Ojos que no ven, imagen que no se resiente

  • Juan Martín López Calva
No se puede negar el valor de los procesos de evaluación educativa como herramientas de mejora

El Gobierno del Estado (De Nuevo León), a través de la Secretaría de Educación, en coordinación con el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de la UNESCO, inauguró el Seminario Internacional: “De la Medición a la Acción: Mejorando la Educación en América Latina”. 
En representación de la Secretaria de Educación, Sofialeticia Morales Garza, la subsecretaria de Educación Básica, Patricia Sánchez, puso en marcha dicho encuentro, en el cual expertos en políticas educativas analizaron los desafíos para que los gobiernos cuenten con evidencias científicas sobre los aprendizajes de los estudiantes, como el “Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE), a realizarse en junio del 2025…”
…El estudio principal se implementará en junio del 2025, en el que participan 18 países latinoamericanos y el estado de Nuevo León. El estudio evaluará los aprendizajes en Lectura, Escritura, Matemáticas y Ciencias, en tercero y sexto de primaria. La UNESCO difundirá los resultados entre los años 2025 y 2026.
Nuevo León es sede de seminario y taller internacional de evaluación. 8 de octubre de 2024.

Dice un dicho popular que “ojos que no ven, corazón que no siente” y podría ser el lema de la nueva política educativa nacional en materia de evaluación. Como ejemplo tuvimos el año pasado la discusión pública acerca de la decisión de nuestro gobierno de dejar de participar en la prueba PISA que aplica la OCDE a los países miembros de esta organización.

Como recordamos todos, la Secretaría de Educación Pública había declarado a los medios de comunicación que México no participaría en la nueva edición de dicha prueba internacional para medir los aprendizajes básicos de los estudiantes en Lengua, Matemáticas y Ciencias, aunque después de esa declaración oficial, el entonces presidente dijo en su espacio mediático diario que nuestro país sí iba a ser parte de este proceso de evaluación, porque “su gobierno está a favor de todo lo que tenga que ver con educación” (cfr. https://www.eleconomista.com.mx/politica/AMLO-asegura-que-Mexico-si-participara-en-la-prueba-PISA-de-2025-20240507-0043.html).

Hasta el momento no es muy claro si esta declaración del presidente se concretó en la realidad, puesto que la representación de la OECD declaró que la participación estaba en riesgo porque las autoridades educativas no estaban tomando las medidas de preparación necesarias ni se había hecho el pago del registro para realizar las pruebas.

Ya en los últimos días del gobierno saliente, el responsable de la Dirección de Materiales Educativos -que extrañamente hizo durante los pasados seis años muchas de las funciones propias de la titular de la SEP-, pidió a los maestros al iniciar el nuevo ciclo escolar que no aplicaran las evaluaciones diagnósticas diseñadas e indicadas por MEJOREDU eran opcionales y que eran medidas neoliberales que convertían en objeto a la Nueva Escuela Mexicana (cfr. https://animalpolitico.com/sociedad/marx-arriaga-maestros-evaluacion-mejoredu-amlo ).

Hasta el momento no hay claridad acerca de la continuidad o desaparición de esta comisión para la mejora continua de la educación que era el organismo -ya sin plena autonomía sino dependiente de la SEP- que sustituyó al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) que fue cancelado con la reforma educativa del 2018, puesto que este organismo estaba en la lista de los órganos autónomos a eliminar en la iniciativa presentada al Poder Legislativo.

Si la desaparición del INEE y la creación de MEJOREDU fue un retroceso en términos de la construcción de un sistema educativo de más alta complejidad, más abierto y transparente, la desaparición de esta comisión sería como bien declararon exconsejeros del INEE expertos en evaluación educativa como Sylvia Schmelkes y Eduard Backoff, un retroceso de veinte años en términos de la organización estructural de la formación escolarizada de las nuevas generaciones.

La nota de la que tomo el epígrafe de esta semana abona a la confirmación de esta política del avestruz en la que las autoridades educativas prefieren esconder la cabeza y no mirar la realidad en lugar de estudiarla, analizarla, definir una estrategia inteligente y responsable para afrontar sus desafíos y emprender acciones para mejorar la calidad y la equidad del sistema educativo nacional.

Para quienes de manera desinformada y sesgada ideológicamente argumentan que la prueba PISA es elaborada en Europa y con la visión de los países dominantes y por ello no se debe aplicar en nuestro país que tiene una realidad distinta, podría ser una opción la participación en el ERCE (estudio regional comparativo y explicativo) de los aprendizajes que ha sido diseñado y pensado desde y para América Latina por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de la UNESCO.

Sin embargo, como reporta esta nota, México tampoco va a participar en este estudio que se aplicará en 2025 para conocer el nivel de los aprendizajes de los niños y adolescentes de nuestra región. Únicamente participará el estado de Nuevo León junto con otros 18 países latinoamericanos en este ejercicio.

“Ojos que no ven, corazón que no siente” decía yo que puede ser el lema de nuestras autoridades educativas en materia de evaluación. Pero el asunto es más triste y preocupante aún porque no se trata de evadir la evaluación para no sentir feo porque no solamente tenemos un rezago histórico que es una deuda impagable con las generaciones que han egresado de nuestro sistema educativo en las últimas décadas, sino de cubrirse las espaldas evitando todo lo que pueda deteriorar la imagen del gobierno en turno que piensa que imponiendo una narrativa, gastando sólo saliva, se puede modificar la realidad de una educación que hace agua por muchos lados.

En la entrevista que le hicieron a Eduardo Backoff en el Universal sobre el tema de la posible desaparición de MEJOREDU, él comenta que en una ocasión le preguntó a alguien que trabaja en esta comisión la razón por la cual no difundían información oportuna y veraz sobre la situación del sistema educativo mexicano -cosa que por cierto, sí hacía y muy eficaz y transparentemente el INEE- a lo que esta persona respondió con el argumento de que no le querían “dar balas a los opositores del gobierno federal para que lo ataquen”.

Esta respuesta muy honesta y clara muestra claramente que las razones para no participar en estas evaluaciones internacionales -e incluso de boicotear la aplicación de las pruebas nacionales escasas y mal diseñadas- no son de carácter pedagógico sino ideológico y más concretamente, político-electorales.

En efecto, parece ser que los responsables -por llamarlos de algún modo- de la conducción del sistema educativo nacional no tienen los argumentos técnicos para negar la relevancia -sin absolutizarla, con sus alcances y limitaciones- de los procesos de evaluación como herramientas de mejora y disfrazan con discursos decoloniales y supuestamente anti-neoliberales su interés por evitar asumir las realidades que cuestionen su imaginario de que están transformando al país para bien. En el caso de la evaluación el lema más bien sería: “Ojos que no ven, imagen gubernamental que no se resiente”.

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Juan Martín López Calva

Doctor en Educación UAT. Tuvo estancias postdoctorales en Lonergan Institute de Boston College. Miembro de SNI, Consejo de Investigación Educativa, Red de Investigadores en Educación y Valores, y ALFE. Profesor-investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).