Futbol, futbol y más futbol

  • Jesús Horacio Cano Vargas
La famosa “sociedad civil” no ha podido definir rumbo y tomar buenas decisiones como en el futbol

El domingo pasado, después de ver como quedaba eliminada la Selección Mexicana de Futbol recordé un alegre pensamiento dicho por el gran Jorge Valdano a quien voy a parafrasear: “el futbol es lo más importante de las cosas menos importantes.”

Es cierto. En nuestro país como en toda Latinoamérica, hay asuntos más importantes que eso de ver once contra once luchando por anotar un gol. Sin embargo, creo que al menos en nuestro país, el futbol es más que un deporte y el fracaso deportivo de nuestra selección hace visible muchas de las deficiencias que tenemos como sociedad.

En México el futbol más que un deporte, es un lubricante social. En todas las edades y en todas las clases sociales se juega futbol. Para usted que me está leyendo, ¿a poco no, las relaciones sociales en su infancia giraban en gran medida alrededor del futbol? Quizá nos inscribimos en alguna liga, íbamos a una academia de futbol, seguramente lo jugábamos en los recreos o simplemente “armábamos la cascarita” afuera de nuestras casas donde se improvisaban las porterías y las reglas las ponía quien era el dueño del balón (como siempre pasa). Pero además de practicarlo, o incluso en caso de no hacerlo, nos organizamos para ver a la selección o al equipo del que somos fanáticos, ya sea en el estadio o en casa con nuestros amigos y familia. En nuestro país el juego es un bonito pretexto para convivir.

Pero, ¿qué pasa con nuestro futbol?, ¿por qué a pesar de ser un país tan “futbolero” los logros en este deporte son menores?, ¿somos tan malos?, ¿qué nos hace falta para destacar? Lo que sí podemos empezar a concluir es que, a diferencia de cualquier tragedia no se le puede echar la culpa al gobierno, pues ni la Federación o nuestra liga están en sus manos.

Tampoco culpar al arbitraje o a alguna autoridad y alegar -como nos gusta hacerlo-, un complot mundial para que México no avance, diciendo que “no era penal” o “era penal”, en nuestra contra o en nuestro favor, según convenga. Tenemos la infraestructura suficiente para la práctica del futbol, los empresarios le invierten muchos miles de millones de pesos al año.  Miles de jóvenes juegan futbol y quieren ser profesionales. Por la diversidad étnica de nuestro país, físicamente podríamos competir contra cualquier selección del mundo.

Creo que el fracaso de la selección refleja los males de nuestra sociedad. A pesar de ser tantos los que practicamos el futbol y seguramente tener el potencial para competir entre los mejores del mundo, no lo hacemos. No sería raro que en el entramado de la Federación y la liga haya tráfico de influencias, corrupción, poca planeación y una evidente falta de interés por lo deportivo, ausencia de responsabilidad, falta de compromiso con el deporte, parece que el único objetivo es lo económico y en un corto plazo.

La situación de nuestro futbol radica en la poca capacidad que tenemos como sociedad para impulsar un proyecto. El futbol en México está en manos de los empresarios más exitosos del país, de la famosa sociedad civil, que no ha podido definir un rumbo y tomar buenas decisiones; por el contrario, han sido erráticos (torneos cortos, no descenso y ascenso, número de extranjeros en competencia, etc), lo que ha traído como consecuencia que seamos menos competitivos que hace algunos años. El futbol mexicano es el reflejo de su sociedad, pues todos participamos de alguna forma en él. Hasta entonces.

 

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Jesús Horacio Cano Vargas

Abogado con estudios en Derecho Constitucional y Amparo, actualmente Síndico en el Ayuntamiento de San Martín Texmelucan. Fue profesor universitario, asesor jurídico de empresas y entidades gubernamentales, servidor público, pero sobre todo apasionado de lo que hace.