Claudia Sheinbaum, primera presidenta de México

  • Laura Liliam García López
Al haber asumido el cargo, el movimiento feminista espera una agenda poderosa contra las violencias

Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta de México, llega al poder con la gloriosa victoria de la elección presidencial de una votación cuantificada por el INE de 35 millones 924 mil 519 votos, equivalente al 59.76% del apoyo de la ciudadanía. Claudia llega a la cúpula del poder representado la fuerza del movimiento feminista y el 52 por ciento de la población femenina, por lo que se espera un gobierno eficaz y eficiente con perspectiva de género, capaz de hacer justicia para todas, en el que implemente una agenda de los derechos de las mujeres y rompa con el patriarcado institucional y los sistemas sociales basados en estructuras machistas, así como que  se reconozca la problemática social de la violencia de género, donde 7 de cada 10 mujeres sufren violencia y que 11 mujeres son víctimas de feminicidio todos los días en el país.

En México, la ruta para lograr una presidencia feminista y la representación paritaria en los puestos de poder, nos llevó casi 70 años, -69 años de lucha del movimiento feminista-. Desde el “voto femenino” del 3 de julio de 1955, en el que por primera vez las mujeres salimos a votar en las urnas, hasta la última elección de 2024, en el que Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez compitieron por la presidencia de México, las mujeres hemos logrado consolidar la lucha por la igualdad política. Hoy ese logro es una realidad y tendremos una presidenta de México poderosa y empoderada, en el que esperamos un giro sustancial y que la transformación sea a fondo en la implementación de una agenda de género progresista que mejore la calidad de vida de las mujeres, las niñas, los niños, los adolescentes y grupos vulnerables. El entusiasmo y la alegría de tener una mujer representándonos en lo más alto de la esfera pública, nos hace sentirnos más seguras, empoderadas y sin miedo, en el que esperamos la inclusión y la igualdad sustantiva en todos los niveles de gobierno, con acciones concretas y sostenidas por Claudia Sheinbaum.

En esta ruta feminista, hay que reconocer que la llegada de Claudia Sheinbaum a la silla presidencial, es producto del liderazgo y de la incursión de mujeres en la política para abrir la puerta al poder y cerrar la brecha de género en el que “ellas son las mujeres que han sido candidatas a la Presidencia de la República”: Rosario Ibarra de Piedra, Cecilia Soto, Marcela Lombardo Otero, Patricia Mercado, Josefina Vázquez Mota y Margarita Zavala. Por otro lado, también hay que nombrar a otras mujeres que han contribuido con este proceso de democracia paritaria: Beatriz Paredes Rangel, Rosario Robles, Marcela Lagarde y de los Ríos, Martha Tagle, Olga Sánchez Cordero, Kenia López Rabadán, Leticia Bonifaz, Janine Otálora, etc. En este contexto, impera seguir impulsando cambios significativos y positivos, en el que acompañemos a Claudia Sheinbaum a trasformar el poder con esta agenda pública feminista para que exista un impacto y un cambio real en beneficio de todas las mujeres, las infancias, las adolescencias y los grupos prioritarios.

Decían que “México no estaba preparado para que se vote por una mujer” en las redes sociales, y en los diarios locales, nacionales e internacionales leímos durante la jornada electoral encabezados como: ¿Está México preparado para una mujer en el poder? ¿México ya está listo para tener una presidenta? ¿Qué podemos esperar de la primera mujer presidenta del país? ¿Podemos ser gobernados por una mujer en México? ¿Será posible que México sea gobernado por una mujer?, entre muchas otras narrativas machistas de la cúpula del poder político, económico, empresarial, social, sindical, académico, ciudadano y sobre todo de los medios de comunicación en el que se hace alarde de la difícil tarea de romper el techo de cristal en la Presidencia de la República.

En contrasentido, Claudia Sheinbaum rompió ese techo de cristal con la máxima representación del poder en México después de 200 años y de 65 presidentes hombres que han ocupado el cargo, en el que hoy tomó protesta como Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, Jefa de Estado, Jefa de Gobierno y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas. La unción de la Presidenta de México en el Honorable Congreso de la Unión, donde dio un paso a un escenario político de la conquista de las mujeres en el poder y ha enviado un mensaje relevante e histórico en el mundo de ¿quién va a barrer los vidrios del techo de cristal que rompimos el 2 de junio? Esta conquista nos representa a todas, pero también todas tenemos la responsabilidad de respaldar y legitimar en el poder a la primera presidenta, con esta travesía de gobernar México, que nos pertenece a todas.

Los analistas políticos han pronosticado toda una serie de anuncios y presagios del gobierno de Claudia Sheinbaum, algunos a favor y otros en contra en el que los medios de comunicación juegan un papel relevante e influyente. En algunas opiniones políticas se señala que seguirá las órdenes de su mentor y antecesor Andrés Manuel Lopez Obrador, y que nunca gobernará el país con una visión independiente en su mandato. En otro punto de reflexión, se considera que Claudia despegará a la mitad de su gobierno y se separará de la política obradorista y moverá piezas en el gabinete presidencial para ahora sí mandar de a deveras, ya que la mayoría de los titulares del gabinete son de AMLO. En muchos otros, se dice que es una política capaz y audaz, en el que le pondrá sello personal a su administración desde el primer día y que gobernará con luz propia, implementando una agenda de vanguardia en el que bajará los índices de violencia y elevará la economía.

Lo que esperamos los mexicanos, es que Claudia Sheinbaum gobierne para todas y todos, que rompa el hito de la Cuarta Transformación y gobernar para unos cuantos, que rompa con el divisionismo de fifís y chairos, que rompa con las mañaneras, que rompa con el discurso de odio, que rompa con las campañas del conservadurismo y que rompa de forma real con el techo de cristal en la Presidencia. Es decir, que implemente el ejercicio supremo del poder para construir una agenda pública, con temas relevantes para combatir el narcotráfico, la pobreza, la discriminación, la violencia, personas desaparecidas, conciliar con el Poder Judicial, el bullying escolar, la salud pública, los presupuestos para infraestructura, seguridad económica, inversión, migración y cultura de la paz.

En conclusión, si nos preguntamos, ¿qué significa para las mujeres tener a la primera presidenta de México? Significa que Claudia Sheinbaum llegue a gobernar con una agenda real, en el que implemente acciones y estrategias para lograr avances para combatir el feminicidio, aprobar el aborto en el país, aprobar presupuestos con perspectiva de género para los municipios, para el cáncer infantil y las mujeres, crear la fiscalía especializada en violencia de género, impulsar los derechos laborales y sindicales de las mujeres, el derecho a la salud y la alimentación, combatir el matrimonio infantil, el robo de infantes y la pornografía infantil, crear programas para la desnutrición y la pobreza, implementar programas de economía circular y educación financiera para las mujeres, entre muchos otros temas. Un gobierno feminista debe de combatir las desigualdades sociales y la violencia de género para alcanzar la igualdad sustantiva.

 

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Laura Liliam García López

Presidenta de Paritè emprendimiento de género. Doctora en Derecho-CONACYT. Abogada y Maestra en Derecho Constitucional y en Ciencias Políticas BUAP. Doctorante en Estudios Legislativos de Género y Paridad CONACYT