Es el patrimonio, no el arte

  • Ociel Mora
Puebla requiere de una secretaría que proteja el patrimonio cultural material e inmaterial

El gobernador electo, Alejandro Armenta, anuncia que enviará al Congreso del Estado un paquete de reformas a la Ley de la Administración Pública de Puebla, que funciona y crea nuevas secretarías de gobierno. En su alocución a los medios de comunicación ha hecho referencia al elefante reumático, la parábola que utiliza el presidente Andrés Manuel López Obrador para referirse a las inercias endémicas que impiden la transformación nacional emprendida en su gobierno.

También hizo referencia a los proyectos faraónicos del pasado panista para lucimiento personal a costa del bienestar de la población, los que aún se siguen pagando y se seguirá haciendo por varios lustros. En general se trata de mega obras de infraestructura que no tienen ningún impacto en la calidad de vida de las familias, ni fueron diseñadas para resolver problemas específicos de grupos o regiones. La referencia más ilustrativa de derroche de la hacienda pública es el mal llamado Museo Internacional del Barroco, que ni es barroco (en el sentido patrimonial y arquitectónico) y tampoco internacional. Pero fue, junto con el Tren Puebla-Cholula, la argucia de proyectos depredadores de bienes públicos.

Me parece que la referencia al elefante y museo en boca del mandatario electo es con la finalidad de manifestar públicamente lo que no quiere que ocurra en su gobierno.

Hay que fortalecer las instituciones democráticas y fomentar la confianza de las personas. Insumos primordiales para avanzar en el bienestar material y la concordia.

Pero pueden hacerse otras lecturas. La primera es que el nuevo mandatario tiene claridad sobre un paradigma central de la administración pública y de los gobiernos en democracia. No son las personas, son las instituciones el molde seguro para diseñar y ejecutar políticas de gobierno que cambien positivamente la vida de las familias que se encuentran en los últimos peldaños de la pirámide económica. Pienso en la población indígena.

En mucho por falta de acceso a bienes públicos de calidad (salud y educación) que ayuden a los trabajadores a competir en el mercado laboral.  Dicen los expertos que en poblaciones cruzadas por inequidades históricas, como Puebla, las políticas deben formularse en función de reducir las brechas de desigualdad. Presentes en todos los órdenes, en el caso nuestro. Por ejemplo, y para seguir con el tema de la inutilidad del museo planteado arriba. ¿Cuántos de los niños que ahora están egresando de la educación primaria tuvieron la oportunidad de vivir la experiencia de ingresar en un museo?

Es posible también que la propuesta de fusionar entidades administrativas tenga que ver con la austeridad republicana, la marca indeleble del gobierno federal. En el pasado remoto la acción se denominó “adelgazamiento del Estado”. Separar la grasa que inmoviliza la acción. En suma, Alejandro Armenta puede estar diciendo que su gobierno trabajará en consonancia con la política marcada por el presidente López Obrador, y refrendada por la presidenta electa, la señora Claudia Sheinbaum.

Sin embargo, el desafío no es menor. ¿Cómo elevar la eficiencia y eficacia de la administración pública reduciendo los insumos materiales y humanos? Hace más de una década, como secretario de Desarrollo Social, el ahora gobernador electo puso en marcha varios programas bajo la divisa de “tiros de precisión”.

Si la premisa sigue siendo una metáfora como la que menciono, es posible que la entidad –como en el caso del elefante– empiece a moverse en la dirección de un bienestar duradero, sostenible, pero en especial en la creación de capital humano. Personas debidamente capacitadas para integrarse de manera competitiva en los circuitos de la oferta de trabajo. Si, como se dijo arriba, desde el gobierno se trabaja en los componentes de salud y educación. Salud y educación de calidad.

De lograrlo, y de hacerlo desde una perspectiva de reducción de las desigualdades (en plural), ahora sí se habrán puesto las bases para el despegue de Puebla, y salga de la inequidad de hallarse entre las cinco entidades con el mayor rezago, pobreza y marginación del país.

Chayo News
Entre las secretarías que serán fusionadas y creadas se encuentra la de “arte y cultura”. Independiente de lo redundante que resulta el nombre, me parece que el autor de la propuesta o la formuló con base en un diagnóstico equivocado, ignora lo que o sencillamente es una ocurrencia. Apenas hace falta precisar que Puebla no goza de una tradición artística ni moderna ni contemporánea. Para decirlo rápido. Puebla no es Oaxaca ni Ciudad de México.  Ni tiene la nómina de artistas de allá. Lo que a Puebla le urge, y eso si por tradición histórica, y por mandato legal, es una secretaria del ramo que ponga el énfasis en la conservación y protección del patrimonio cultural material e inmaterial. Ese sí muy presente y en riesgo de extinción. Incluso de que Puebla sea eliminada de la Lista de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, de la UNESCO. ICOMOS (organismo asociado al anteriormente) lo ha anunciado más de una vez. Ha quedado de manifiesto, una y otra vez, que el INAH es una institución incompetente para garantizar la integridad, conservación y difusión del patrimonio cultural edificado en Puebla.

 

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Ociel Mora

Es vicepresidente de Perspectivas Interdisciplinarias, A. C. (www.pired.org), organización civil con trabajo académico y de desarrollo económico de grupos vulnerables; y promotora de acciones vinculadas con la cultura comunitaria indígena y popular. Su línea de interés es la Huasteca y la Sierra Norte de Puebla.