mal lo que hacía, pero ahora el acosador ni siquiera está consciente del daño que puede causar", dijo Villanueva González.

Esta cuestión de superficialidad en el acosador y la gente que le rodea hace que la conducta se multiplique y, hasta en algunos casos, se fomente por los propios estudiantes.

Asimismo las agresiones se vuelven cada vez más crueles y riesgosas, también porque con las redes sociales y la tecnología se transformaron un escaparate para exhibir este tipo de conductas.

"Ahora hay una crueldad impresionante que puede llegar hasta la muerte, pero no es sólo la violencia física sino también la violencia emocional (...) hay mucho dolor y mucho resentimiento por parte del acosador", explicó el académico de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

Otro de los casos que han resultado mortales es el de Isaac Salazar Cuautle, estudiante de la secundaria Federal Número 5 "Jesús Romero Flores", quien fuera asesinado con una navaja por uno de sus compañeros.

Hace falta atención familiar

Para el especialista los factores determinantes que presenta el acoso escolar son los valores y el sentido de vida que tengan los niños y jóvenes, pero estas cuestiones se transmiten y se brindan en las familias.

"No quiere decir que en la escuela no haya influencia o que la sociedad no nos invite a ser más violentos, sino que las vivencias que se tengan con los padres, con la familia, y los valores en casa son los elementos  que más pesan", agregó.

Generalmente los agresores padecen situaciones en la familia que los hacen estar a la defensiva, es decir, que pueden sufrir ellos mismos violencia en sus hogares o no ser limitados para frenar esa tendencia violenta.

El coordinador de la Facultad de Educación recomendó que en primer lugar los padres de familia se acerquen a sus hijos, dialoguen con ellos para tener una mejor relación, también que la sociedad y en las escuelas no se tolere este tipo de conductas.

En la entidad se han dado varias situaciones de acoso escolar extremo, el 13 de diciembre de 2013 Jonathan Ramírez Juárez, de 17 años de edad, murió a causa de una agresión con una roca en el del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del estado (Cecyte).

Asimismo una estudiante de la secundaria Ignacio Zaragoza fue a parar al hospital después de ser golpeada por varias de sus compañeras.

De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), durante 2014 hubo un total de cuatro reportes de maltrato físico y 52 de acoso escolar que fueron realizados por estudiantes y padres de familia a través de la línea telefónica Educatel 01-800-714-71-08.