Mientras la oposición se sigue desgarrando las vestiduras, la reforma al Poder Judicial sigue su curso. Han intentado muchas cosas, pero siguiendo su tradición reaccionaria van un paso atrás. Antes de la instalación del Congreso de la Unión los partidos políticos intentaron alegar una sobrerrepresentación, más allá de si está mal representado o no, dura lex sed lex y los partidos políticos no cambiaron las reglas de la asignación de plurinominales, pues ellos mismos jugaban con esas fórmulas. Si tan injusto es: ¿por qué no hicieron algo cuando tenían la mayoría para poderlo cambiar?

Algunos lectores se escandalizaron por mi posición ante la reforma. Escribir siempre compromete y pues ahí está, estoy a favor de que exista una participación ciudadana, siempre estaré a favor de eso, todo texto es perfectible y habrá que ver la legislación secundaria. Sin embargo es de llamar mucho la atención lo que en estos días el senador Ricardo Anaya dijo: “La oposición se equivoca al rechazar la participación del pueblo en la justicia”. Algo similar dijo Aurelio Nuño, connotado priista parte del gabinete del expresidente Enrique Peña: “El problema de la reforma judicial no el voto popular”.

El serio problema, que sí tengo con los opositores a esta reforma es que no existe una contrapropuesta. Parecería ser que abonan a la narrativa de una pelea entre reformistas y conservadores, en donde siempre estaré del lado de los reformistas. Cómo es posible que siendo conocedores de los procesos de impartición de justicia, no han podido confeccionar una propuesta de reforma. ¿A poco el Poder Judicial no tiene ningún problema? ¡Cuánta soberbia!

Los partidos opositores están desdibujados, sin una narrativa, sin un discurso coherente. Por su parte los partidos que integran la coalición están bien cohesionados y en camino a conseguir todos sus objetivos. Hasta entonces…

Comentario al aire
Gobernar es un acto personalísimo. Sin duda a la hora de hacerlo hay estilos. Al criticar, algunos caen en la tentación de pensar que su estilo no solo es el mejor, sino el único que se puede considerar como el apto para gobernar. Si no coincides con él, lo estas haciendo mal. Y viene lo peor, la frase que últimamente he escuchado mucho, es que el presidente Andrés Manuel lo hace… quizá no se han dado cuenta que… no son Andrés Manuel.