De oposiciones deconstruidas y orejas mochadas

  • Moroni Pineda
Los partidos de oposición están llamados a convertirse en entes de conciliación

Para muchos, el 2 de junio fue la culminación de un proyecto claro: la continuidad en el poder del antiguo partido de Estado, disfrazado ahora de izquierda nacionalista. Un partido-movimiento-gobierno que retoma las antiquísimas prácticas de la mafia pública en todo su esplendor: el dedazo presidencial, el presidencialismo omnipresente, y la moda del momento made in México, el llamado meta presidente, o el que manda vive enfrente pues.

El sueño de unos y la ignorancia de muchos consagrada en una victoria electoral arrolladora, hecha de papel y pavimentada con dinero público. Un arribo anticipado más no esperado. El tufo de un México que pudo y no quiso ser.

Por el otro lado, los partidos políticos aglutinados en una oposición fragmentada, víctima de sí misma y victimaria de la ciudadanía. Afanes sudorosos de un poder que no termina por gustar y degustarse. La ambición de pocos amparada en la esperanza de muchos. La dolorosa parturienta que solo alcanzó a dar a luz decepción y frustración.

Una oposición en donde la democracia está dibujada en la voz, pero callada en los hechos. Liderazgos que no terminan de entenderse en el hambre de arrebatar las sobras de lo perdido. Todo esto previo al chapulineo hacia las ubres del primoroso partido-gobierno. Excandidatos de la fallida alianza que llevan permanentemente el sello de la casa.  Práctica detestable, pero augurable en cada caso.

¿La propuesta? Cinco ejes para iniciar una reforma a la vida interna de los partidos opositores:

1. Secretaría ciudadana. Encabezada por ciudadanas y ciudadanos sin militancia, que convoque a todos los esfuerzos surgidos desde la sociedad, convirtiéndolos en el brazo electoral de una ciudadanía no partidista. 

2. Paridad ciudadana en la distribución de candidaturas. Para personas con probado trabajo social y también, sí o sí, sin militancia partidista. Entendida bajo la idea de que el 33 por ciento de las posibles posiciones sean para estos perfiles, en lugares en donde puedan ser competitivos electoralmente y, contando con el completo respaldo de los partidos.

3. Ombudsman ciudadano. Sin militancia partidista para no variar. Que vigile y acompañe el diálogo tanto interno como externo, protegiendo los derechos ciudadanos al interior de los partidos, pero sin ambiciones de una candidatura.

4. Mantener una agenda social. Sin vacilaciones y amarguras, que se trabaje permanentemente en las causas ciudadanas (ojo, no en las de los políticos partidistas), más allá de los tiempos electorales. Que capacite y apoye el direccionar de las estrategias sociales. Que además firme el compromiso de no cooptar al movimiento social opositor, sino de convencerlos a la buena, con resultados y compromisos cumplidos.

5. Y finalmente, un mea culpa público. Con transparencia, hablando de frente sobre los errores cometidos y la manera de enmendarlos. Pero sobre todo, del compromiso de ser un ejemplo de lo que exigen al primoroso partido: Instituciones con democracia interna sustantiva, legitimada por su representación social, que integre organismos autónomos (ombudsman) y un actuar enfocado en el pueblo y para el pueblo. Con un proceso de reflexión interno tan externo como sea posible, escuchando las voces ciudadanas y asumiéndolas como propias.

Quien tenga oídos para oír, que oiga. Un importante número de votantes -casi la mitad-, evitaron emitir su sufragio a favor del morenismo/amlismo/claudismo, sin embargo, tampoco se vieron reflejados en la oposición y los resultados así lo demuestran. Por eso es importante - y urgente-, que los partidos alejados del oficialismo estatista se reencuentren con la sociedad y con México.

Sin duda es clave impulsar las alianzas legislativas para contener el talante autoritario del régimen en ciernes. Pero es igual de necesario - incluso más-, aumentar la capacidad y habilidad de ganar elecciones. Los partidos no pueden vincular su legitimidad a la sociedad únicamente cuando son gobierno o legislación, para después aislarse en la toma de decisiones electorales. En mi opinión, todos los movimientos sociales que están enarbolando la defensa de las instituciones autónomas, deberían ser firmes al demandar unidad opositora tanto para gobernar, como para exigir su apertura a lo ciudadano en lo electoral. Al tomar un extremo de la vara se sostiene el otro, así sin concesiones.

Solo la locura del fanatismo puede concebir un país de una sola visión y de un solo camino, tal y como lo imagina el líder de Macuspana. La exigencia hacia el claudismo es que debemos ser un país abierto, y esto también debería aplicarse hacia todos los partidos.

La ciudadanía ya se la jugó varias veces con las instituciones de la oposición, pero esto no puede ser permanente sin ver cambios al interior de ellos. El tipo de cambio radical y profundo del que hablamos. Los partidos de oposición están llamados a convertirse en entes de conciliación, entre el pueblo magullado y la visión de que un México justo, próspero y con paz es posible.

De Trump y las conspiraciones

Una vez más, un tirador solitario. Eliminado oportunamente, dejando así más preguntas que respuestas.

Un candidato de oreja mochada con un mensaje dentro de sí, viviendo el renacimiento personal y la epítasis de su propio descubrimiento. La locura encerrada en su propia habitación.

Un presidente maltrecho que fue pero que no lo será más. Los anhelos demócratas-progresistas que se demeritan y se tropiezan en sus propios pasos. La necesidad pública que significa una candidata totalmente opuesta a la oferta republicana.

Un naciente imperio rojo. Al que le conviene un gobierno americano que deje de apoyar a Ucrania. Todo esto mientras Europa y la OTAN van a la deriva. China apostada observando y derivando.

Un mundo cercano a una guerra global. Solo porque se cansó de tanta democracia lenta, y que ahora se entrega silenciosamente a la noche oscura y delirante que representan los regímenes populistas.

Agárrense de dónde puedan y cómo puedan.

 

Postdata: Gracias a mi querido amigo Rodolfo Ruiz por recibir nuevamente mis colaboraciones en e-consulta, la consulta obligada.

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Moroni Pineda

Es un activista de la democracia y la educación. Ha participado en distintas iniciativas como Mexicanos Primero, Actívate por Puebla, así como en consejos ciudadanos y empresariales. Doctorante en Educación. Es también presidente de Sí por México e impulsor de la Marea Rosa y Unid@s en Puebla.