Los problemas en México se intensifican
- José Pascual Urbano Carreto
Cuando se dio el triunfo de Andrés Manuel López Obrador era lógico que se procediera a tratar de asumir la responsabilidad de iniciar el proceso complejo que significa gobernar a un país con una extensión de más de 2 millones de kilómetros cuadrados, 32 entidades federativas con sus correspondientes gobiernos, así como sus más de 2500 gobiernos municipales y sus leyes respectivas y con sus más de 120 millones de habitantes. En resumen, una responsabilidad muy grande y compleja.
La alegría por haber logrado conquistar la confianza de la mayoría de los mexicanos para asumir esa enorme responsabilidad no permitió profundizar de inmediato en lo que en ese momento conformaba la problemática del país. Hoy, después de haber cursado seis años de un gobierno progresista y democrático, ya se pueden diagnosticar con mayor exactitud los principales componentes de la problemática y las formas en que se pueden superar con eficiencia y eficacia. Los grandes retos que de inmediato plantea la problemática nacional son:
1. Superar los grandes contrastes de concentración del ingreso y de la riqueza. La mayoría de los mexicanos se encuentran en niveles de pobreza y unos pocos concentran la riqueza y perciben altos ingresos. AMLO inició un proceso que ha disminuido los niveles de pobreza y tuvo que enfrentar la resistencia de los potentados para cumplir cabalmente con sus obligaciones fiscales; transitar hacia una mejor distribución de los ingresos y de la riqueza es un problema político, científico y técnico.
2. Es fundamental asumir que por el comportamiento de los gobiernos neoliberales se dio una captura del Estado por parte de un voraz núcleo de negociantes que con el discurso, de que había que minimizar al Estado al nivel de custodio de los intereses de los mexicanos, se redujo al papel de vigilante del funcionamiento de los mecanismos del mercado y por esa vía se le sometió al nivel de garante de los grandes negocios de la oligarquía y los altos mandos de la clase política neoliberal.
El gobierno progresista del presidente López Obrador tuvo que enfrentar una feroz resistencia de los beneficiarios de esa dinámica que generó la captura del Estado por esa franja neoliberal de la clase política. Ellos crearon los órganos autónomos para poder desarticular la lucha de los defensores del modelo que reivindicaba la defensa de los de la soberanía nacional en todos los aspectos de la vida nacional. De los recursos naturales de los energéticos y del papel del estado como rector del desarrollo nacional. Con el triunfo de la 4T se inició el rescate de los intereses de la nación y eso no ha sido del agrado de los grupos neoliberales que siguen enquistados en algunas áreas del aparato gubernamental y desde allí siguen intentando recuperar su dominio en el país.
3. La problemática del país durante los gobiernos neoliberales se complicó aún más cuando al problema del tráfico de drogas (actividad prohibida en todas sus modalidades: producción, venta y consumo, vigilada por el Estado, ha generado un mercado negro de dichos productos, lo que derivó en un mercado negro que se encuentra en manos de una especial iniciativa privada) que se realizaba de manera inicial con características de negocio familiar y que al evolucionar en su vinculación con esferas del aparato del estado posibilitó el surgimiento de los cárteles.
Que en el periodo del neoliberalismo se fortalecieron al grado de constituirse en núcleos poderosos que tienen una abundante fuente de recursos y, además, de organizaciones criminales con una significativa potencia de fuego por sus miembros y por su amplia organización y sus recursos tecnológicos y por su presencia a nivel internacional; la explicación estriba en el asunto de que algunas autoridades de los regímenes neoliberales se vincularon en diversas funciones con las organizaciones del crimen organizado, un indicio contundente es el que el jefe de seguridad de México está preso en Estados Unidos porque estuvo ligado con uno de los cárteles más poderosos de esa actividad.
En esa situación dejaron al país los gobiernos neoliberales. Para valorar lo que ha significado el gobierno progresista de la cuarta transformación es muy ilustrativo lo que se explicitó en el Sexto Informe de Gobierno del presidente López Obrador, en él deja claro que hay una estrategia exitosa para superar los principales problemas del país el nuevo gobierno de la primera mujer presidenta, ladDoctora Claudia Sheinbaum Pardo quien ha diseñado una estrategia para dar continuidad a la cuarta transformación en la que especialmente se destaca lo diseñado para pacificar a nuestro país, que ahora cuenta con un aparato de seguridad muy poderoso y que ha sumado para mayor efectividad un equipo de inteligencia eficiente, con ello se ha avanzado en la pacificación y con la nueva estructura de las fuerzas del orden; de hecho se avanza a que dichas fuerzas cuenten con competencias circunstanciadas, es decir, que los delitos de todos los órdenes y competencias puedan ser atendidos por los aparatos de seguridad que se encuentren en el lugar de los hechos delincuenciales. Lo que aún está pendiente tiene las bases firmes para marchar en el rumbo de su resolución, ahora toca al segundo piso de la 4T superar lo que está pendiente, seguir abatiendo la marginación, la discriminación, reducir al mínimo la corrupción y de manera urgente, lograr la pacificación de nuestro país.
Al momento en que accede al poder el gobierno progresista del presidente Andrés López Obrador, Estados Unidos era gobernado por el presidente Donald Trump desde el 2017 y AMLO debió resolver la situación de relacionar a nuestro país con el gobierno de EE. UU. La situación no fue sencilla, pero se logró establecer una relación de cooperación y respeto. En la nueva situación de nuestro país, con el gobierno de la presidenta progresista la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, ahora debe convivir con un gobierno presidido por Donald Trump en un segundo periodo presidencial.
El gobierno del presidente Trump ha enfilado advertencias orientadas a frenar las migraciones hacia los Estados Unidos y replantear las relaciones comerciales, así como a combatir el tráfico de drogas que se destina a EE. UU., para ello amenaza con imponer tarifas arancelarias a los productos de origen mexicano hasta de un 25 por ciento; en lo que corresponde a la migración, realizar deportaciones de los indocumentados hasta por un 95 por ciento y; en lo corresponde con el combate a los cárteles mexicanos declararlos como terroristas y así poder invadir parte del territorio mexicano para combatir a las organizaciones del crimen organizado.
Lo inadecuado de las medidas que proyecta el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica queda evidenciado, porque si lo que pretende es fortalecer a la sociedad estadounidense, aunque su preocupación es legítima por el hecho de que EU ha perdido competitividad frente a otros países y bloques de países.
Si se analiza la razón de dicho fenómeno tenemos que de acuerdo con opiniones contenidas en el artículo “Estados Unidos debe recuperar su dinamismo”, de Michael Peters publicado en Finanzas y Desarrollo, revista del Fondo Monetario Internacional (septiembre 2024) los frenos a la competitividad de Estados Unidos tienen estas razones:
Causas fundamentales
Incluso si uno cree que la desaceleración de la productividad y la pérdida de dinamismo empresarial se deben a una disminución de la destrucción creativa, es lógico preguntarse por qué. La respuesta es especialmente importante para saber cómo revertir estas tendencias.
Los expertos se han planteado cuatro explicaciones:
I. La aparición de tecnologías de la información y las consiguientes economías de escala.
II. Cambios en el proceso de difusión del conocimiento.
III. Perfil demográfico y crecimiento poblacional en declive.
IV. Cambios de políticas, como costos regulatorios de ingreso al mercado e incentivos fiscales para investigación y desarrollo.
Aunque estas explicaciones no son mutuamente excluyentes y presuntamente guardan relevancia en el mundo real, es útil analizarlas por separado.
Tecnologías de la información y economías de escala. Es imposible analizar la dinámica de la productividad en las décadas de 1980 y 1990 sin preguntarse si la aparición de las tecnologías de la información (TI) pueden haber causado la pérdida de dinamismo y los peculiares vaivenes del aumento de la productividad. Dos estudios recientes sostienen que la respuesta es afirmativa y que las economías de escala desempeñan un papel importante.
Cambios en la difusión del conocimiento. Otra línea de estudio sugiere que el proceso de difusión del conocimiento entre las empresas ha cambiado de manera fundamental. Según este argumento, en las últimas décadas las empresas tecnológicamente rezagadas han tenido más dificultades para adoptar las tecnologías de los competidores más productivos. Este cambio podría ser de naturaleza tecnológica: las empresas como Google o Apple podrían estar tan avanzadas tecnológicamente que la adopción es sencillamente imposible para los rivales más pequeños. Al mismo tiempo, también podría haber una dimensión jurídica, ya que las grandes empresas crean con creciente frecuencia una densa maraña defensiva de patentes superpuestas para proteger su ventaja tecnológica.
Crecimiento poblacional más lento. Estas explicaciones vinculan firmemente los cambios del entorno tecnológico con la evolución de la destrucción creativa y la desaceleración de la productividad, pero algunos estudios recientes apuntan en una dirección totalmente distinta; a saber, la contracción del crecimiento demográfico en Estados Unidos.
El aumento demográfico está desplomado desde la década de 1960 y tocó mínimos históricos en los últimos años. La mayoría de las teorías de la expansión económica se construyen sobre el hecho de que un menor crecimiento de la población enfría la productividad, el autor plantea que Conor Walsh y él demostraron en 2021 que la ralentización del crecimiento demográfico también reduce la destrucción creativa y el dinamismo empresarial al desalentar el ingreso de nuevas empresas.
Cambios de políticas. Por último, muchos cambios de políticas podrían haber producido un declive en la creación de empresas y, en consecuencia, en el crecimiento, la destrucción creativa y el dinamismo. Algunos son cambios regulatorios, como los requisitos para la concesión de licencias; subsidios a la I+D que benefician a las empresas establecidas y no a las emergentes; y la modificación de los impuestos de sociedades. (Michael Peters, septiembre 2024).
Con un panorama como el descrito en el análisis de referencia debemos considerar que las medidas propuestas por el próximo presidente, Donald Trump, se agregan a la problemática que enfrenta nuestro país. Debemos reconocer que él tiene razón en la preocupación, pero sus medidas proyectadas apuntan en sentido contrario a lo que en el documento se diagnostica, su capacidad instalada para utilizarse requiere de ampliar su ámbito de mercado; allí se requeriría proyectar nuevas formas de alianzas con sus socios comerciales, por ejemplo proyectar a marchar hacia un mercado común americano y de ningún modo conducirse con espíritu proteccionista, quizá eso podría aplicarse orientando a las relaciones comerciales con los bloques de otros continentes.
Respecto a la migración debería considerar lo importante que son los inmigrantes para poder superar lo que afecta a la productividad de la mano de obra el lento crecimiento de su población; sería incluso muy importante modificar su postura ante los inmigrantes de la sociedad estadounidense. Seguro que sería plausible que revisara su política respecto a las grandes empresas corporativas que, de acuerdo al artículo citado, inhiben la presencia de nuevas opciones productivas. Los neoliberales ya estarían preparando un entorno en México para atender los deseos del presidente electo Donald Trump.
Nuestro gobierno progresista presidido por la presidenta Claudia Sheinbaum, atinadamente ha reclamado una relación de cooperación y de respeto a la soberanía de nuestro país. Respecto al deseo del próximo presidente de Estados Unidos. por ir más lejos en el espíritu integracionista, sería correcto que en lugar de volver al siglo XIX, en donde su expansión anexó a su territorio medio México, piense en una alianza que le permita y permita a los americanos recobrar una plataforma que posibilite un mayor desarrollo en lo económico, en lo comercial, en lo tecnológico y en la consolidación política democrática.
En ese caso, tendría que pensar en una unión de países en torno a la “Unión Norteamericana”; con tres países en principio: EE. UU., Canadá y México, con la posibilidad de ampliarla a varios países de América Latina, lo que implicaría una política comercial propia de un mercado común, una política migratoria de la misma naturaleza, un sistema financiero compartido con un banco central común y unidades de este en cada país de la unión, así como un parlamento de la unión norteamericana que podría abordar los problemas del desarrollo económico y de las olas migratorias, así como, de manera unificada diseñar estrategias para abordar de manera efectiva el problema de las drogas en su etapa de producción de la distribución y el consumo en donde se podría valorar si la mejor manera de combatir a las mafias es con la corriente prohibicionista o con una rigurosa regulación, con el objetivo de convertir esa actividad en una actividad productiva ordinaria, o sea, en un negocio rentable pero ordinario como los demás y de ese modo contribuir a evitar que la competencia, entre los dedicados a esa actividad, se resuelva con actos violentos y en lugar de eso, delimitar los espacios de mercado por una reglamentación industrial y comercial.
De ese modo se podrá lograr una estable pacificación que podría servir de modelo para contribuir a pacificar a nuestro México y así contribuir a la pacificación de las sociedades de América y del mundo.
Opinion para Interiores:
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Licenciado en Economía (BUAP) con estudios de Maestría y Doctorado en Economía (UNAM). Diplomado en Comercio Exterior (UDLAP). Docente en la BUAP. Secretario de Relaciones Exteriores del STAUAP y secretario General del SUNTUAP. Coordinador Administrativo del HU (BUAP). Miembro del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Puebla.