Adán y Monreal son un lastre
- Xavier Gutiérrez
La vida enseña que un cuerpo que se hunde en un lago a los siete días flota. La metáfora aplicada a la política nos explica el caso del pleito entre Ricardo Monreal y Adán Augusto López.
Ambos son personajes de punible pasado. Pasado cercano. Riñen y el escándalo trasciende asquerosamente a los medios. Obvio, daña severamente al gobierno de la presidenta Claudia.
De las atarjeas pestilentes ha brotado a la superficie. No es una crisis como algunos plantean, pero sí un asunto grave, delicado.
Lo más negativo y despreciable de ambos: su discrepancia y choque público no es por ideas o principios. Es por lo más despreciable de la vida pública: dinero.
Se acusan mutuamente y aflora en ambos el motivo vano de su disputa. Se ventila como quien destapa un inodoro.
Y ellos, cabeza de las cámaras de senadores y diputados; los escalones del poder debajo de la figura presidencial.
No debiera haber vuelta de hoja. Su escándalo y exhibición pública de sus intereses debiera conducir a la calle. Es inexcusable su salida.
La historia enseña aquí y en otras partes, que la sanción debe ser vertical. Terminante. Como la tapa de un inodoro.
Por encima de sus motivos y veleidades está la república. La presidenta. El principio ¡y los principios! de un gobierno que arranca.
Puede ser comprensible que la remoción no sea vertical, tajante, de un día para otro, como guillotina. Pero el desenlace no puede ser otro. La salida debe ser implacable.
No hacerlo es un agujero, un retroceso grave del gobierno que arranca, un boquete en el comienzo.
Debemos esperar una solución en esa dirección en los próximos días.
Parece una paradoja, una burla sangrienta de la vida, pero Ricardo Monreal, en unos de sus libros apunta precisamente el sentido de la política en estos casos:
“Es de humanos errar; rectificar, es política.”
La rectificación debe ser una lección de ética política de la presidenta Sheinbaum. Y no la salida corriente y torpe a la mexicana: una embajada, o dos.
Esa medida, flexible y blandengue, vista y reprobada y reprobable de algunos exgobernadores convertidos en embajadores es una bofetada a la honestidad política.
El pueblo mexicano no otorga perdón a sátrapas o políticos ladrones. Son pésimos lunares en el servicio exterior de un gobierno que predica exactamente lo contrario a tales especímenes.
Esperemos pues, la aplicación de la inteligencia en los próximos días.
Todo esto revela, por otra parte, uno de los puntos vulnerables de la Cuarta Transformación: el trepadorismo sin compromiso político.
El oportunismo sin conciencia ni convicción a una causa, a una ideología.
Exactamente este es el punto en el que tiene que trabajar el gobierno federal.
Y el gobierno estatal puede ser un ejemplo en esa materia, Puede abrir brecha en la construcción de un modelo de políticos formados, concientizados y convencidos en la nobleza y hondura del quehacer político.
Corresponde al partido Morena hecho gobierno, formar cuadros preparados profesionalmente en múltiples disciplinas, pero, por encima de todo, profundamente convencidos en los valores ideológicos que animan a Morena en el marco nacional.
Armenta gobernador es un ariete en tal sentido.
En su agenda, su partido debiera colocar como deber prioritario, un programa y un calendario nutrido de valores y herramientas para conformar un ejército de morenistas auténticos.
Hacerlo así en el corto plazo, sería colocarse en un sitio de vanguardia a nivel nacional. Porque nadie, que se sepa, lo está haciendo ahora en los estados del país.
Lo que aflora y reflejan los medios es el oportunismo, el vulgar cambio de chaqueta con una vocación trepadora nutrida en la simulación y el insaciable apetito presupuestal.
Retomando el tema inicial, es de esperarse en los días por venir un ajuste severo en la estructura de los niveles de poder de Morena.
Un necesarísimo y definitorio golpe de mano de la presidenta para dejar perfectamente claro quién gobierna, con qué principios y con quiénes.
Monreal y Adán son un lastre. Cargar con ellos en el arranque del sexenio es aceptar pagar una factura que puede resultar sumamente cara y grave para el gobierno que arranca.
Opinion para Interiores:
Anteriores
Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.